Este artículo se publicó hace 11 años.
Ángela Bachiller: "La gente con discapacidad necesita recursos y hay que dárselos"
La primera edil con Síndrome de Down de España juró su cargo el pasado lunes en el Ayuntamiento de Valladolid.
"Simpática, positiva, tenaz y cabezota". Así se define Ángela Bachiller, la primera persona con síndrome de Down de España que se convierte en concejal de un ayuntamiento. El de Valladolid, donde llevaba tres años trabajando en el área de Bienestar Social y Familia como auxiliar administrativo, una tarea que ha abandonado "con mucha pena" para ocupar su escaño en el pleno del consistorio vallisoletano. "Era absolutamente feliz allí. No me llamaban compañera, me llamaban amiga", recuerda Ángela sus días en la concejalía que preside Rosa Hernández.
La suerte de la edil cambió el pasado mes de junio cuando el concejal Jesús García Galván dimitía de su cargo debido a su imputación por prevaricación, cohecho y malversación. Era el número 17 de la lista que presentó el Partido Popular a las elecciones municipales de 2011, y tras él, en el número 18, estaba Ángela Bachiller Guerra. La concejal, de 30 años, pasó así a ser la número 17 y, por tanto, concejal de los populares que habían conseguido ese número de representantes en los comicios de hace dos años.
El pasado lunes, Ángela Bachiller juraba su cargo frente al alcalde, Francisco Javier León de la Riva, y frente a sus compañeros de partido, amigos y familiares. La noticia le pilló por sorpresa el pasado mes de junio y, en este momento, se encuentra "abrumada" por la situación y por la acogida que ha tenido la noticia: "Me han llamado medios desde Colombia, Miami y Argentina para preguntarme. Ahora la gente me conoce, me para por la calle, me saluda y me da la enhorabuena", cuenta. Pese a que Ángela ha conseguido ser la primera concejal con síndrome de Down, no es algo que le haya llegado como un regalo. La edil ha trabajado y estudiado mucho para conseguir sus metas y, para ello, ha contado siempre con el apoyo de sus padres. Su madre, Isabel Guerra, explica que la joven "siempre ha vivido con absoluta normalidad". "Ella sale con sus amigas, se divierte, va al cine, a cenar...", explica.
"En el colegio me sentí muy integrada y los compañeros me apoyaron en todo"Ángela comenzó el colegio con un año. La primera vez que su madre salió de casa después de dar a luz a la niña fue para pedir plaza en el centro donde ya estudiaba su hermana, tres años mayor que ella. "Para nosotros la educación es lo más importante. Hemos invertido e insistido mucho en ella porque sin disciplina y conocimientos no se va a ningún lado", explica Isabel. "Hemos tenido la suerte de haber podido hacer un esfuerzo económico muy importante para brindarle la educación necesaria, ya que es la mejor inversión que se puede hacer".
A la nueva edil del ayuntamiento le gusta aprovechar su tiempo libre yendo a clases de bailes latinos, inglés, solfeo y, además, toca el piano. También practicó durante muchos años el esquí, aunque confiesa que lo tiene "un poco abandonado" pese a que la llamaron para ir a las paraolimpiadas cuando cursaba sus estudios de secundaria. Sin embargo, lo que más le apasiona es la lectura, un hábito que ha heredado de su familia y que comenzó con seis años. Ha leído El Quijote tres veces y sus libros favoritos son los de temática romántica. Ahora está leyendo una novela del escritor italiano Federico Moccia y es que, para Ángela, "un libro es como un mejor amigo: siempre está ahí y no te pide nada".
Viajar le ha ayudado a crecer y a madurar como persona. No se perdió las excursiones organizadas por el colegio y el instituto, "no por el hecho de viajar sino por conocer otra cultura", cuenta. Ha visitado Italia con sus compañeros de curso y también ha estado en París, Berlín, Londres y San Petersburgo. "Aunque ahora con la crisis es más difícil", señala. Sin embargo, por encima de todo, Ángela adora Asturias, donde tiene sus raíces.
"Hemos podido hacer el esfuerzo para darle la mejor educación", cuenta su madreSi algo recuerda con gran felicidad es su etapa como estudiante en la que, asegura, nunca se sentió discriminada. "Me sentí muy integrada y los compañeros me apoyaron en todo", recuerda. Sólo guarda buenas palabras para sus amigos de clase y, sobre todo, para sus profesores, quienes, dice, la apoyaron "muchísimo". De hecho, el pasado lunes durante su juramento como concejala en el Ayuntamiento de Valladolid, su pensamiento se centró en su tutora del IES Arca Real de Valladolid, ya fallecida, a la que le unía un gran cariño.
Pero, sin duda, Ángela apunta el trabajo como la etapa más importante de su vida. "Es donde más he podido poner en práctica mis estudios de gestión y donde más he madurado", afirma. Lleva tres años trabajando de auxiliar administrativo en el consistorio dentro del área de Bienestar Social y anteriormente trabajó en la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León.
Ángela se siente una chica afortunada. "Nosotros hemos tenido la suerte de habers podido hacer el esfuerzo por darle la mejor educación. Sin embargo, no todos tienen la misma facilidad y las personas discapacitadas necesitan apoyo, ya que es un esfuerzo económico muy importante el que se necesita para realizar ciertas cosas", asegura su madre. La respuesta hace referencia al nuevo Plan Nacional de Reformas 2013, en el que el Gobierno va a recortar 1.808 millones de euros de Ley de Dependencia. "Nunca hemos pedido una ayuda porque nunca la hemos necesitado, no hemos pedido nada porque creemos que hay gente que la necesita más que nosotros", dice Isabel. Ángela es clara en ese tema: "Si hay gente que necesita recursos, hay que dárselos". Un paso y una apuesta valiente que Ángela espera que sirva para "dar visibilidad y normalidad" a su colectivo. Además, la concejal se compromete "en esta oportunidad única" a "trabajar día a día" para demostrarlo.
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