Opinión
Regeneración política en Francia: Baby Macron llega al Matignon
Profesora de Ciencia Política y Estudios Europeos en la UCM.
La llegada de Gabriel Attal al Palacio de Matignon confirma una de las tendencias de la política francesa actual, la de la regeneración del ecosistema político. Este proceso comenzó hace ya unos años con la progresiva descomposición de dos de los grandes partidos políticos que habían configurado el sistema francés: los Republicanos no pudieron aguantar tras la tormentosa salida de Sarkozy de la presidencia; y los socialistas, debilitados tras el liderazgo de Francois Hollande, no hicieron más que aguantar una implosión que dio como resultado a Emmanuel Macron. Comenzaba entonces ese proceso de rejuvenecimiento en el ala más liberal de la política francesa.
La elección de Attal, de 34 años, no ha sido al azar ni mucho menos. “Puedo contar con su energía y su compromiso para implementar el proyecto de rearme y regeneración que anuncié. Fiel al espíritu de 2017: superación y audacia” explicó Macron en redes sociales tras anunciar el nombramiento del que, a todas luces, aspira a ser su delfín político de cara a las Presidenciaes de 2027, dejando de lado a barones veteranos como el ministro del Interior, Darmanin, o el de economía, Le Maire, que en estos momentos estarán esperando a ver la caída de aquel que quiso subir muy alto, muy deprisa. Según muchos “el más macronista de entre nosotros”. Gabriel, le Premier, Attal es, como todos los medios se han encargado de remarcar, joven, extremadamente ambicioso, cuenta con un dominio extraordinario de la comunicación política y también posee unas profundas convicciones conservadoras sobre la República. Asistimos así al fulgurante ascenso del primer ministro más joven de todos los tiempos en Francia (con la excepción del mismismo Bonaparte nombrado cónsul con 30 años), nombrado por el presidente más joven de la República.
Se trata de la sustitución de una tecnócrata como Elizabeth Borne, por un político ejecutivo, mucho más agresivo que su predecesora, muy leal y casi un mini-yo del propio Macron, que entiende que le ayudará en su estrategia contra la extrema derecha de cara a las elecciones europeas del próximo mes de junio donde Agrupación Nacional (RN, según sus siglas en francés) de Marine Le Pen tiene más que evidentes posibilidades de vitoria.
Y, efectivamente, si se mira un poco más de cerca a los movimientos en Francia, se observa como los nuevos aires juveniles van copando puestos destacados. Este es el caso del jovencísimo (apenas 28 años) Jordan Bardella, de RN, o de Marie Toussaint, de Les Écologues, cabezas de lista a las elecciones europeas. Apuestas que intentan movilizar el voto que históricamente más ha optado por la abstención, especialmente en elecciones de segundo nivel como son las elecciones al Parlamento Europeo.
Por tanto, lo que se está reconfigurando en este momento en Francia es un nuevo marco sucesorio de las actuales elites políticas. Si Macron tiene a Attal, Le Pen tiene a Bardella; y los dos operan como réplicas perfectas de sus mentores. Ambos reflejan de manera hipérbolica los rasgos que caracterizan a cada uno de sus bandos: Attal a una élite progresista parisina, Bardella se identifica con el lema de la “Francia que madruga”, y ambos coinciden en su dedicación total a la política.
Bardella apela abiertamente a su potencial como futuro primer ministro en sus declaraciones cuando afirma estar preparado para “asumir las funciones en caso de disolución de la Asamblea Nacional” o “estamos preparados para gobernar Francia”. Ya se encuentra por delante de Marine Le Pen como una de la diez personalidades políticas más importantes de país, según una encuesta de diciembre de 2023 de Paris Match. De cara a las elecciones presidenciales de 2027, Bardella tendrá 32 años y Le Pen ya ha dicho que si entonces saliera elegida, él sería su hombre de confianza… espejos simétricos con el reciente nombramiento de Attal. En todo caso, no estaría de más que se anduvieran con cuidado sus mentores, pues ambos perfiles son brillantes, cada cuál a su estilo, pero son depredadores y esto es algo que ya muchos analistas franceses apuntan de manera discreta.
El duelo político Bardella-Attal será, a buen seguro, el futuro próximo de la política francesa, mucho ego, mucha ambición y poco interés general. Porque, ¿alguien ha visto regeneración en alguno de los partidos del centro derecha y de las izquierdas del país? No, ahí todavía reinan los viejos dinosaurios. Los viejos republicanos han dicho que colaborarán con el joven primer ministro, saben que se trata de un cambio gatopardiano. Los viejos dinosaurios de las izquierdas recurren a cuestiones procedimentales, como llamar a un voto de confianza, pero no saben qué hacer, porque ¿dónde está el relevo? ¿dónde la alternativa política que logre cautivar a los más jóvenes? ¿qué alternativa política hay encima de la mesa que sea capaz de contrarrestar a la reciente e infame nueva ley de inmigración francesa?
Cuentan los más sabios del lugar que los cambios que suceden en Francia antes o después llegan al resto de Europa; cuando Francia estornuda, Europa se acatarra decían. Pues si en Francia la apuesta de futuro (republicano, eso sí) se caracteriza por estos dos jóvenes blancos, sobradamente preparados, sin la más mínima conciencia social y, sobre todo, sin ningún contrapeso a su izquierda, imaginen lo que puede llegar a suceder en el resto del continente.
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