Retiraron la contrarreforma de la ley del aborto que provocó la dimisión de Alberto Ruiz-Gallardón aludiendo a la falta de consenso como justificación. Pero el PP no da tanta importancia al acuerdo a la hora de debatir las medidas de regeneración democrática que lleva meses intentando sacar adelante. Así lo ponen de manifiesto grupos parlamentarios de la oposición que, tras haber mantenido las primeras reuniones con los conservadores y el Gobierno, aseguran que el PP busca un pacto, sí, pero que si no se alcanza terminará pasando el rodillo de su mayoría parlamentaria. 

Una vez aparcada del debate en los despachos del Congreso la reforma electoral local con la que el PP pretendía aprobar la elección directa de alcaldes, el Grupo Popular, el Ejecutivo y los diputados de la oposición han centrado sus encuentros en negociar cuestiones como la ley de transparencia, el estatuto de los cargos públicos, la reducción de los aforamientos y la limitación de los indultos, entre otras medidas. 

Finalizada, ayer, la primera ronda de reuniones, son varias las formaciones que han expresado cierto malestar por la actitud de PP y Gobierno. Y es que, al parecer, los conservadores ya han comenzado advirtiendo de que, aunque su voluntad es consenguir 'el mayor consenso posible', de no llegar a ese punto, seguirán adelante con sus propuestas hasta llegar a aprobarlas. Sea como sea.

Así lo reconoció incluso el propio portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Alfonso Alonso, que en una entrevista en televisión sentenció que el PP quiere aprobar sus medidas de regeneración democrática 'sí o sí en esta legislatura'. Cierto es que asumió que éstas 'tendrán más valor si se hacen con un gran acuerdo', pero ese aspecto no será determinante para sacarlas adelante. Es decir, que de ninguna manera se quedarán, como el anteproyecto de Ley Orgánica para la defensa de la vida del concebido y de los derechos de la mujer embarazada, en el cajón del olvido. 

La oposición recibió esta afirmación, que los conservadores mantuvieron durante las primeras reuniones celebradas, como un motivo más de recelo respecto a las verdaderas intenciones del partido que preside Mariano Rajoy. Y es que muchos tienen la sensación de estar participando en un paripé que de poco o nada contribuirá al objetivo común de regenerar la democracia.

Aunque todos los diputados consultados por este diario coinciden en que los encuentros han sido cordiales, amables y con espíritu de consenso, también muestran ciertas reticencias. Por ejemplo, Gobierno y PP (representados en los encuentros por el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, José Luis Ayllón, y Alfonso Alonso, respectivamente) han propuesto al resto de grupos consensuar una proposición de ley que regule aspectos concretos del Código Penal relacionados con temas de corrupción y regulación de los indultos, según las citadas fuentes. 'Pero si no hay consenso, la terminarán haciendo ellos', asegura —entre otros— Olaia Fernández Dávila, del BNG.

La misma afirmación la suscribe también el diputado de Compromís-Equo, Joan Baldoví, que, aunque reconoce que estos primeros encuentros han sido sólo una primera toma de contacto, advierte de la posibilidad de que la tan mitineada por el PP 'búsqueda del consenso' no sea real. 'Al final nos han reconocido que van a usar su mayoría parlamentaria para aprobar lo que ellos quieren, así que...', bromea.

Sin embargo, todos coinciden en que todavía no les han puesto propuestas concretas y definidas encima de la mesa. Los impulsores de este proceso han entregado a sus contertulios un extenso documento donde se recogen las líneas generales a debatir con el fin de que, en los próximos encuentros, sea la oposición quien plantee sus propios objetivos a conseguir. Pero, como mínimo, el PP pretende dejar aprobadas en este período de sesiones la ley de transparencia y el estatuto del alto cargo que ya se encuentran en plena tramitación parlamentaria. Los conservadores buscan consensuar las posibles enmiendas a introducir en ambas normativas pero, de no ser así, ambas verán la luz antes del 31 de diciembre, según los plazos marcados por Rajoy.

Las fuentes consultadas añaden, además, las dificultades para poder alcanzar un pacto. Los primeros en expresarlo fueron los miembros de la Izquierda Plural (IU, ICV y Chunta), que siempre ha considerado que el PP no estará legitimado para hablar de 'regeneración democrática' mientras ninguno de sus miembros se suba a la tribuna del Congreso a dar explicaciones por el caso Bárcenas.  A día de hoy, mantienen su postura y aseguran que no acudirán a ninguna reunión más. 'Si tenemos que hacer algo lo haremos cuando las propuestas lleguen a la Cámara', explican. Es decir, que en el momento en que una determinada propuesta de los conservadores se esté tramitando en el Congreso, ellos actuarán a favor o en contra presentando las correspondientes enmiendas a la misma. 

Por su parte, en ERC y en el BNG aún no han llegado a cerrar la puerta por completo a su participación en este proceso previo, pero en ambos casos ven 'difícil' —dada la diferencia entre extremos ideológicos— que esta historia termine con un final feliz.

De otro lado, todos los consultados se muestran resignados al poder del bipartidismo; otro elemento más para contribuir al desánimo. 'Lo primero que busca el PP, y es normal, es el consenso con el PSOE', asumen, aunque no necesariamente crean que vayan a lograrlo.

En cualquier caso, todo está aún por ver. 'Estudiaremos los documentos que nos han entregado y luego ya veremos', concluyen.