Alberto Garzón: "Yo no uso el término casta porque me parece muy tramposo"
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Que La Tercera República (Península), último libro de Alberto Garzón, haya salido a la venta un día después de la abdicación de Juan Carlos es una mera casualidad. "Parece que me he puesto de acuerdo con el rey, ¿verdad? Para mí, genial", bromea el diputado de IU, para quien lo que no es para nada casual es que el monarca haya abdicado tras el varapalo al PP y al PSOE en las elecciones europeas del 25 de mayo.
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Garzón ve la renuncia del monarca como un intento del llamado bipartidismo de perpetuar el régimen monárquico de 1978, pero también lo ve como una oportunidad de abrir un proceso constituyente que culmine en una república que cambie las reglas del juego para que "los ciudadanos sean los verdaderos soberanos".
Garzón no elude el debate sobre la izquierda y la irrupción de Podemos en el panorama político. Responde a las declaraciones de Juan Carlos Monedero en Público en las que afirmaba que una parte de IU se había hecho régimen. Dice que "la casta" ya fue expulsada de la coalición pero confiesa que no le gusta mucho ese término porque es "tramposo". Eso no le impide, sin embargo, reconocer que sería bueno "algún tipo de confluencia" con Podemos, entre otras cosas "porque la ley electoral nos sancionaría si no lo hiciéramos".
¿En qué consiste el republicanismo que usted plantea en su nuevo libro?
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En España se entiende la república simplemente como la posibilidad de poder elegir al jefe del Estado, pero el republicanismo va mucho más allá: nos habla de valores y de principios y de la necesidad de instaurar mecanismos de participación como pueden ser los procesos revocatorios, la rendición de cuentas, la transparencia, la fiscalización permanente de los poderes políticos, los referéndums, las iniciativas legislativas populares...En definitiva, se trata de instaurar unas reglas de juego que permitan que los ciudadanos sean verdaderamente los soberanos. La tradición republicana se contrapone a la tradición liberal que es la que tenemos ahora y que lo que hace es entender la política como delegación por parte de los ciudadanos hacia unas personas que son las más preparadas para tomar decisiones. Eso nos acaba diseñando una democracia como la que tenemos actualmente: uno acaba votando cada cuatro años y el resto del tiempo no hace nada.
"Felipe vive en una burbuja y le costará sensibilizarse frente a los desahucios; no va a poder entender jamás qué es lo que te echen de casa y qué es perder un empleo"
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La reciente abdicación del rey ha reavivado el debate sobre monarquía o república, pero, ¿no cree que el verdadero dilema no está entre elegir entre monarquía o república, sino entre mejor o peor democracia?
Sí, claro. Pero es que precisamente la abdicación del rey es la oportunidad de abrir el melón, de abrir el proceso constituyente que desemboque en una Tercera República como una nueva forma de entender la política frente a la vieja. No olvidemos que la monarquía representa a la vieja política, no sólo porque es una institución anacrónica, sino sobre todo porque la Casa Real española está ligada a procesos de corrupción como la trama Gürtel, a privilegios, a la opacidad y al no dar explicaciones cuando está financiada con dinero público. Hay que vincular la necesidad de una nueva política con la simbología republicana: debemos luchar para que la Tercera República no sólo implique un cambio en la forma del Estado, sino también de las reglas del juego político.
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¿Se puede decir hoy más que nunca que España mañana será republicana?
Sí, claro que se puede decir, sobre todo después de las elecciones europeas.
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¿Entiende que la abdicación del rey no es casual?
No es casual, no. Está claro que en la hoja de ruta estaba escrito que el rey abdicase, lo que ocurre es que todo se ha precipitado tras los resultados de las elecciones europeas. El apoyo al PP y al PSOE, que son los pilares fundamentales de la monarquía y del sistema político de 1978, se está hundiendo. De hecho, la del rey es la segunda cabeza que pierde el bipartidismo y el sistema político de 1978 desde el 25 de mayo: la primera fue la de Rubalcaba. Ahora le toca a Juan Carlos, que ha tenido que adelantar su abdicación para que no se repita lo mismo en unas elecciones generales, porque sería difícil cercenar el debate sobre el régimen de 1978 en un Parlamento donde el bipartidismo tuviera menos apoyos.
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¿Felipe VI tiene legitimidad para reinar?
Para mi Felipe nunca va a tener legitimidad como rey. Mis principios democráticos me dicen que no hay ninguna persona por encima de las demás y que no hay ninguna familia por encima de las demás. Ahora, si la monarquía busca una legitimidad y quiere encontrar otra mayoría se va a encontrar con muchos problemas, porque la monarquía es una burbuja en una sociedad que sufre los recortes, que sufre el desempleo, que sufre la miseria. Felipe no ha nacido en un barrio popular, Felipe ha crecido rodeado de privilegios pagados por todos los españoles. Él vive en una burbuja y naturalmente le costará sensibilizarse frente a los desahucios; no va a poder entender jamás qué es lo que te echen de casa, qué es perder un empleo. El futuro rey va a tener muy difícil ganarse esa legitimidad.
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¿Habrá referéndum a corto o medio plazo?
Tengo claro que PP y PSOE no están ahora por la labor, a pesar de que las bases sociales del PSOE e incluso alguna parte del PP son republicanas y estarían a favor del referéndum. Creo que la monarquía va a tener un panorama muy difícil en los próximos años. Yo cuento con el optimismo republicano de que el proceso constituyente que nosotros queremos iniciar sea más temprano que tarde y eso pueda conducir a que hablemos de Felipe VI el breve.
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¿Qué tipo de reforma constitucional plantea usted?
Hablo de reformar la Constitución desde abajo, con la participación de la gente. Yo no quiero una Constitución elaborada en los despachos por una pequeña élite, yo quiero que la gente se involucre y que diga lo que hay que hacer, que decida si la prioridad es la sanidad, la educación o el pago de los intereses de la deuda. Yo quiero una política que se haga en la calle y no en los despachos.
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¿Y todo pasa por la supresión de la monarquía? ¿Una república no tendría los mismos problemas que ahora?
¿La monarquía es responsable de la Gürtel o de los ERE en Andalucía? No, pero está vinculada porque es la cara visible de un sistema político en el que se puede premiar la corrupción en las urnas. Hablo de instaurar una república donde la corrupción esté mucho más severamente castigada, donde haya mecanismos que fiscalicen el comportamiento de los cargos públicos, donde existan los procesos revocatorios o donde se pueda destituir a cargos públicos que a juicio de los ciudadanos no estén cumpliendo con su mandato.
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"Juan Carlos ha tenido que adelantar su abdicación para que no se repita lo de las europeas en unas elecciones generales"
Lo que parece claro es que los cambios tienen que venir de la izquierda, pero ésta ha salido muy fragmentada de las elecciones europeas. Ahora se habla de crear un frente amplio con IU, Podemos, Equo y otras fuerzas. ¿Cómo lo valora?
Aunque hay dificultades programáticas porque Izquierda Unida y Podemos no tienen exactamente el mismo programa, sí existen elementos comunes que podrían ser la base del frente amplio o como quiera que se llamase ese proceso de confluencia. ¿Es posible ese frente? Sí. ¿Es fácil? No. Por eso hay que ser inteligentes y audaces para trabajar en esa dirección. Hay mucho margen de crecimiento: la abstención es un caldo de cultivo enorme para convencer a la gente de que hay que participar en política y eso puede ser un buen punto de crecimiento de la izquierda y del frente amplio.
¿Es posible ese frente sin el PSOE?
El PSOE está en plena descomposición interna y sometido a mucha presión porque tiene muchas contradicciones internas; la última, sin ir más lejos, la de monarquía o república. Cuando un dirigente del PSOE dice que sus principios son republicanos pero apoya a la monarquía, lo que nos está diciendo es que los principios para él ocupan un lugar secundario. Hay muchos lugares en este país donde en las elecciones europeas la suma del voto de Podemos e IU fue superior al voto del PSOE. Así que podría darse la circunstancia de que el voto útil cambie de dirección, hacia la izquierda del PSOE.
¿Es posible que IU y Podemos se presenten juntos en las próximas elecciones, municipales y generales?
Cada organización debe reflexionar serenamente por separado, ver qué conclusiones se sacan de lo que ha sucedido y después pensar positivamente que ninguna de las dos organizaciones en solitario va a ser capaz de poner en marcha su programa. Creo además que la ley electoral nos sancionaría si no hiciésemos algún tipo de confluencia. Lo que ocurre es que hay que hacerlo con inteligencia y audacia para que los espacios no sean refractarios.
"Hay mucho que hacer en IU: aumentar la democracia interna de la organización y convertirla aún más en un movimiento social"
Una de las exigencias de Podemos es un proceso de primarias abiertas, algo que a usted no parece gustarle mucho.
Yo tengo reparos, es verdad. Creo que hay que democratizar las organizaciones pero eso no implica hablar de primarias abiertas. Primarias de militantes, sí, pero también procesos revocatorios, fiscalización, etcétera... porque las primarias abiertas se refieren únicamente a la elección del candidato. Lo que yo quiero es una gestión democrática durante todo el mandato. Las primarias abiertas tienen elementos positivos pero también negativos que hay que compensar. Hay que introducir mecanismos compensatorios para evitar que una persona por ser muy conocida tenga más ventaja o para evitar que haya un candidato con más financiación que los otros, por ejemplo. Si se hace eso, yo estoy dispuesto a hablar de un diseño de primarias abiertas que neutralice los efectos negativos que he indicado.
¿Por qué Podemos logró en cuatro meses lo que IU lleva persiguiendo tantos años? ¿En qué ha fallado IU?
Hemos crecido muchísimo y estamos contentos. Pero es cierto que desde un punto de vista sociológico hay espacios electorales en los que no hemos logrado triunfar y que necesitamos porque con un 10% de los votos nuestro programa no se puede llevar a cabo. Nos ha pasado quizá lo que nos ocurrió con el 15-M: intentábamos sacar a la gente a la calle y fue el 15-M quien lo logró, no nosotros. Hay mucho que hacer en IU: aumentar la democracia interna de la organización y convertirla aún más en un movimiento social para que sea más atractiva y útil para la gente. Creo que si tomamos esa dirección, estaremos en condiciones de tomar un espacio electoral al que hasta ahora no hemos llegado.
¿Está de acuerdo con la afirmación de Juan Carlos Monedero, uno de los ideólogos de Podemos, de que una parte de IU también se ha hecho régimen? ¿Parte de IU también es casta?
No, no estoy de acuerdo. Yo no uso el término casta porque me parece muy tramposo y muy simple. Es más fácil de entender, sí, pero contiene elementos de injusta generalización. Creo que hace falta más pedagogía política para saber diferenciar las cosas. Yo sé que en Podemos saben diferenciarlas pero ellos han elegido esa estrategia discursiva que yo no comparto. IU tiene discrepancias internas que son naturales en una organización heterogénea. Una de ellas es qué papel juega el sistema político del 78. Hay gente que opinamos que es parcialmente responsable de lo que está sucediendo en esta crisis, pero hay otra parte de IU que considera que el sistema del 78 todavía se puede salvar. Es una discrepancia ideológica, pero eso no nos convierte en casta. Casta sería en ese sentido la gente que es corrupta, clientelar, caciquil; gente que no quiere democracia interna. La gente de IU que ha participado en asuntos rechazables como Bankia ha sido expulsada ya. Esas personas sí eran casta porque eran parte de la corrupción, parte del sistema que denunciamos y combatimos. Ya han sido expulsadas, pero es cierto que una parte de la sociedad española nos sitúa en el mismo espacio que PP y PSOE. Hay que hacer pedagogía para demostrar que nosotros no somos eso.
"Cuando tienes que hacer una revolución necesitas una organización. Eso Podemos aún no lo tiene. Nosotros sí"
Monedero también decía en esas mismas declaraciones que a IU le faltan líderes que emocionen.
Está claro que la política tiene que venir acompañada de una estrategia de comunicación que sea eficiente y no distorsione el programa. Podemos ha hecho eso magistralmente, pero cuando tienes que hacer una revolución necesitas una organización. Para presentarte en 8.000 municipios, a un rango de diez concejales en cada municipio, necesitarás 80.000 candidatos y personas dispuestas a participar. Hace falta una estructura, una organización y eso Podemos todavía no lo tiene. Nosotros sí. El trabajo de la militancia es espectacular y necesario porque es un trabajo de mucho esfuerzo y de mucho valor. Lo que ocurre es que hay que dirigirlo hacia un objetivo que también tenga en cuenta el elemento comunicativo y es probable que ahí tengamos que hacer una reflexión crítica cuando vemos que de la nada surge un programa parecido que arranca tantos votos. Pero donde hemos tenido una organización fuerte, IU ha subido espectacularmente. Las organizaciones son las que te van a permitir después sentar las bases de la alternativa de gobierno. No se puede formar un gobierno alternativo en un país de 47 millones de personas sólo entre 200 personas, necesitas una estructura. Eso Podemos lo sabe e imagino que empezarán a trabajar desde ya en ello.
¿Si IU y Podemos hubiesen ido juntos a las elecciones europeas hubieran sacado tanto como por separado?
Creo que no. La aritmética política es desigual. Hay veces que 1+1 puede dar 1,5 o puede dar incluso 0,5 porque son espacios refractarios. Pero si se hace con audacia e inteligencia, 1+1 puede dar 5. Hay que estudiarlo y debatirlo con serenidad, por eso estas invitaciones al pacto o al no pacto son precipitadas. Hay que estudiar quién votó a IU, quién no voto y por qué y por qué otros votaron a Podemos.