Este artículo se publicó hace 14 años.
Zapatero promete "seis meses de cambios" en la UE
Propone "un gran pacto social" y un "mercado común" de la energía
Gonzalo López Alba
Ser "protagonistas" o quedar relegados a "espectadores". Este es el dilema al que se enfrenta la Unión Europea (UE), y el reto que ha asumido José Luis Rodríguez Zapatero, como presidente de turno, es fijar durante este semestre "un rumbo cierto" hacia las medidas necesarias que hagan posible aquel papel relevante que, según dijo, sólo podrá alcanzar si "apuesta por sí misma".
Zapatero compareció el miércoles, durante más de tres horas y media, ante el Parlamento de Estrasburgo para presentar el programa de la presidencia rotatoria de la UE que desempeñará hasta junio. Lo hizo sin papeles, ante un hemiciclo que, a pesar de la trascendencia del momento, sólo registró un tercio de su aforo.
La intervención del jefe del Gobierno, en español, tuvo un claro acento reformista, con el compromiso de que serán "seis meses de cambios". El debate, en el que intervinieron 69 eurodiputados, además de Zapatero y del presidente de la Comisión, Durao Barroso, estuvo marcado por la economía.
La propuesta más novedosa de su discurso fue "renovar un gran pacto social en Europa, con empresarios y trabajadores", a partir de la convicción de que "el bienestar y la cohesión social" son "señas irrenunciables" de Europa y la concertación, una "gran palanca" para dar solidez a los cambios imprescindibles, que se resumen en establecer un gobierno económico común.
Zapatero no aportó detalles sobre el contenido de ese pacto social, pero en la rueda de prensa que celebró al término de su comparecencia recordó que fue el instrumento que, tras la II Guerra Mundial, sirvió de argamasa a la Europa que conocemos. Hoy mismo empezará a trabajar en esa dirección reuniéndose con la Confederación de Sindicatos Europeos y, según aseguró, la Comisión Europea y el Consejo comparten el planteamiento.
Levantar barrerasLa otra propuesta en la que puso especial énfasis fue la creación de "un mercado común de la energía", con un marco regulador compartido e interconexiones entre los 27. Argumentó que la dependencia de la UE ha crecido nueve puntos en los últimos diez años y le cuesta cada año lo mismo que invierte en I+D+i (67.000 millones), de modo que, aunque su principal preocupación son los 8 millones de europeos en paro, sostuvo que sin avanzar en esa dirección de nada servirán otras medidas.
Con el mismo sentido, defendió la necesidad de avanzar hacia una mayor autoridad europea en el ámbito digital, en el desarrollo del coche eléctrico y en la educación, con la culminación del proceso de Bolonia. "Tenemos que levantar barreras porque nuestro territorio de competencia en el mundo ya no es país a país. Los otros actores tienen el tamaño de EEUU, China o India", subrayó.
De las sanciones a la exigenciaEn el capítulo económicoel primero y más amplio, defendió también "mantener los estímulos fiscales hasta que la recuperación sea una realidad", e igualmente el Pacto de Estabilidad, pero orilló la propuesta que había hecho anteriormente de aplicar sanciones o penalizaciones a los países que no cumplan los objetivos económicos que de común acuerdo se establezcan.
El portavoz del Grupo Liberal, Guy Verhofstadt, le animó a no amilanarse ante rechazos como el expresado por el ministro de Economía de Alemania y le aseguró que "todo el Parlamento está con usted". Pero ayer Zapatero prefirió limitarse a hablar de un gobieron económico "serio y exigente", al tiempo que defendía la necesidad de incrementar "el sentido de la responsabilidad" de los gobiernos nacionales y de dotar a las instituciones comunitarias de "nuevas facultades de dirección y de consecución de objetivos". En el último de sus tres turnos de intervención, aseguró que su Presidencia será también "firme en la exigencia de la desaparición" de los paraísos fiscales.
El único aplauso que arrancó su discurso fue cuando expresó el compromiso de promover la igualdad y establecer una orden europea de protección contra la violencia de género. En el ámbito de la política interna, renovó el compromiso de actuar con "lealtad cooperativa" para poner en marcha la nueva arquitectura de la UE, y en el de la política exterior subrayó que, como en la economía, "Europa debe apostar por sí misma", con especial atención a la seguridad compartida y al refuerzo de las relaciones de vecindad.
Marruecos y SáharaEn este apartado, rechazó la petición de Willy Meyer (IU) y Francisco Sosa Wagner (UPyD) de cancelar el trato preferencial y la cumbre con Marruecos hasta que no se resuelva el contencioso sobre el Sáhara Occidental. Rodríguez Zapatero sostuvo que este país tiene "interés estratégico para la UE".
En cuanto a la lucha contra el cambio climático, acogió favorablemente la petición del grupo Liberal para que "una personalidad" negocie en nombre de toda la UE con EEUU y China, en lugar de hacerlo "ocho, como en Copenhague, que no cabían en la mesa".
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