barcelona
"Necesito de manera urgente el teléfono de la embajada española en Siria", escribía poco después de las siete de la madrugada de este miércoles el kadro o comandante de la brigada de voluntarios internacionales de una milicia yazidí con base en Irak, conocida como Unidades de Protección de Sinyar (YBS, de acuerdo a sus siglas kurdas).
El mensaje fue enviado por Whatsapp a todos los milicianos y activistas comprometidos con la causa de la minoría yazidí en Irak, Siria y España. Segundos más tarde, el kadro español de esa milicia creada por el PKK -Bahuz Sores, de acuerdo a su nom de guerre local- aclararía los motivos de la urgencia: esa misma mañana, una vieja mina de la época de Sadam Hussein enterrada en un jardín había estallado literalmente en el rostro de otro de los voluntarios españoles de las YBS. Se trataba del gallego Marcos P. G. de 48 años -más conocido entre los yazidíes, los kurdos y los árabes cuyos miles de vidas había salvado-, como Doctor Delil Ispani o el doctor Delil español.
Paradójicamente, el gallego no fue alcanzado por la explosión en el transcurso de un operativo militar, sino cuando percutió sobre la mina antipersonas con un pico, mientras trataba de plantar un árbol en un terreno cercano al dispensario médico que dirigía en Ahmud, uno de los núcleos de la región iraquí de Sinyar donde se hacinan los desplazados yazidíes víctimas de la guerra desencadenada por el Estado Islámico. El artefacto detonó cuando se encontraba ligeramente reclinado hacia el suelo de modo que la metralla le alcanzó de lleno, no solo las manos y los brazos, sino en la cabeza, donde han quedado alojadas varias esquirlas de metal. Hasta esta misma mañana se temía seriamente por su vida.
Antiguos compañeros de armas, amigos del médico de la milicia y los funcionarios de las embajadas española en Damasco y Bagdad, con el embajador Juan José Escobar Stemmann de esta última a la cabeza, han tratado de coordinarse durante las últimas 24 horas para prestar auxilio al miliciano y evacuarle a un hospital mejor pertrechado tecnológicamente que el centro sanitario donde se le ha atendido, y donde todavía permanece. El centro en cuestión se halla en Hassake, una ciudad situada en la franja de mayoría kurda de Siria conocida como Rojava o Federación Democrática del Norte de Siria.
La metralla le alcanzó de lleno, no solo las manos y los brazos, sino en la cabeza
Un comunicado informal del médico que le atendía, emitido a las diez de la mañana de este miércoles, aclaraba que Markos Delil había salido del coma, presentaba un nivel de conciencia de 11 sobre 15 en la escala Glasgow; se movía y no se apreciaban signos de parálisis. Pese a su evolución favorable, la familia está estudiando el traslado del gallego a un hospital de Suleymania (Irak) con la ayuda logística de las embajadas españolas. Desde que estalló la mina, Delil ha sido visitado, auxiliado y acompañado por un antiguo facultativo español que sirvió en la zona, así como por varios milicianos de las YBS y uno de sus antiguos compañeros de armas -un onubense conocido con el sobrenombre de Agit-, con quien permaneció cautivo durante cien días en una cárcel kurda de Erbil. Todos ellos se han mantenido en estrecho contacto tanto con la familia, como con los funcionarios españoles de las legaciones diplomáticas.
Tanto el doctor Delil -ex militar del Ejército español- como el andaluz y un tercer español conocido como Robin se hicieron populares, hace ahora un par de años, tras ser detenidos en agosto de 2017 por los servicios secretos del Gobierno Regional del Kurdistán (KRG) sin otro cargo conocido que combatir como voluntarios contra Daesh en las filas de las YBS. Robin fue liberado después de 25 días de arresto. Algo más tarde se puso en libertad al andaluz después de pasar 115 días en la cárcel. Trece días antes había salido a la calle el propio Delil.
Una vez fue liberado, tras pasar algún tiempo en el pueblo leonés donde tenía fijada su residencia (en el vídeo incluido en la información se recoge la conversación que mantuvimos con el miliciano en la localidad), Marcos Delil decidió regresar a Sinyar para continuar atendiendo diferentes dispensarios médicos, siempre bajo el emblema de la milicia yazidí con la que había servido durante el periodo precedente.
En numerosas ocasiones había manifestado su deseo de permanecer allí, ayudando a los yazidíes -con quienes había contraído un fuerte compromiso personal-. El trabajo humanitario como médico que ha desarrollado durante el último año y medio es conocido y valorado por las gentes de toda esa conflictiva región, cuyo control se disputan los árabes iraquíes (con una fuerte presencia en la zona, tanto a través de su Ejército regular como de la guardia de Al Hashd Al Shaabi), los peshmergas de Barzani y el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Cientos de voluntarios occidentales han acudido a la zona
Hace ahora algo poco más de una semana, otros dos milicianos españoles de las YBS fueron interceptados por el Ejército de Irak cuando trataban también de alcanzar Sinyar para servir en la milicia. Tras ser retenidos durante varias horas, fueron autorizados a regresar al Kurdistán de Irak, desde donde finalmente consiguieron llegar hasta su base de Sinyar, esta vez, trazando una gran vuelta a través de Rojava.
Tras pasar un tiempo en un pueblo leonés, 'Delil' decidió regresar a Sinyar para continuar atendiendo diferentes dispensarios médicos
Cientos de voluntarios españoles y occidentales han acudido a la zona desde 2014 para combatir o realizar labores civiles, alentados por diferentes motivaciones. Algunos -la mayoría- viajaron a la zona con la voluntad de ayudar a aniquilar al Estado Islámico. Otros, además, lo hicieron movidos por su deseo de apoyar el proyecto político confederalista y democrático que apadrinan los kurdos de Siria. Aunque oficialmente el Estado Islámico fue derrotado hace algunos meses, los voluntarios siguen acudiendo para servir en esta zona, a sabiendas de que el conflicto sigue abierto, y cobrándose víctimas. Casi la mitad de los milicianos de la unidad internacional de las YBS son de origen español.
En un comunicado emitido este jueves por la mañana por los compañeros de Marcos P.G., se agradecía la ayuda prestada a las embajadas españolas en Siria e Irak, mientras se aseguraba, literalmente: “Lo más importante es que su estado se estabilice para poder evacuarle. El doctor Delil lleva dos años ayudando al pueblo yazidí, víctima de un genocidio. Su trabajo desinteresado y altruista contrasta con la falta de valores y compromiso de la sociedad actual. Esperamos poder dar la noticia de su recuperación cuanto antes”.
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