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ENTREVISTA

Cristina Fallarás: "Saldrán más nombres de políticos"

Retrato de Cristina Fallarás (Archivo). — Jaime García-Morato

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madrid,

Cristina Fallarás es una periodista y escritora española con una trayectoria que no se puede disociar de las calles y la denuncia social, especialmente en temas relacionados con la visibilización de la violencia contra las mujeres. En los últimos años, se ha convertido en una de las cabezas más visibles del movimiento feminista en nuestro país gracias a iniciativas como #Cuéntalo, una campaña inspirada en el #MeToo estadounidense. Desde la creación de este hashtag y otras versiones como el #SeAcabó, en 2023, Fallarás ha recibido miles de testimonios de mujeres que comparten experiencias de abuso y violencia sexual, dándoles un espacio para expresar sus relatos y visibilizar unas realidades que muchas veces se callan

Recientemente, el papel de Fallarás ha vuelto a la palestra con el escándalo de Íñigo Errejón y su dimisión como portavoz del grupo parlamentario de Sumar. Fue precisamente ella quien recibió el testimonio inicial que detonó y dio lugar a todos los demás.

En pocos días, además, publicará su próximo libro No publiques mi nombre (Siglo XXI), donde recopila parte del gran aluvión de relatos que recibió tras el beso no consentido de Luis Rubiales a Jenni Hermoso. Este proyecto surgió como respuesta a la suspensión temporal de su cuenta de Instagram, donde habitualmente comparte los testimonios en formato anónimo, y a su temor de que estas historias pudieran perderse o no llegar a quienes no navegan en redes sociales. Para la autora, el libro no solo aspira a preservar una "nueva memoria colectiva", sino que constituye una herramienta de resistencia política para romper el silencio en torno a estos temas. La periodista ya ha informado que cualquier ganancia relacionada con la obra se destinará a causas feministas a través de Acción Comadres. 

En esta conversación, entre Público y Fallarás, la autora diserta más en profundidad en cómo percibe el rol del testimonio anónimo en las luchas feministas, su perspectiva sobre el impacto de la dimisión de Errejón y los nuevos retos del movimiento por la liberación de las mujeres.

¿Qué ha supuesto para el espacio político de la izquierda la dimisión de Íñigo Errejón y el aluvión de testimonios que emergieron tras el primero que publicó en su cuenta de Instagram?

El que haya sido Errejón, es decir, un político de un partido de la izquierda, ha significado que se mueva, que dimita. Si hubiera sido un político de derechas se habrían cerrado filas en su entorno, habrían dicho la típica frase de "todo el mundo es inocente hasta que no se demuestre lo contrario y esperaremos a ver qué dicen los tribunales", esa frase con la que se nos ha callado habitualmente a las mujeres. El hecho de que haya sucedido dentro de la izquierda y que la izquierda haya reaccionado demuestra que existe una voluntad de corregir esto.

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"Si Errejón hubiera sido un político de derechas se habrían cerrado filas en su entorno"

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Por otra parte, el hecho de que haya sido Errejón ha callado la boca de la derecha. Es decir, si esto hubiera sido un señalamiento o una denuncia o contra un político del PP o de Vox, habrían respondido como hidras y habrían elaborado las más diversas teorías de la conspiración contra mí y contra las mujeres que ceden sus relatos. El hecho de que sea un político de izquierdas ha provocado que se callen.

Esto es lo que pienso a bote pronto, pero te confieso que no me ha dado mucho tiempo de pensar porque el aluvión de testimonios ha sido tan bestia... Además de las denuncias que yo no publico. Ese trabajo no se ve, pero claro, a mí me han llovido denuncias de políticos, de médicos, de curas, de presentadores de televisión, de cantantes, de actores, de directores de todo tipo, de escritores, de editores, de grandes empresas, de grandes almacenes, de bancos, etcétera. Todas esas las derivo a los despachos de abogadas. Ese es un trabajo que está ahí, que es un larguísimo proceso, pero menos visible.

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¿Saldrán nombres de más políticos?

"Muchos de los testimonios que me llegan contra políticos ya se denunciaron dentro de los partidos y el partido no las creyó"

En la derecha, en la izquierda y en el centro –en caso de existir, que no existe– saldrán más nombres. Lo harán, además, desde todos los ámbitos porque hemos puesto en marcha algo que no se puede frenar ya, porque todas las mujeres lo conocemos. Cuando alguien me pone en duda los testimonios de las mujeres pienso: será que no eres mujer, porque ninguna mujer se ha podido librar de tanta violencia. Ahora, por primera vez en mi vida, se me acercan mujeres evidentemente conservadoras y me dan un beso. Se me acercan mujeres católicas, de clase alta y me dicen en voz baja "gracias". Todas sabemos de qué hablamos. Todas.

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¿Qué hubiera pasado si Errejón no hubiera encontrado un ambiente de impunidad, que en un principio se negó a creer a la víctima de la discoteca de Castelló?

El principal problema en el caso de Errejón fue que después de salir la denuncia pública de la chica en junio del 2023, se le puso de portavoz en el Congreso del grupo parlamentario de Sumar. Esto a las víctimas, a las mujeres que habían sido agredidas presuntamente, les dio la sensación, no solo de que no eran escuchadas, sino de que el agresor era premiado. Resulta insoportable. Fue en ese momento, cuando vi que lo nombraban portavoz, cuando supe que acabaría saliendo algún día alguna denuncia en juzgados; porque no se puede premiar a un agresor. Muchos de los testimonios que me llegan contra políticos ya se denunciaron dentro de los partidos y el partido no las creyó. 

Quería preguntarle por su cuenta de Instagram, hace poco se la han vuelto a cerrar. ¿Qué papel ha jugado el soporte y apoyo colectivo del feminismo en todo el proceso hasta que se la devuelven?

Lo que pasa con Instagram es que me suspenden la cuenta cada cierto tiempo, aunque ahora ya menos. Creo que el algoritmo se ha ido acostumbrando a mis relatos. Al principio, cuando empecé hace año y medio, me la suspendían unas tres o cuatro veces al mes. Cerrar me la han cerrado dos veces: una en marzo del 2024 y esta última. Lo fascinante de esta última vez es que me la reabrieron en horas, incluso me llamaron de Meta para pedirme disculpas. Fue la lucha colectiva contra Meta la que obligó a la herramienta a corregirse. Eso para mí es brutal porque quiere decir que si hay una respuesta colectiva contra una red es posible modificar el movimiento de esa red y el comportamiento de la red.

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"Gracias a las redes tenemos el '#MeToo', el '#Cuéntalo', tenemos espacios para comunicarnos que antes no teníamos"

Las redes son empresas privadas y como empresas privadas ultra ricas hay que considerarlas. Si un ultra rico ve peligrar su riqueza por algo, va a solucionar ese algo. O sea, que si Meta viera o X (Twitter) viera que tal acción iba a echar abajo sus beneficios, modificaría lo que hiciera falta. Ese es uno de sus puntos débiles y nos brinda a nosotras una herramienta. Saber eso nos da una fuerza y sobre todo da noticia de la dimensión del movimiento feminista. Gracias a las redes tenemos el #MeToo, el #Cuéntalo, tenemos espacios para comunicarnos que antes no teníamos, porque antes los medios de comunicación tradicionales no tenían espacio para nosotras. Esto hay que decirlo constantemente.

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¿Qué papel han de ocupar los testimonios anónimos en la lucha feminista? 

La base de un archivo testimonial es dejar constancia de algo que sucede de forma horizontal y por acumulación. Es decir, no hay una teoría jerárquica que marca lo que alguien opina que sucede, sino que entre miles, cientos de miles o millones de mujeres creamos una memoria colectiva. Con la violencia sexual contra las mujeres se ha creado un relato histórico que no existía. Tendríamos que preguntarnos por qué hasta ahora no existía un relato histórico de la violencia sexual contra las mujeres. Esto es fundamental.

"Los testimonios nos enseñan a hablarnos, nos enseñan a relatarnos a nosotros mismas"

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Los testimonios, además, generan, por una parte, mecanismos de identificación a las mujeres que se ven identificadas en el relato de las otras y aprenden a ver que eso no les ha pasado solo a ellas. Lo cual sirve para combatir la culpa y la vergüenza, que son las dos imposiciones históricas sobre el relato de la mujer, más allá del silencio. La primera cuestión y la más importante, en todo caso, es esta, que rompe el silencio.

Al mismo tiempo, los testimonios nos enseñan a hablarnos, nos enseñan a relatarnos a nosotros mismas. Los primeros relatos que me llegaban eran relatos que a duras penas eran publicables porque estaban muy liados, las mujeres no sabían explicarse. Ahora me saben explicar perfectamente lo que les pasa. Este aprendizaje ha sido colectivo y sirve para los juzgados. ¿Cuántos casos se han desestimado por incoherencias de la víctima? Pero, cómo va a ser coherente una mujer si en ese momento estás completamente disociada, en shock, medio atragantada.

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¿Qué le diría a quienes consideran que compartir estas historias anónimas en redes sociales puede llegar a alimentar una especie de venganza colectiva, en lugar de contribuir a la Justicia o a un cambio profundo de mentalidad?

Les diría que quien se opone a la ruptura del silencio, impone el silencio. Se pueden inventar mil patrañas, pero las mujeres que publican en mi muro a través de mí son testimonios anónimos y no señalan con nombres y apellidos a nadie. Esas mujeres lo que hacen es contar lo que les ha sucedido y lo cuentan ahí porque no han podido contarlo de otra manera. Si tú te opones, a lo mejor eso significa que quieres volver a imponer el silencio. Lo único que les diría es: ¿de qué tenéis miedo? Si no eres capaz de ver tú solo o tú sola de qué tienes miedo, vete a terapia porque tienes un miedo escondido y quizá es porque te han hecho daño.

"Quien se opone a la ruptura del silencio, impone el silencio"

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¿Es posible mantener en estos canales un enfoque restaurativo y no punitivo en estos espacios?

Pienso que hay redes sociales y redes sociales. En cualquier caso, creo que los punitivistas, quienes se lanzan a morder a la yugular cuando nosotras estamos relatando violencias, son ellos, son los hombres. En cuanto aparece la posibilidad de lanzarse como una jauría contra uno porque una chavala lo señala acaban pidiendo casi la horca. Es una tradición, sobre todo entre las derechas. 

¿Cree que el activismo digital a través de Twitter y otros medios debería seguir siendo uno de los canales prioritarios del feminismo? ¿O ve necesario combinarlo con otros medios más tradicionales, espacios físicos u organización colectiva para una mayor efectividad?

"El feminismo está en plena forma. Si no fuera por eso, Errejón no hubiera tenido que dimitir"

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Creo que son cuestiones paralelas. Quiero recordar que el #NoEstásSola o el #YoSíTeCreo son dos hashtags y existen porque existen las redes sociales. Ese fue el lugar desde el cual se movilizaron las concentraciones después de La Manada y que llevaron a la gran manifestación del 8M del 2018. Lejos de lo que algunos quieren pensar, no creo que el feminismo haya ido perdiendo fuelle. Está buscando canales nuevos porque hemos pasado una época muy dura de confrontación, de inacción institucional y eso nos ha pasado factura. ¿Crees que estaríamos hablando de esto, abriendo periódicos, si el feminismo no estuviera al pie del cañón? Toda la presencia en las calles está perdiendo fuerza, pero el feminismo está en plena forma. Si no fuera por eso, Errejón no hubiera tenido que dimitir. Lo que pasa es que estamos replanteando nuestras estrategias.

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