Este artículo se publicó hace 11 años.
Amenaza de censura al documental sobre las colonias franquistas
Los cineastas Lucía Palacios y Dietmar Post, autores de ‘Los Colonos del Caudillo', denuncian las presiones recibidas ante la proyección de la cinta en la Seminci
Patricia Campelo
Los cineastas autores de Los Colonos del Caudillo tienen previsto estrenar su trabajo en la Semana Internacional de Cine de Valladolid [Seminci], pero una amenaza de secuestro judicial de la proyección les ha puesto sobre alerta. La cinta recoge el testimonio de personas vinculadas al pueblo -que nació como colonia franquista- de Llanos del Caudillo. Además de los vecinos de esta localidad, como Juan Aranda -primer alcalde falangista del pueblo- o Jesús Cano -el primer maestro-, los cineastas también recogieron las opiniones del ex presidente del Gobierno Felipe González, del ex ministro franquista José Utrera Molina, de los historiadores Isidro Sánchez y Esther Almarcha y de un ingeniero del Instituto Nacional de Colonización, Carlos Delgado, entre otros.
El hijo de uno de los protagonistas del documental ha solicitado a los cineastas visionar la cinta antes de su estreno en Valladolid para cerciorarse de la imagen que pudiera dar su progenitor, y que las ediciones de la entrevista que le realizaron respetaran su imagen. Asimismo, esta persona -cuya identidad los cineastas prefieren no revelar- les advirtió que, en caso de no ver el documental antes de la fecha indicada, trataría de impedir la proyección del mismo.
La fórmula legal que podría utilizar es la del secuestro por vía judicial de la proyección. Es decir, argumentar ante un juez que el visionado público de la cinta puede provocar daños irreparables en el honor de su ascendiente. Esto conllevaría que el juez que admitiese este trámite visualizaría antes que nadie el documental para valorar lo argumentado por el interesado. Se trata de una forma de censura.
"No es lo habitual enseñar antes el trabajo a los protagonistas. El cineasta debe tener libertad de edición y reproducción, y ninguna obligación de entrega o censura previa", explica Dietmar Post. "Hemos consultado todo esto, entre otros, con la asociación alemana de documentalistas y dos juristas españoles, y el criterio está unificado", añade.
La respuesta de los directores de Los Colonos del Caudillo no se hizo esperar, y remitieron una misiva a esta persona argumentando que "bajo ninguna circunstancia" se puede retirar una cinta de un festival "por una amenaza así". "Eso sería ir en contra de lo que significa un estado de derecho y la democracia. Significaría una censura previa, y películas como la nuestra se basan, precisamente, en la libre expresión y la pluralidad de ideas", añade.
Con todo, los cineastas están confiados y creen que no se llegará tan lejos. "El miércoles hubo un pequeño pase de la película; así que de haber hecho realidad la amenaza ya nos habría llegado la orden judicial", reconoce Post. Aun así, Post y Palacios consideran "intolerable" recibir advertencias semejantes en un país democrático, con una Constitución que consagra los derechos a la libertad de expresión y creación. "Tratar de parar las proyecciones de la película de este modo es una técnica franquista", concluyen los cineastas.
No es la primera vez que Post y Palacios tienen que esquivar complicaciones. Tras casi diez años entre el diseño del documental, la realización y producción del mismo, convencer a productoras y distribuidoras no les resultó sencillo. Incluso tuvieron que recurrir al crowdfunding [micro financiación por Internet] para terminar el trabajo.
Tras su paso por Valladollid, y sin continúan encontrando las puertas cerradas, girarán con su cinta fuera de los circuitos comerciales: en escuelas, universidades, asociaciones de vecinos o centros municipales. Y siempre, con el telón del análisis y la discusión con el público de fondo.
El objeto de análisis del documental son las colonias franquistas: pueblos que se levantaron en terrenos desérticos con la misma estructura cuadricular que incluía plaza del Ayuntamiento e iglesia. Se levantaron en la década de los 40 y 50, tras la creación del Instituto Nacional de Colonización, en octubre de 1939. A los colonos se les entregaba una casa y un tramo de parcela a cambio de su permanencia en el pueblo. La dictadura tomó la idea de la citta nuova [ciudad nueva] de la Italia de Mussolini.
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