análisis PP y Ciudadanos someterán su rebaja fiscal para quien más tiene y más ingresa al veredicto de Vox tras las elecciones generales
El decreto-ley, que este jueves ha firmado el presidente de la Junta, Juanma Moreno, se convalidará o no previsiblemente en el pleno del 2 y 3 de mayo, después de los comicios. Para ello, PP y Ciudadanos dependen del voto favorable de Vox
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sevilla,
Todos los caminos conducen a Vox en la política andaluza. La decisión de PP y Ciudadanos de apoyarse en ellos para alcanzar por primera vez el Ejecutivo en Andalucía le ha dado a la ultraderecha mucho mayor peso del que le dieron los andaluces y andaluzas el pasado 2 de diciembre. Tienen 12 diputados y forman el grupo más pequeño del Parlamento, pero su voz tiene eco, altavoz, gracias a que, descartada la izquierda por razones obvias, la estabilidad del Gobierno depende de ellos.
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El último episodio de este fenómeno se ha producido a cuenta del decreto-ley con el que el Ejecutivo, formado por una coalición de PP y Ciudadanos, ha querido apuntarse un tanto a las puertas de las generales y ha iniciado lo que han bautizado como “bajada masiva de impuestos” y “revolución fiscal”. Los decretos-ley son una fórmula legislativa que requiere “extraordinaria y urgente necesidad” -no parece que bajar los impuestos entre en esa categoría- y si no se convalidan antes de 30 días desde su promulgación, decaen, según lo previsto en el Estatuto de Andalucía.
Así, su ratificación en el Parlamento de Andalucía es la próxima prueba de fuego para la convivencia de los tres partidos que desalojaron a los socialistas de San Telmo. La convalidación o no del decreto-ley se producirá previsiblemente en el Pleno de los días 2 y 3 de mayo, cuyo orden del día se decide el próximo 24 de abril. La votación enviará una señal importante de la disposición de Vox a votar a favor del presupuesto, lo que alargaría los días de Juanma Moreno en la presidencia de la Junta de Andalucía.
El Gobierno andaluz ha dejado para después de las elecciones generales la ratificación del decreto-ley por dos razones: por un lado, evitar imprevistos a causa de las tensiones electorales, y, por otro, recordarle a las puertas de las generales a los ciudadanos que el PP y Ciudadanos bajan impuestos cuando gobiernan.
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Rebaja fiscal y presupuestos
Los términos "revolución fiscal" y "bajada masiva de impuestos" les sirven a los conservadores y a los liberales para enmascarar la realidad de la reforma impositiva, que es caótica (no afecta a todos los contribuyentes; por ejemplo, quienes ingresen ente 20.000 y 28.000 euros se quedan como están) e ideológica (beneficia más a quienes más tienen, quienes hereden más de un millón de euros, y a quienes más ingresan, las rentas de más de 120.000 euros y merma la progresividad del sistema al reducir de 8 a 5 los tramos en el IRPF).
Toda rebaja tributaria forma parte, de manera esencial, de cualquier discusión presupuestaria. Vox aún no ha comprometido su voto favorable a las cuentas e insiste en dos condiciones, que no haya dinero para aplicar la Ley de Memoria ni tampoco para la lucha contra la violencia machista, pero sí da síntomas de que apoyará finalmente el decreto fiscal del Gobierno.
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Estos días, en medio del clima preelectoral que domina el debate político, también en Andalucía, los ultras juegan sus cartas y elevan la voz todo lo que pueden para colocar su mensaje. El poder que le han dado PP y Ciudadanos a Vox con su decisión de apoyarse en ellos para desalojar al PSOE y para gobernar Andalucía los próximos cuatro años es el de entregarle un altavoz espectacular a su discurso.
Así, este jueves, su portavoz parlamentario, Alejandro Hernández, en una entrevista en Canal Sur, abogó por una “drástica” bajada de impuestos, mayor que la del PP y Ciudadanos, e indicó que Vox, desde el minuto uno, había “presionado” a la Junta para que las rebajas fiscales las pusiera "negro sobre banco con carácter inmediato”.
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Hernández se desmarcó de los presupuestos de la Junta y reiteró sus obsesiones y condiciones para aprobarlos: ni dinero para la ley de memoria tampoco para luchar contra la violencia machista. Si hay partidas destinadas al cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, “evidentemente tendremos que votar en contra, no nos quedará más remedio”, insistió el portavoz ultra.
Prácticamente en todos los círculos políticos y mediáticos de Andalucía se cree que Vox va a votar a favor de los presupuestos de la Junta de Andalucía. Solo un resultado sorprendente del partido de ultraderecha en las generales, en el que pudiera exigir al PP más cosas que ahora, podría cambiar esta percepción.
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El PP, Aznar, y Vox
El expresidente del Gobierno, José María Aznar (PP), que pasó por Tomares (Sevilla) hace unos días, ha comenzado a combatir a Vox, al ubicarlos como una fuerza populista, un partido con soluciones “simples”, que “agudiza” los problemas en lugar de ayudar a resolverlos.
En el PP andaluz no se combate a Vox con la misma intensidad que lo hizo Aznar. Existe sintonía en Andalucía entre el PP y Vox -ambos partidos tienen firmado un acuerdo de investidura- a la hora de la seriedad, más allá de diferentes peleas dialécticas. El portavoz parlamentario, José Antonio Nieto, más suelto que los miembros del Ejecutivo, que tratan de contemporizar, en alguna ocasión ha enseñado las uñas.
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Pero el Gobierno quiere las aguas tranquilas y cada vez que Vox ha reclamado un gesto hacia su formación, el presidente Moreno lo ha tenido. Uno, incluso, tras una intervención bochornosa de su diputado Benito Morillo, quien despreció a las víctimas de la dictadura, al llamarlas "buscadores de huesos".
La estrategia de Ciudadanos frente a Vox es diferente. Lo que predomina es la indiferencia. Cada uno va por su carril y tienden a ignorarse. Pero de vez en cuando se han producido choques dialécticos de cierta entidad. El vicepresidente, Juan Marín, por ejemplo, sí ha salido a defender, frente a las diatribas de Vox, que no se va a tocar la Ley de Memoria, que Vox y PP han pactado sustituir por otra de Concordia.
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Poco después de la toma de posesión de Juanma Moreno, la expresidenta de la Junta y secretaria general del PSOE de Andalucía, Susana Díaz, expresó esta idea: “El tiempo dirá si para los sillones de Bosquet [presidenta del Parlamento, Ciudadanos] y Marín [vicepresidente de la Junta] merecía la pena pactar con el demonio”.
La primera prueba llegará el próximo 28 de abril. Ahí se verá dónde está cada uno.