Opinión
El mundo ante el Triángulo de los 'Madmen': Trump, Netanyahu y Jamenei
Por Nazanin Armanian
Analista política y traductora persa y dari
La victoria (prevista, meses antes de las elecciones) de Donald Trump cogió por sorpresa a la Teocracia Chiíta de Irán (TCHI), y desmontó sus planes para continuar una “coexistencia pacífica”, con los demócratas de EEUU, cohabitando en una especie de “matrimoniada” en los países destruidos por EEUU (Irak, Afganistán y Siria). El principal motivo de Ali Jamenei para designar a un civil amable y sonriente, el doctor Masoud Pezeshkian, como presidente, en sustitución del Carnicero de Teherán el clérigo Ebrahim Raisí tras su muerte en circunstancia oscuras, no fue paliar la profunda crisis económica, social, política, medioambiental y de derechos elementales humanos que sufre el pueblo iraní, sino sólo y exclusivamente reanudar las negociaciones nucleares con Washington, para así garantizar la supervivencia de lo que él llama Nezam, el Sistema, su teocracia. La brutal agresión militar de Israel (aunque no lo sepan los ayatolás, hace del Estado No 51 de EEUU), a los pueblos y países de la región, incluido el propio Irán, el asesinato de decenas de miles de palestinos y libaneses, incluidos sus lideres islamistas, han puesto en alerta al que los israelíes llaman “la cabeza del pulpo” por eliminar, o sea al propio ayatolá.
El Wall Street Journal del 14 de octubre afirmaba que Jamenei en una carta enviada a Biden le había prometido no enviar a sus sicarios para matar a Trump -en venganza por el asesinato de Qasem Soleimani en 2020-, tras recibir la advertencia de Biden de que en caso de hacerlo sería tratado como un acto de guerra. “De eso nada”, desautorizó el director daeshista del diario Keyhan Hassan Shariatmadari, al anciano caudillo: nadie podrá impedir una venganza divina.
Pues, Israel y EEUU de Biden volvieron a atacar una veintena de sitios militares de Irán, y destruyeron su sistema defensivo, preparando el siguiente ataque, mientras Trump llega para reanudar el proyecto de Nuevo Oriente Próximo, iniciado por Washington tras el fin de la Unión Soviética en 1991, con la Guerra del Golfo Pérsico. Los ayatolás, además de confundir la propaganda de los opinadores felices del sofá que anuncian la inminente desaparición de Israel (y EEUU) con un análisis geopolítico, desconocen el concepto del imperialismo y las necesidades incontrolables del capitalismo de arrasar lo que encuentra en su camino.
Durante la presidencia de Richard Nixon, su entorno difundió el mantra de que el presidente estaba loco (la teoría de Madman), irracional e imprevisible, para meter miedo en el campo socialista, y obtener concesiones. Ahora, Benjamín Netanyahu- Donald Trump y Ali Jamenei han formado el Triángulo de los Madmen. Son fascistas, no locos; tampoco hay algo imprevisto en este macabro escenario: prueba de ello, nuestra advertencia, desde hace años y en este mismo diario, de la situación en la que hoy se encuentra Oriente Próximo, por ejemplo sobre la Solución Final que Israel y EEUU diseñaron para la Causa Palestina.
Jamenei se enfrenta a un Trump que será una especie del “Líder supremo” a lo evangélico, e igual que él está acompañado por aduladores -millonarios-narcisistas-inútiles, además de aporófobos, misóginos, y supremacista: “Dos reyes no caben en un mismo reino”, reza un dicho persa.
Oriente Próximo durante Trump I
Lo que hizo el magnate de casinos durante su primer mandato indica por dónde irán los tiros:
- Con el objetivo de provocar una guerra con Irán, asesinó a Qasem Soleimani, jefe de las Fuerzas de Quds de los GRI encargado de exportar el chiísmo por la región, y a quien Barak Obama le había salvado la vida de un asesinato selectivo de Netanyahu en Siria. Con su muerte, se desmoronó definitivamente la estructura paramilitar creada por la TCHI durante cuatro décadas.
- Retiró a EEUU del acuerdo nuclear firmado por Obama-Jamenei.
- Declaró “organización terrorista” a los GRl (y Biden lo mantuvo).
- Impuso las sanciones más severas contra el pueblo iraní (que no su régimen), vigentes hasta hoy: un dólar equivale a 730.000 riales, la inflación “oficial” ronda sobre el 43%, y en varios artículos esenciales ha superado el 400%. Nunca Irán había perdido tanta su independencia alimentaria, política o militar que durante esta teocracia, además de prestigio internacional.
-Reconoció la anexión de los Altos del Golán por Israel.
- Puso fin a la pantomima de “dos Estados” (que sólo ha servido y durante décadas para engañar a los palestinos), declarando Jerusalén como la capital de Israel, y trasladó la embajada de EEUU a esta ciudad. Esta era la postura del establishment de EEUU, por ello Biden no la tocó.
- Cerró la oficina de la Organización para la Liberación de Palestina en Washington.
- Trasladó a Israel del Mando Europeo de los EEUU (USEUCOM) al mando de EEUU para Oriente Próximo, el CENTCOM, estrechando el cerco militar alrededor de Irán.
- Promovió los Acuerdos de Abraham: los países árabes reconocieron a Israel a cambio de nada palestinos, y además instalaron a los militares israelíes en el Golfo Pérsico, a pocos kilómetros de Irán.
Lo sucedido entre Trump I y Trump II
- En el propio Irán, la TCHI recibió otro duro golpe, y este vez por el movimiento de derechos civiles, laico y feminista Mujer, Vida, Libertad, que por primera vez en 45 años los iraníes dejaban de pedir reformas a la estéril teocracia, para reclamar el fin del capitalismo teocrático-medieval. Las “democracias“ occidentales apoyaron verbalmente a las mujeres iraníes pero ninguno expulsó a los diplomáticos del régimen por la detención de al menos 20.000 iraníes (cifra oficial), violaciones y ejecuciones: exactamente la misma política que España ha tomado respecto a Israel. Se solidariza verbalmente con los palestinos, mientras se niega a expulsar a un simple funcionario de la embajada de un régimen que ha masacrado a decenas de miles de civiles y a cientos de miles les mata de hambre y de desesperación.
- La destrucción de las bases militares de la TCHI y sus aliados en Siria, Irak, el Líbano y Yemen, y el asesinato de decenas de los comandantes de la GRI, Hamás y de Hezbolá.
- El ataque chapuza de la TCHI a Israel, entre otros gestos de “atacar pero no molestar”.
- Dos ataques devastadores israelí-estadounidenses al propio territorio de Irán, dañando fuertemente el sistema defensivo del país, de por sí penoso: la superioridad de la ciencia militar criminal contra la megalomanía de pequeños hombres armados con látigos entrenados para perseguir y azotar a las partisanas antivelo.
- La exhibición de una sofisticada tecnología bélica por Israel, haciendo explotar miles de buscapersonas en manos de los miembros de Hezbolá y los GRI en el Líbano: dejó a decenas de muertos y miles de heridos y mutilados, y boquiabierto y asustado al mundo entero.
Lo que planea el Trump II para Irán
- “Espero que EEUU destruya a Irán y lo borre de la faz de la tierra”, dijo Trump después de un supuesto atentado y supuestamente ordenado por los ayatolás, a pesar de que llevaba inconfundibles señas de los adoradores de Yahvé.
- Destruir las instalaciones nucleares de Irán. Trump reprochó a Netanyahu y Biden por no haberlas atacado durante la incursión militar israelí del 25 de octubre.
- Intensificar la “máxima presión” contra la nación iraní, que no a sus acaudalados ayatolás-GRI, como lo hizo EEUU con los iraquíes entre 1991 y 2003, matando de hambre a millón y medio de los iraquíes (la mitad niños), mientras mantenía a Sadam Hussein en su palacio. Biden permitió a la TCHI aumentar sus exportaciones de petróleo de 200.000 barriles por día, de la era de Trump I, a 1,5 millones. Es lo que propuso el senador Marco Rubio, uno de los NeoCon que será el Secretario de Estado del nuevo presidente, cuando en 2023 presentó el proyecto de Ley para Dejar de Apoyar el Petróleo Iraní (SHIP, por sus siglas en inglés).
- Dar vía libre a Israel para que continúe con sus ciberataques, sabotajes, e incluso los bombardeos contra los sitios militares iraníes.
- La promesa de Trump de “reducir las tensiones con Rusia y China” es una buena noticia para la paz mundial, pero no para Irán, ni para su régimen: así EEUU y sus aliados podrán volcarse en reducir a Irán a cero y en todos los sentidos.
- Volver a fusionar la Doctrina Carter con la de Obama en el Golfo Pérsico para contener a Irán a beneficio de Israel y a China y “hacer más grande” a EEUU.
- La sirización de Irán, imponiéndole una guerra “civil” acompañada por bombardeos aéreos. Mantener o no a los ayatolás en el poder carece de importancia: han dejado a un Bashar Al Assad despojado del poder en su palacio, mientras su país, al que Israel bombardea cada semana como un ritual, está ocupado por una decena de bases militares de EEUU, Reino Unido, Francia, Turquía (además de Rusia e Irán). Trump no tiene “ninguna intención de cambiar el régimen”, reconoció Brian Hook, exenviado de Trump I para Irán y el actual responsable de la transición del Departamento de Estado para Trump II: será por sus grandes servicios al imperialismo – la eliminación total de las fuerzas progresistas, devolver Irán a la Edad Media, y regalar una veintena de bases militares a EEUU y la OTAN en la región, como parte de las cinco misiones del yihadismo global.
Mike Waltz, asesor del Pentágono durante el mandato de George Bush, que hará de asesor de seguridad nacional de EEUU, propone el uso de la "opción militar" contra Teherán.
Los apocalípticos y los NeoForqan
El Líder Supremo de EEUU se enfrentará a tres tendencias en el poder en Irán:
1) La disposición de Jamenei a firmar cualquier acuerdo con EEUU, con tal de mantener el poder. El fundador de la TCHI, Ayatolá Jamenei pactó con Jimmy Carter para abortar la Revolución progresista del 1975 (reflejado en el acuerdo de los G4 en Guadalupe) y sentarse en el trono del Sha, y más adelante lo repitió con el candidato republicano Ronald Reagan para tumbar a Carter a cambio de millones de dólares y armas (¡y transferidos por Israel!). El expresidente Hassan Rohani ha recomendado a Pezeshkian felicitar a Trump por su victoria, para así ablandar su corazón. Decía Carl von Clausewitz que, un líder racional no iniciaría una guerra que seguramente perdería. Pero, la fe no entiende de la razón. Jamenei tuvo fe en la palabra de Biden de que impediría un ataque de Israel sobre Irán: ¡Y le dio hasta respaldo logístico para hacerlo!
2) La corriente Mahdaviyun, formada por los halcones militar-clerical de la TCHI, quienes ven las señales del advenimiento de Mahdi, el duodécimo santo del chiísmo, despareció en el siglo VII y que volverá con el fin del mundo, envuelto en el caos. Las Fuerzas de Quds ( en las que según Hossein Salami, jefe de GRI, invirtieron unos 170.000 millones de dólares, robados del pan de los iraníes), dirigidas por Soleimani y Hassan Nastralá libanés, los altos cargos de los GRI, los servicios de inteligencia y los hombres ricos del bazar (la burguesía comercial), representan esta corriente: Apoyan la construcción de la bomba nuclear para seguir gobernando, tranquilamente, uno de los países más ricos del planeta unos, y preparar el terreno para hacer cumplir la profecía chita e ir al cielo, otros, enviando a millones de personas al infierno de la guerra. El poderoso grupo fue prohibido por el ayatolá Jomeini en 1985, por amenazar la propia existencia del régimen, pero ahora se hace ver con fuerza.
3) Los Neoforqan, cuya única diferencia con la anterior es su rotundo rechazo hacia la casta clerical. Forqan (“El Criterio”; nombre de un versículo del Corán que promete el cielo para los leales de Alá e infierno a los politeistas), es de extremaderecha Chiíta y apareció en 1980, proclamando su oposición a la casta clerical, inexistente en el islam original (el sunnismo). Consideran a los clérigos unos herejes, desviados y corruptos, abogando por el gobierno de los generales de los GRI. Asesinaron en atentados terroristas a los ayatolás moderados Morteza Motahari y Mohammad Mufteh, por "implementar el Islam mínimo", y al jefe del Estado Mayor Conjunto del Ejército Mohammad Qarani, acusándole de espía soviético. Sus líderes fueron ejecutados. Pero, en los noventa, los servicios de inteligencia se dieron cuenta de su regreso cuando los vieron asesinar brutalmente al matrimonio septuagenario Dariush y Parvaneh Foruhar, mediante las cámaras ocultas que habían instalado en el domicilio de la pareja que eran lideres del Frente Patriótico (heredero del mítico Dr. Mossadeq): asesinaron a cerca de 90 escritores, activistas, artistas progresistas, en lo que se denominó Los Asesinatos en Cadena. A los NeoForqan se les reconoce montados en motos recorriendo las calles con banderas y símbolos religiosos, en una especie de marcha militar.
Los militares y los Amniyatia (agentes de inteligencia) controlan la totalidad del poder en Irán. Los comandantes-empresarios tuvieron un incremento de presupuesto de 28% el año pasado; el ejército un 36%; las fuerzas de orden para la represión social un 44% , y el Ministerio de Inteligencia un 52%, sin contar las asignaciones no declaradas de la caja pública sobre la que no existe ningún control del pueblo.
Jamenei teme que este grupo cometa una tontería a sus espaldas y acabe con su asombrosa obra: reproducir el medievo en una de las cunas de la civilización humana. Con o sin el caudillo islámico, la TCHI no podrá comportarse como un Estado normal:
a) Dejar de de intervenir en los países de la región, feudos de Israel y EEUU
b ) Olvidarse de “liberar” la mezquita al Quds en Jerusalén del yugo de los judíos. y
c) Abandonar la tentación de fabricar armas de destrucción masiva.
En Israel, las fuerzas políticas y militares han anunciado su acuerdo por unanimidad para atacar las instalaciones nucleares de Irán, y éste ha avisado que está ampliando sus instalaciones nucleares. Réquiem por los pueblos de Oriente Próximo.
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