vientres de alquiler
Vientres de alquiler El Gobierno prepara un proyecto para legislar en contra de las empresas de vientres de alquiler y su publicidad
La delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, denuncia que "atentan contra los derechos de la mujer".
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La delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell, y expertas juristas han propuesto este jueves prohibir las empresas de vientres de alquiler y legislar también sobre su publicidad porque, según han dicho, "atenta contra los derechos de la mujer". Lo han hecho en un debate organizado por el Instituto de la Mujer junto a la directora del Instituto Canario de Igualdad, Kika Fumero, y las magistradas Lara Esteve Mallent y Helena Gil Esteve sobre Salud Sexual y Reproductiva.
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Rosell ha hecho hincapié en los "grandes" beneficios económicos que esas empresas reciben por su actividad y ha lamentado que un "importante" lobby mediático las amapre.
Una forma de violencia
Todas las participantes han coincidido en identificar los vientres de alquiler como una forma más de violencia de género, a la vez que han incidido en la condición de "vulnerabilidad" en que se encuentran las mujeres que acceden a llevar a cabo el embarazo.
Fumero ha celebrado que "por fin" se haga referencia al término como "explotación reproductiva" y ha alegado que no se alquilan vientres, "se alquilan vidas", ya ha defendido que los derechos de la madre gestante, en el caso de aplicar una ley garantista, "no terminan cuando acaba el embarazo".
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Sobre el vínculo que se establece entre la madre gestante y la familia que desea el bebe, la magistrada Esteve ha señalado que la esencia de ese contrato siempre es "el propio bebé" y, que en dicho contrato la mujer carece de garantías en caso de, por ejemplo, abortar "no hay compensaciones psicológicas si la mujer sufre un aborto".
Una práctica que cosifica a la mujer
"Desde el momento en que se usa el útero materno para gestar una vida, estamos cosificando a la mujer", ha defendido la magistrada Helena Gil, para quien los vientres de alquiler son otra forma de violencia de género.
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También ha querido comparar esta práctica con la compraventa de órganos: "Aceptamos con las madres de alquiler lo que habíamos rechazado con el tráfico de órganos", ha enfatizado.