La ultraderecha y el centro se unen a Netanyahu con Irán en el punto de mira
El Gobierno de coalición se ha constituido después de siete semanas de negociaciones con el programa nuclear iraní y la cuestión palestina como principales puntos en su agenda internacional
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El Likud Beitenu, alianza derechista que lidera el primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, el partido ultraderechista Habait Hayehudí y el centrista Yesh Atid han firmado hoy un pacto de Gobierno tras siete semanas de arduas negociaciones.
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A la coalición tripartita se sumarán otros dos partidos de centro y centro-derecha: Kadima y HatnuáEl acuerdo, que formaliza una coalición de partidos que van del centro a la extrema derecha que totalizará 70 de los 120 escaños del parlamento, será presentado al presidente Shimon Peres mañana por la tarde, una vez acabado el shabat, en el último día del plazo improrrogable para hacerlo. En un comunicado, Netanyahu prometió además trabajar para "reforzar la seguridad del Estado de Israel y mejorar el nivel de vida de sus ciudadanos".
El pacto ha sido firmado poco antes del shabat (en el que no habría sido suscrito) y tras resolverse de madrugada las divergencias de última hora que retrasaron ayer su rúbrica. Bennett y el líder de Yesh Atid, Yair Lapid, renunciaron finalmente en torno a las 01:00 hora local (23:00 GMT) a su nombramiento como viceprimeros ministros, que había originado el rifirrafe.
Bennett encabezará un comité ministerial para el coste de la vida, centralización económica y aumento de la competitividad, mientras que Yesh Atid quedará al frente de un comité conjunto parlamentario sobre aumento del reclutamiento en el Ejército, que pretende extenderse a los ultraortodoxos, según informa la edición digital del diario Haaretz .
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Además de Likud Beitenu, Habait Hayehudí y Yesh Atid, integrarán la coalición otros dos partidos de centro y centro-derecha: Kadima y Hatnuá.
A pesar de anunciar la ansiada consecución del nuevo Gobierno, Netanyahu parecía expresar la decepción de que las cuestiones nacionales habían desviado la atención en Israel a partir de lo que ve como su mayor desafío del nuevo gobierno: la prevención ante la posibilidad de que el archienemigo Irán desarrolle armas nucleares. "Hay una desconexión en nuestro discurso público entre los desafíos y las amenazas que se están montando en contra de Israel y de la atención pública que está recibiendo, pero no hay una desconexión entre nosotros", dijo a los legisladores de su partido.
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Los palestinos han exigido a Israel suspender la construcción de asentamientos en Cisjordania y Jerusalén Este Netanyahu dedicará también buena parte de su atención de nuevo a la cuestión palestina en sus conversaciones con Obama, con quien ha tenido una relación irritable. Sin embargo, funcionarios estadounidenses han dicho que Obama no viene con ningún plan de paz y las expectativas de cualquier movimiento rápido al respecto son bajos. Los palestinos han exigido a Israel suspender la construcción de asentamientos en Cisjordania y Jerusalén Este, las áreas capturadas en la guerra de 1967 y la que buscan recuperar, junto con la Franja de Gaza, para un futuro estado. Netanyahu ha pedido a los palestinos a regresar a las conversaciones sin condiciones previas, aunque la mayoría de los países consideren que los asentamientos israelíes son ilegales. A pesar de todo, el jefe negociador palestino, Saeb Erekat, dejó entrever un atisbo de esperanza en el nuevo curso político que se abre en Israel: "Esperamos que este Gobierno israelí opte por la paz y en las negociaciones y no los asentamientos y el dictado", afirmó.