Las vacaciones a todo trapo de Barack y de Michelle Obama continúan. Tras dar el relevo en la presidencia de EEUU a Trump, el exmandatario se marchó a California para pasar unos días en la residencia del hasta ahora embajador en España, James Costos. Después, puso rumbo a Necker Island, un lugar paradisíaco en las Islas Vírgenes Británicas, junto al multimillonario Richard Branson.

Se trataba de una isla privada adquirida por el magnate dueño de Virgin hace décadas por unos 200.000 dólares. Ha sido y es lugar de peregrinación vacaciones de famosos, empresarios y estrellas de cine como David Beckham, Kate Winslet o Lady Di. Allí, Obama realizó varias actividades deportivas, como kitesurf, según se pudo ver en las fotos que Branson hizo públicas.

A mediados de marzo, viajó a la Polinesia francesa, en concreto a El Brando, un exclusivo resort situado en Tetiaroa, a donde llegó procedente de Tahití, según ha informado la agencia AP. Su nombre viene dado por el legendario actor, que compró la isla en los sesenta.

Según Business Insider, el resort posee 35 villas. Las de un dormitorio cuestan 2.500 dólares la noche en temporada baja y unos 3.800 en temporada alta. Según informa The Telegraph, el expresidente de EEUU se encuentra trabajando durante sus vacaciones en la publicación de sus millonarias memorias. Pero, por supuesto, también ha encontrado tiempo para practicar deporte y relajarse. Hace unos días, se le vio en el yate Rising Sun, navegando codo con codo con Bruce Springsteen, Oprah Winfrey y Tom Hanks, según ha informado la televisión local TNTV, que además ha publicado fotografías. Después, abandonaron la isla para dar por acabada su estancia de cerca de un mes en la Polinesia Francesa.