Washington corteja a los islamistas radicales sirios
EEUU establece conversaciones con el Frente Islámico, una reciente formación yihadista, de cara a la conferencia de Ginebra II
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A un mes del inicio de la conferencia de Ginebra II, el próximo 22 de enero, la crisis siria se agrava y ni siquiera se sabe todavía qué organizaciones y países serán invitados a un encuentro que se presenta complicado en exceso y con pocas o ninguna expectativa, por más que Estados Unidos trate con todas sus fuerzas de atar cabos a última hora y a toda prisa.
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El paso más peligroso que ha dado Washington con ese fin, en medio de una reinante confusión, es entrar en contacto con el Frente Islámico, una formación yihadista que se fundó hace solo un mes, el 22 de noviembre, e integra a siete grupos. El Frente Islámico, muy activo en la rebelión, rechaza frontalmente la democracia y el laicismo, y aspira a establecer en Damasco un régimen guiado por la sharia o ley islámica
Washington justifica este paso diciendo que se trata de un interlocutor "moderado", pero en realidad a los americanos no les ha quedado más remedio que abrir los ojos y cambiar las reglas del juego de la noche a la mañana. Y lo hacen fundamentalmente porque el Ejército Sirio Libre (ESL), supuestamente "laico", se está desintegrando pieza a pieza, o, como ha dicho con más diplomacia el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, "se está fragmentando".
Hasta ahora Occidente y los países árabes del Golfo habían canalizado sus generosas ayudas económicas y militares a los rebeldes a través del ESL principalmente, pero estas milicias "laicas" se desvanecen rápidamente y muchos de sus efectivos se están enrolando como voluntarios en las organizaciones yihadistas.
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Algunos grupos del Frente Islámico colaboran con al Nursa, la rama siria de Al Qaeda
Esta situación, que se produce cada vez con más fuerza desde hace meses, ha forzado a Washington a iniciar el diálogo con el Frente Islámico, que desde hace unos días y por arte de magia se ha convertido en "moderado". Y esto pese a que algunos de sus grupos, principalmente Ahrar al Sham (los Hombres Libres del Levante), colaboran sistemáticamente con el Frente al Nusra, que es la rama siria de Al Qaeda.
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El pasado 18 de diciembre tuvo lugar en Estambul un primer contacto entre representantes americanos y enviados del Frente Islámico y se espera que en los próximos días los encuentros adquieran una mayor solemnidad, puesto que Washington quiere que el Frente Islámico esté presente en Ginebra II. A fin de cuentas la defunción de ESL es un hecho prácticamente consumado y alguien tiene que representar a los rebeldes.
El hombre que está detrás de estos tejemanejes es Robert Ford, que nominalmente sigue siendo el embajador de Estados Unidos en Damasco, pero que ahora dedica su tiempo y esfuerzo a coordinar la lucha contra el régimen. Ford, de 55 años, tiene una larga, fallida y desalentadora experiencia en la región, incluido Irak. Su esposa, Alison Barkley, también es diplomática y está destinada en Riad, desde donde llega la mayor parte de la ayuda a los rebeldes.
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Robert Ford, embajador de EEUU en Damasco, es el interlocutor en las conversacionesRecientemente, cuando los americanos ya habían decidido cambiar la ecuación y sentarse con los yihadistas, Ford se reunió con un representante del ESL para comunicarle su intención. La conversación terminó de la siguiente manera: el representante del ESL le dijo: "Bueno, cuando redactes tus memorias tendrás que escribir que fracasaste en Irak y también en Siria". Ford replicó: "No tengo intención de escribir mis memorias". Y el representante del ESL le contestó: "Bueno, pues ya lo escribirán los historiadores".
Y efectivamente el fracaso en Siria se ha consumado hace ya mucho tiempo con más de 120.000 muertos y millones de refugiados y desplazados a día de hoy, aunque las cifras siguen incrementándose a buen ritmo sin que haya un límite a la vista. En este contexto, la conferencia de Ginebra II se presenta como una exhibición orgullosa de cara a la galería sin posibilidades de acabar con la sangrienta guerra civil.
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El Consejo Nacional Sirio (CNS) "laico", al que hasta ahora se consideraba con grandilocuencia como "el único y legítimo representante de la oposición", al menos a ojos de Washington y del resto de Occidente, también se deshace. El CNS era el interlocutor privilegiado de Robert Ford, que en los meses que estuvo al frente de la embajada en Damasco, hasta octubre de 2011, no paró de reunirse con sus representantes. Michael Scheuer, exanalista de la CIA, dijo en su momento que Ford tenía por costumbre recorrer toda Siria incitando a la población a la revuelta.
Es cierto que el régimen acusó a Ford de organizar paralelamente los escuadrones de la muerte, pero no aportó pruebas al respecto, si es que alguna vez existieron. En cualquier caso, Ford ha tenido que tragarse su candorosa defensa de la "democracia liberal", del ESL y del CNS y ahora se va reuniendo a escondidas con los hombres de un Frente Islámico que coordina parte de sus acciones con Al Qaeda.
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El periodista israelí Zvi Barel, del diario Haaretz, decía esta semana con cierta sorna que no está sorprendido del giro radical que ha dado Estados Unidos en Siria puesto que los americanos ya hicieron lo mismo en Afganistán e Irak, dos países que representan perfectamente el gran fracaso de la "democracia liberal" en la región.
El desmoronamiento de los sirios llamados "moderados", y sobre todo la actuación de Washington durante los últimos días, que muchos consideran una traición en toda regla, ha conducido a algunos responsables del ESL a propugnar la unión de sus fuerzas con el régimen de Bashar al Assad para hacer frente a los florecientes movimientos islamistas, una ironía más que dice muy poco de la capacidad de los estrategas americanos y de sus dóciles y sumisos clientes europeos.