Este artículo se publicó hace 2 años.
El Supremo reduce la pena de un asesino machista de 37 a 29 años al no contemplar las lesiones psíquicas de sus hijas
El asesino fue condenado por matar a su pareja con 83 puñaladas, pero también por las lesiones psíquicas ocasionadas a sus dos hijas, a las que abandonó junto al cuerpo de su madre.
Madrid-Actualizado a
La sala de lo penal del Tribunal Supremo (TS) ha reducido de 37 a 29 años la condena de Bara N. por asesinar a su pareja, Maguette Mbeugou, a la que maltrataba. La sentencia, decretada el pasado mes de diciembre por la Audiencia Provincial de Bizkaia, recogía también ocho años de prisión por los dos delitos de lesiones psíquicas a sus hijas, al abandonarlas en su domicilio en Bilbao junto al cadáver de su madre.
En su resolución, el Supremo retira este último cargo, al alegar que no ha quedado claro que la perturbación psíquica que sufren las dos menores se deba "a la percepción de los sonidos procedentes de la agresión mortal o al hecho de encontrarse abandonadas", según recoge la agencia de noticias Efe. El veredicto se sostiene en la falta de un diagnóstico médico del estado de salud mental de las menores como "uno de los requisitos exigidos", a pesar de la existencia de informes periciales de psicólogos y las 22 sesiones de terapias que recibieron las pequeñas durante su estancia en una casa de acogida.
El Supremo desestima la condena por lesiones psicológicas a las menores por falta de un diagnóstico médico
La pena de 37 años de prisión, confirmada por el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, sumaba a los cargos por asesinato con alevosía y agravante de parentesco y género, aquellos por abandono de menores, maltrato habitual y lesiones psíquicas. Para el Supremo, la falta de pruebas que atribuyan los motivos de los daños psíquicos, emocionales, cognitivos y conductuales que han sufrido las pequeñas impiden decretar "una condena autónoma por delito de lesiones". De esta forma, los cargos por perturbación quedarían consumidos en los delitos por abandono de menores por los que ya fue condenado el agresor.
La víctima había denunciado a su agresor
El 24 de septiembre de 2018, Bara N., de origen senegalés, asesinó a su mujer, Maguette Mbeugou, con 83 cuchilladas mientras dormía. La autopsia reveló que el cuerpo de la joven de 25 años presentaba heridas por todo el tórax, la cara y el cuello a causa de las múltiples puñaladas que el asesino le propició antes de degollarla.
En aquel momento sus hijas se encontraban en la habitación de al lado, desde se podían escuchar los gritos. El asesino alegó durante el proceso que "no se dieron cuenta de nada porque jugaban con el móvil".
Una vecina del edificio dio la alarma a las autoridades después de ver a las dos niñas solas peleándose en el rellano por un trozo de pan. La abogada de la víctima, Jone Goirizelaia alegó durante el juicio del pasado 2021, que Bara N. "dejó a las niñas semidesnudas, sin agua y sin comida y con la puerta de la casa abierta".
La víctima había solicitado protección ante un juzgado que terminó por denegársela
Meses antes del crimen, en diciembre de 2017, Maguette había denunciado a sus marido ante la Policía Municipal de Bilbao por malos tratos. También solicitó una orden de protección en el juzgado, el cual además de denegársela, absolvió al agresor de los cargos por amenazas continuadas en el ámbito familiar.
Después de conocer el veredicto del Supremo, Goirizelaia ha declarado en una entrevista en la Cadena Ser, que "este fallo del tribunal deja clara la falta de perspectiva de género que existe hoy en día por parte de la justicia".
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