Una luz al final del túnel para las mujeres que entregaron su vida a los maridos
Hablan las abogadas de familia responsables de dos de las sentencias indemnizatorias más relevantes de los últimos meses, que reconocen el trabajo de dos mujeres divorciadas tras décadas de matrimonio al servicio del hogar.
Madrid-Actualizado a
En lo que va de año, dos sentencias han revolucionado la vida de Ivana e Isabel, dos mujeres que, durante el matrimonio, se han dedicado casi en exclusiva al cuidado del hogar. La primera recibirá una indemnización de 200.000 euros por parte de su exmarido, con el que ha convivido un cuarto de siglo. La segunda, una compensación que ronda los 35.000 euros. Dos casos que, tímidamente, despejan un limbo legal pocas veces tentado y abren la puerta a un escenario que reconoce décadas de esfuerzo y dedicación en la sombra.
Tanto Ivana como Isabel firmaron la separación de bienes al casarse. Sus maridos trabajaban fuera del domicilio. Uno regentaba varios gimnasios y el otro se dedicaba a la venta ambulante. Mientras tanto, ellas se encargaban de las tareas domésticas y de atender a los hijos. De repente, sus relaciones terminan y se ven solas en un bulevar de poca gracia: sin empleo, sin currículum y sin patrimonio.
Las dos buscan ayuda y preguntan, en la medida de lo posible, qué se puede hacer. La respuesta está en el Código Civil. Su artículo 1.438 establece que, en casos de divorcio, "el trabajo para la casa será computado como contribución a las cargas y dará derecho a obtener una compensación que el juez señalará, a falta de acuerdo, a la extinción del régimen de separación".
La letrada Marta Fuentes, del bufete Gentius Abogados, tomó las riendas del caso de Ivana. Rocío Sío, abogada especializada en familia, hizo lo propio con la situación de Isabel. "La separación de bienes es fundamental, sin este requisito no se puede discutir la indemnización. Además, es necesario que uno de los miembros de la pareja se haya dedicado exclusivamente al cuidado del hogar. Si estas tareas se han compatibilizado con cualquier otro tipo de trabajo, no se puede reclamar nada", explica una de las juristas.
"Mi clienta tenía 45 años cuando comenzó el proceso. Estaba un poco perdida, con dos niñas a su cargo y fuera del mercado laboral", comenta Fuentes, que asegura que "mucha gente no sabe que puede acogerse a este derecho". Sío, que tiene su propio despacho en Redondela (Pontevedra), coincide con su compañera y aplaude que fallos judiciales como este salgan a la luz: "Pueden ayudar a muchas mujeres. La idea general es que con la separación de bienes no hay derecho a nada. Es un concepto muy desconocido, falta información. Hay derechos y se están reconociendo, las mujeres no tienen por qué quedar desprotegidas".
El cálculo de las compensaciones
Para el cómputo de las indemnizaciones se ha seguido en ambos casos el mismo patrón: considerar el Salario Mínimo Interprofesional vigente en cada uno de los años de matrimonio. No obstante, solo se han tenido en cuenta los períodos que cumplían estrictamente con los requisitos que dicta la ley. En el caso de Ivana, la compensación ha alcanzado los 200.000 euros porque la mujer no cotizó en ninguno de los 25 años que compartió junto a su exmarido. En cambio Isabel, que estuvo casada treinta años, sí que realizó cursos y trabajos esporádicos. Como consecuencia, esas etapas se han excluido del cálculo. Cabe destacar que la concesión de estas retribuciones por el trabajo doméstico realizado no es incompatible con la asignación de otras pensiones, como la compensatoria o la alimenticia.
Juzgar con perspectiva de género
El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Vélez-Málaga y el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Redondela (Pontevedra) han sido dos de los primeros en dictar estas sentencias. Preguntadas por si pueden impulsar una reforma, las abogadas no ocultan su satisfacción. "Todo crea precedente. Está claro que algo está cambiando", destaca Marta Fuentes. Por su parte, Rocío Sío considera que "los jueces están empezando a valorar con perspectiva de género" y recibe positivamente este avance.
Glòria Poyatos, directora regional de la International Association of Women Judges en Europa, Oriente Medio y Norte de África, también celebra la noticia. La magistrada reconoce que "hay un ligero progreso" y asegura que los criterios para otorgar este tipo de compensaciones se están suavizando. Sin embargo, reprocha que en las salas de lo civil del Tribunal Supremo todavía haya una sola mujer: "Hay muchos matices por pulir. Es importante que lleguemos a los puestos de toma de decisiones. Todo lo que afecta a los cuidados, a las custodias y a las familias lo están resolviendo desde las experiencias masculinas".
Los de Ivana e Isabel no son casos aislados. Más jueces se han pronunciado en estos términos a lo largo de los últimos meses, pero su repercusión ha sido menor. La puerta se ha abierto y está por ver hacia dónde conduce. Marta Fuentes, aunque insiste en la prudencia, parece tenerlo claro: "Saldrán más reclamaciones. Desde que se hizo pública la compensación de Ivana, mi teléfono no ha parado de sonar. Muchas mujeres se han sentido identificadas. Llegó el momento de escucharlas y contribuir a que se reconozca su papel".
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