A las 10 de la mañana de este viernes se ha cerrado la consulta ciudadana in extremis convocada 24 horas antes por la Secretaría General de Podemos. Con un 92,92% de los votos, la militancia de los morados ha pedido a las dirigentes del partido que negocien una alianza con la candidatura liderada por la todavía vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

Podemos tiene hasta la media noche para llegar a un acuerdo para concurrir junto a la nueva formación, a la que ya se han unido, entre otros, Más País y Compromís.

De todas las consultas estatales llevadas a cabo por el partido, se trata de la tercera votación en la que menos inscritos han participado, si bien sólo han tenido 24 horas para votar. Es difícil dimensionar qué porcentaje de sus bases supone esta cifra, ya que no existen datos públicos sobre el total de militantes afiliados al partido en la actualidad, como denunció Público.

Muy por delante de esta última consulta queda la impulsada por Pablo Iglesias e Irene Montero en mayo de 2018 ante la polémica de su compra del chalet de Galapagar. En aquel momento ambos eran todavía diputados de Podemos en la oposición.

La noticia copó editoriales y telediarios, y ante la presión mediática y la polémica generada, los morados decidieron celebrar un plebiscito interno que refrendó a sus líderes con el 68,42% de los votos. A la pregunta "¿Consideras que Pablo Iglesias e Irene Montero deben seguir al frente de la Secretaría General y de la portavocía parlamentaria de Podemos?" respondieron 188.176 de los inscritos, la mayor cifra de participación registrada en cualquiera de las votaciones internas de Podemos. A pesar de que el "sí" aglutinó 128.300 votos, también fue la consulta en la que el "no" acumuló un porcentaje mayor de votos: un 31,58% (59.224 votos).

Las consultas ciudadanas son el mecanismo que se dio la Asamblea Ciudadana de Podemos para legitimar internamente las decisiones del partido. Estrenado en 2015, año en el que la formación concurrió por primera vez a los comicios municipales y estatales, ha permitido a sus bases validar o no las propuestas de la Secretaría General respecto a la continuidad de sus miembros, los pactos y alianzas pre y postelectorales o los programas electorales entre otras cuestiones, tal y como establecen sus Estatutos.

Las 25 consultas ciudadanas de Podemos

"¿Aceptas que el Consejo Ciudadano de Podemos, en aras de seguir avanzando en la construcción de una candidatura popular y ciudadana, establezca acuerdos con distintos actores políticos y de la sociedad civil?". Esta fue la primera consulta que la formación morada planteó a sus bases el 17 de julio de 2015, de cara a las elecciones generales que se celebraban a finales de aquel año.

La pregunta incluía dos condicionantes: que los acuerdos se establecieran a escala territorial y que se mantuviera el nombre y logotipo de Podemos en primer lugar.

Un 84,63% de los 44.792 participantes dieron luz verde al partido para negociar con otras fuerzas, aunque ese fenómeno no se daría hasta mayo de 2016, tras la repetición electoral. Esta fue la consulta que menos votaciones recibió de todas las convocadas posteriormente por la dirección del partido. Tras esta, vinieron otras siete estatales más y diez autonómicas.

Fin de las consultas municipales

Durante 2015, los grupos municipales de Podemos promovieron siete consultas entre sus bases. Tres de ellas, las de Ibiza (Balears), Cádiz (Andalucía) y Menorca (Balears), se promovieron con motivo de los resultados de las elecciones municipales de mayo de aquel año.

El sí en la consulta de Ibiza propició un gobierno de coalición con el PSOE, en Cádiz con Cádiz en Común y en Menorca dio lugar al tripartito junto a Més per Mallorca y el PSOE.

Aquel año también hicieron uso de este mecanismo Podemos Mallorca (Balears), El Hierro (Canarias), Siero (Asturias) y Valladolid (Castilla y León). Esta última, celebrada el 28 de septiembre de 2015, planteó que la formación se desvinculara del grupo municipal y provincial Sí se puede Valladolid. Los inscritos apoyaron el "no" con un 51,55%, un resultado ajustado que no sirvió para que ambas formaciones terminaran con divorciarse apenas un año después.

Preludio de las rupturas que se irían extendiendo por todo el territorio nacional, esta fue la última vez que los morados consultaron a sus bases locales.