Opinión
De Quequé a la república federal laica de Ayuso
Directora corporativa y de Relaciones institucionales.
Actualizado a
La asociación ultracatólica Abogados Cristianos lo ha vuelto a hacer. Esta vez le ha tocado al cómico Héctor de Miguel (Quequé solo para el titular) que ha sido denunciado por esta panda de devotos y devotas al pedir que reventasen el Valle de los Caídos con una bomba, o algo similar. En definitiva, nada que no pensaran alguna vez un buen puñado de demócratas -y me incluyo-, además, en serio, porque la declaración de De Miguel se hizo en un contexto de comedia.
No consta que Abogados Cristianos esté a sueldo del Gobierno de la Comunidad de Madrid, aunque podría ser muy útil a Isabel Díaz Ayuso en su cruzada contra la República Federal Laica que quiere imponer Pedro Sánchez desde La Moncloa, según la presidenta madrileña. No caerá la breva de que Ayuso tenga razón, ojalá, porque el PSOE sigue permitiendo, al más puro estilo derecha decimonónica, que continúe en nuestro Código Penal un delito tan rancio y antidemocrático como es el de ofensa a los sentimientos religiosos, y no solo: aquí seguimos en esta España borbónica con otro delito de injurias al rey o de ultrajes a España.
Es desesperante lo que cuesta avanzar en algo tan vanguardista como la libertad de expresión, sobre la que no hay ni rey ni religión ni bandera que valgan, dicen la ONU y todos los organismos europeos. Pero aunque lo digan por activa y por pasiva, ahora no vaya a intentar usted ponerse a dar gritos en pleno centro de Madrid contra Felipe VI, los obispos o la rojigualda; siempre habrá un abogado cristiano dispuesto a sacar tajada con una denuncia que aceptará algún juez comprensivo con el ofendidito de turno. Parece gracioso, sí, pero no lo es: además de una injusticia, es una inmoralidad.
El socio minoritario de Gobierno, Unidas Podemos, junto a los ídem de investidura, lleva toda la legislatura tratando de que el PSOE acometa de una vez la derogación de estos delitos que devuelven a España a la Edad Media. Movimientos parlamentarios ha habido, pero llega el final de año, con su final de curso definitivo ante el programa electoral de 2023, y aquí seguimos, con la monarquía, la religión católica, la bandera y el sursum corda aplastando tu libertad de expresión, y la de Héctor de Miguel, y la de Willy Toledo, y la de exiliados como Valtònyc o encarcelados como Hásel... Pero España es una "democracia plena" y además, va camino de convertirse en una República Federal Laica. Qué risa.
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