Este artículo se publicó hace 2 años.
La UE estudia cómo reducir los precios desorbitados de la energía y desligarse de Rusia
Entre las medidas planteadas, Bruselas busca recuperar parte de los "beneficios caídos del cielo", diversificar las fuentes de energía o aumentar las reservas de gas.
Madrid-Actualizado a
La Comisión Europea (CE) ha presentado un paquete de medidas extraordinarias para hacer frente a la crisis energética causada por la guerra en Ucrania. Hasta ahora, la CE había sido reacia a intervenir en el mercado eléctrico. Sin embargo, ahora considera necesario que hay que amortiguar el vertiginoso ascenso de los precios de la energía tras la invasión de Rusia a Ucrania, con el objetivo final de emanciparse de los hidrocarburos rusos en 2030. Este martes, por ejemplo, el precio de la electricidad marcaba registros históricos al situarse en 544,98 euros el megavatio/hora (MWh).
Una de las medidas señaladas sería la de recuperar parte de los "beneficios caídos del cielo" de las empresas eléctricas. De esta forma, la Comisión cifra el potencial de ingresos para las arcas públicas en 200.000 millones de euros.
La Comisión Europea ha señalado que "los Estados miembros pueden considerar impuestos temporales sobre los 'beneficios caídos del cielo' de las empresas eléctricas, siempre que no sean retroactivas y permitan a los productores de electricidad cubrir sus costos y proteger el mercado a largo plazo".
¿Qué son los "beneficios caídos del cielo"?
El mercado eléctrico europeo está regido por un sistema marginalista. Esto quiere decir que, por un lado, las empresas eléctricas ponen la oferta —cuánta energía ponen a disposición— y la demanda queda fijada por la demanda del conjunto de ciudadanas europeas.
Empresas como las hidráulicas perciben mayores beneficios por energías que son más baratas de producir
De esta manera, entran en subastas todas las formas de producción energética, comprando de las más baratas hacia las más caras. Por ejemplo, la energía hidráulica que es de las más baratas, es de las primeras en ser adquiridas. Frente a la energía renovable, que suelen ser más caras. Se van comprando estas energías hasta llenar el cupo del total demandado. En resumidas cuentas, la tecnología más cara de generación fija el precio de toda la electricidad subastada.
Sin embargo, este sistema determina que todo el precio de la energía queda fijado por el último precio, es decir, la última energía que ha entrado dentro de esta demanda energética. Así se origina lo que denominamos "beneficios caídos del cielo". Cuando empresas, como las hidráulicas o las nucleares, perciben mayores beneficios por energías que son más baratas de producir.
Revisar el sistema marginalista
Tras meses rehusando intervenir en el mercado, pese a la creciente presión de un grupo de países liderados por España y Francia, la Comisión se abre a medidas que parecían impensables.
Bruselas acepta revisar el sistema marginalista que rige los mercados eléctricos de la UE, donde la tecnología más cara de generación fija el precio de toda la electricidad subastada. Estudiará "todas las opciones posibles de medidas de emergencia para limitar el efecto de contagio de los precios del gas en los precios de la electricidad, como límites de precios temporales", señala el documento.
Independencia energética frente a Rusia
También, la Unión Europea quiere aumentar las reservas de gas y diversificar las fuentes de energía. De esta manera, se busca tener menos dependencia de las energías rusas: el 40% del gas, el 27% del petróleo y el 46% del carbón, que se consumió en Europa en 2021 vino de Rusia. Lo que supuso para las arcas del Kremlin 148.000 millones de euros.
Europa aspira a reducir en un año la dependencia del gas ruso en un 66%. Esto supone el esfuerzo de sustituir 100.000 millones de metros cúbicos de gas. Para ello, se busca impulsar las energías renovables, diversificar los proveedores, mejorar la eficiencia energética o recurrir al biometano, de forma que los agricultores se conviertan en "productores de energía"
Reservas de gas
En esta misma línea, la CE plantea una propuesta legislativa para proteger sus reservas de gas de grandes compañías gasistas como la empresa rusa Gazprom. La Comisión busca identificar a los almacenes de gas como infraestructuras críticas para luego introducir medidas que atajen los riesgos de que sean adquiridos por capital ruso.
A su vez, el Ejecutivo comunitario obligará a los operadores de infraestructuras de almacenamiento a que cada 1 de octubre estén llenos al 90% de su capacidad para garantizar esos niveles adecuados del gas.
No obstante, Bruselas no presentará una propuesta definitiva hasta que no disponga del informe que prepara la Agencia de Cooperación de Reguladores de la Energía (ACER) y que se conocerá el próximo mes de abril y seguirá escuchando a las partes implicadas "durante las próximas semanas".
Finalmente, los jefes de Estado y Gobierno de la UE tendrán que ahondar en el problema energético en la cumbre informal programada este jueves y viernes en Versalles.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.