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Ni educación, ni sanidad, ni aborto, ni ETA

ANA PARDO DE VERA

La intervención inicial del presidente esta mañana en el Congreso (así te lo hemos narrado en directo) evitó hacer concesión alguna a las cuestiones espinosas que rompiesen el tono triunfalista de Mariano Rajoy en la apertura del debate sobre el estado de la nación 2014, aunque estos asuntos sí estén presentes en el foro de la opinión pública. El jefe del Ejecutivo aparcó los temas sanitarios y educativos -que competen a dos de sus ministros peor valorados, Ana Mato y José Ignacio Wert, respectivamente- y no hizo mención alguna ni a lo hecho por el Gobierno en la primera parte de la legislatura ni a lo que pretende hacer en la segunda mitad que viene en estas materias.

El jefe del Ejecutivo tampoco se refirió a sus planes sobre la reforma de la ley del aborto emprendida por el Ministerio de Justicia; ni si sus intenciones pasan por las de su titular, Alberto Ruiz-Gallardón (seguir adelante con ella conforme al plan inicial de una ley más restrictiva aun que la de 1985 y que suprime el supuesto de malformación del feto), o aceptar las peticiones de consenso que le llegan de distintos ámbitos del PP para que, al menos, recupere la norma del Gobierno de Felipe González.

Quienes más sorprendidos se quedaron, sin embargo, tras la intervención inicial de Rajoy -que en los pasillos de la Cámara Baja se mostró visiblemente satisfecho con su discurso-, fueron los nacionalista vascos. El PNV esperaba al menos un mención al final de ETA -incluso, para criticar el pequeño gesto de entrega de armas del pasado viernes-, pero el presidente ni mencionó a la banda terrorista ni hizo alusión alguna a un atisbo de cooperación con el Gobierno de Euskadi en este sentido.

Más allá del tono grave que Rajoy adoptó al mencionar la inmigración, nada hizo pensar que al presidente le preocupen lo más mínimo los últimos acontecimientos sobre la entrada de inmigrantes en España y que supusieron la muerte de 15 personas en Ceuta hace dos semanas. El jefe del Ejecutivo dedicó menos de un minuto de los 90 que duró su intervención a hablar de este asunto y lo hizo leyendo un párrafo trufado de generalidades sin mención alguna a las víctimas o a la actuación de la Guardia Civil y las explicaciones del Ministerio del Interior. Rajoy insistió en la necesidad de 'reforma la cooperación con los países e origen y tránsito' y apeló a los 'recientes acontecimientos de Ceuta y Melilla' para demostrar que Europa tiene un 'dramático problema' que 'no ha acertado a resolver'.

Mucho más énfasis y más tiempo mereció en el discurso de Rajoy la defensa de la unidad de España y de la Constitución Española al referirse a las reivindicaciones independentistas de los catalanes, aunque el presidente tampoco aportó novedad alguna respecto a lo ya dicho en otras ocasiones, también en el Congreso donde ha hablado hoy. 'Ese referéndum no se puede celebrar. No es legal'; 'Mi obligación es cumplir la ley y hacerla cumplir'; 'Siempre he estado dispuesto al diálogo, ahora también, pero dentro de la Constitución y de la ley' o 'voy a pelear por los catalanes, su progreso y su bienestar' fueron algunos de los mensajes repetidos hoy por el jefe del Ejecutivo, entre los aplausos de su grupo parlamentario, que fue en este tramo de la intervención en donde se aplicó más con ellos.

El mensaje más concreto que Rajoy dirigió al presidente de la Generalitat de Catalunya, aunque no por primera vez, fue el de recordarle que 'la Constitución puede ser reformada', que así se ha hecho en dos ocasiones y que 'todos cuantos pretendan su modificación pueden plantearla, pero siguiendo los pasos y reglas que la propia Constitución establece'.

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