Este artículo se publicó hace 13 años.
El Vaticano niega que obstaculizara las pesquisas sobre abusos
El Parlamento acusó hace dos meses a la Santa Sede de trabar las investigaciones de los escándalos sexuales de sacerdotes
La crisis entre la católica Irlanda y la Santa Sede vivió hoy un nuevo episodio, después de que la Santa Sede respondiera, dos meses más tarde, a las denuncias vertidas por el Parlamento de Irlanda, que acusó al Vaticano de interferir en las investigaciones contra los casos de abusos sexuales por parte de sacerdotes durante más de medio siglo. En una breve nota, Roma "desea aclarar rotundamente que en modo alguno ha intentado interferir con las investigaciones sobre casos de abuso infantil en la diócesis de Cloyne". Para el Vaticano, se trata de acusaciones "infundadas".
"La Santa Sede lamenta y se avergüenza del terrible sufrimiento que han padecido las víctimas de abuso y sus familias en el seno de la Iglesia de Jesucristo, un lugar donde esto jamás tendría que haber sucedido". Fuentes consultadas por este diario aseguran que la nota vaticana quiere ayudar a recomponer unas relaciones que, en los últimos tiempos, se encuentran prácticamente rotas, y que han acabado con la llamada a consultas del nuncio en Irlanda. De hecho, se especula con que Benedicto XVI pudiera visitar el país el año próximo, para comprobar si la investigación ordenada en las diócesis y congregaciones ha surtido efecto y, de paso, pedir perdón y encontrarse con las víctimas de abusos.
Sin embargo, la Santa Sede sí tuvo que reconocer "graves deficiencias en el gobierno eclesial", especialmente en lo referente a la diócesis de Cloyne, donde se dieron 19 casos de curas abusadores entre 1996 y 2009 sin que las autoridades religiosas (desoyendo tanto las recomendaciones vaticanas como la legislación irlandesa) hicieran nada por impedirlo.
Por otra parte, la Santa Sede se declaró "profundamente preocupada" por las conclusiones de la comisión de investigación publicadas el 14 de julio sobre graves faltas" constatadas en la administración eclesiástica de la diócesis de Cloyne.
Dicha investigación fue ordenada por el Ejecutivo de Dublín hace tres años, después de que un órgano de supervisión de la Iglesia indicase que el entonces obispo de Cloyne, JohnMagee, retrasó y, de alguna manera, entorpeció las investigaciones sobre los supuestos casos de pederastia denunciados en su diócesis entre 1996 y 2009.
El documento destaca que el exobispo "se tomó con poco o ningún interés abordar casos de abusos sexuales contra menores hasta 2008". También critica al número dos de esa diócesis, monseñor Denis O'Çallahan, por "bloquear" denuncias y no seguir las directrices marcadas en 1996 por el Vaticano para abordarlas, en particular la que recomienda alertar a la Policía y autoridades competentes.
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