Opinión
Trump arrastra al desastre a su propia red social
Por David Bollero
Periodista
El regreso de Donald Trump a X (antigua Twitter) no sólo se debe al amplificador que supone poder dirigirse de nuevo a los casi 90 millones de seguidores que tiene, sino que también encuentra su causa en el estrepitoso fracaso que ha supuesto Truth Social. La alternativa que ideó el expresidente después de que el fundador de la red social Jack Dorsey lo expulsara en 2021 por rechazar su evidente incitación a la violencia tras el asalto al Capitolio, ha quedado muy lejos de las expectativas de su creador.
El excéntrico propietario de X, Elon Musk, se jacta de estar perfectamente alineado con los postulados de Trump. Tras adquirir la red social, no dudó en revocar el veto a la cuenta de Trump a finales de 2022 y ahora, con la reciente entrevista, le ha tendido la alfombra roja. Musk se ha convertido en un activo más de la campaña del republicano, dando de nuevo altavoz a las mentiras y los mensajes de odio que acostumbra a difundir el expresidente. Lo cierto es que Trump ha encontrado en X lo que no ha sido capaz de conseguir con su red Truth Social, que ya tuvo un más que tormentoso nacimiento.
Sólo en el último trimestre, Truth Social sumó más de 16 millones de dólares en pérdidas, sin conseguir recaudar siquiera un millón de dólares de ingresos. Estas cifras son la punta del iceberg que cada vez se hunde más. De hecho, si el pasado lunes Trump rompió su silencio en X tras casi un año mudo, el martes las acciones de Truth Social se precipitaron a su punto más bajo, desplomándose más de un 7%.
Ya el pasado mes de mayo, las pérdidas publicadas alcanzaban los 327,6 millones de dólares en el primer trimestre del año, generando algo más de 700.000 dólares de ingresos. La situación va de mal en peor, porque las pérdidas en 2023 no llegaban a 60 millones, aunque sí es cierto que los ingresos seguían siendo ridículos con unos cuatro millones de dólares de facturación.
Los expertos califican la acción de esta red social como una 'acción meme', pues consideran que sus oscilaciones dependen más de la coordinación de los inversores minoristas que de otro factor. Quienes invirtieran en la empresa de Trump lo llevan claro. Así se desprende del último prospecto remitido por la Truth Social a la SEC (Securities and Exchange Commission), en la que viene a confesar al regulador que Trump puede prescindir de esta red social si considera que otra, como X, le aporta una mayor audiencia, con todas las repercusiones económicas que ello implica. Aunque es cierto que con sus 115 millones de acciones Trump posee prácticamente el 60% de la red social y él será el principal perjudicado con las pérdidas, habrá más damnificados.
El supuesto baluarte de la libertad de expresión que dijo Trump que sería Truth Social no interesa. Ni siquiera el juicio penal contra Trump ha resucitado a esta invención del republicano. Según datos de Similarweb, la media de visitas mensuales a la red social durante 2023 apenas alcanzó los cuatro millones, desplomándose casi un 40% respecto al año anterior. La actual campaña electoral sí parece haber aportado respiración asistida a la plataforma, que de junio a julio ha pasado de un 7,7 millones de usuarios totales a 16 millones, encontrándose el 80% de ellos en EEUU con un claro predominio de los hombres (63,48%). Los usuarios apenas visitan dos días a la semana Truth Social y, además, permanecen en ella muchos menos minutos que en cualquier otra red.
Estas pésimas métricas recopiladas por terceros expertos son consideradas falsas por parte de Truth Social, que ha sido incapaz de rebatirlas de manera fiable, lo que sin duda está teniendo un impacto muy negativo en su rentabilidad. Ahora, con la apuesta decidida por X, Trump parece acabar de asestar la estocada definitiva a una red social que jamás terminó de despegar.
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