Ucrania celebra elecciones presidenciales inmersa en una guerra civil
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Ucrania celebra este domingo elecciones presidenciales extraordinarias, convocadas tras el derrocamiento del régimen de Víktor Yanukóvich, inmersa en un conflicto armado entre las fuerzas del Gobierno provisional de Kiev y la insurgencia prorrusa del sureste del país. La gran incógnita es si los dirigentes provisionales de Ucrania conseguirán organizar y en qué magnitud la jornada electoral en las regiones de Lugansk y Donetsk, declaradas "repúblicas populares independientes" por los líderes de la sublevación prorrusa.
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"Todos los intentos de los terroristas de impedir en Donetsk y Lugansk la elección del presidente de Ucrania están condenados al fracaso", declaró el primer ministro interino ucraniano, Arseni Yatseniuk. En esas dos regiones surorientales, de mayoría rusohablante, viven cerca de 7 millones de personas, casi el 15% de la población de Ucrania.
"Las elecciones deben celebrarse en todas las regiones del país. Somos conscientes de que hay lugares donde habrá complicaciones, pero son pocos y ello no influirá en el resultado de los comicios", recalcó Yatseniuk, quien añadió que los comicios serán legítimos y que "Ucrania tendrá un presidente legalmente elegido".
Los alzados del este y Rusia cuestionan la legitimidad de los comicios presidenciales Por su parte, los dirigentes de la sublevación prorrusa aseguran que controlan la situación en gran parte de la regiones de Donetsk y Lugansk y que las elecciones convocadas por el Gobierno de Kiev no tienen ninguna legitimidad. "Creemos que las presidenciales del 25 de mayo no serán legítimas. Por supuesto, no las reconoceremos. Tratar de organizar comicios en el territorio de nuestros Estados independientes es ilegal", dijo Pável Gúbarev, uno de los líderes insurgentes en Donetsk.
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Rusia, a la que el Gobierno de Kiev acusa de agresión y de instigar la sublevación en el sureste del país, también cuestiona la legitimidad de los comicios presidenciales ucranianos, aunque con importantes matizaciones. "Cuesta imaginar que estas elecciones puedan ser completamente legítimas. Pero, al mismo tiempo, es evidente que no celebrarlas llevaría a una situación todavía más penosa. Por ello, entre dos males hay que elegir el menor", afirmó el presidente de la Duma del Estado (cámara de diputados) de Rusia, Serguéi Narishkin.
Según el jefe del Legislativo ruso, la legitimidad de las elecciones está en tela de juicio porque se celebrarán "en condiciones de una operación de castigo en varias localidades del país, en dos regiones donde viven cerca de siete millones de ciudadanos". Narishkin aludía a la "operación antiterrorista" lanzada por el Gobierno de Kiev en las regiones de Lugansk y Donetsk contra la insurgencia prorrusa.
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"Sabemos perfectamente que en el enorme territorio de las regiones de Donetsk y Lugansk las elecciones presidenciales no se podrán celebrar con normalidad", admitía a comienzos de semana el ministro del Interior ucraniano, Arsén Avákov. El Gobierno ucraniano ya asume que existen municipios rebeldes, como Slaviansk, Kramatorsk y Górlovka, donde los electores no acudirán a las urnas, unos por propia iniciativa y otros por temor a las represalias de los milicianos prorrusos.
Los choques armados entre las fuerzas de seguridad y las milicias han dejado decenas de muertos
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Según la Comisión Electoral Central de Ucrania, a falta de una semana para las elecciones, los insurgentes tenían bloqueadas 11 de las 34 circunscripciones electorales en Donetsk y Lugansk. Pero en la recta final de la campaña electoral también ha habido buenas noticias para el Gobierno de Kiev: Rinat Ajmétov, el hombre más rico de Ucrania, propietario del mayor conglomerado industrial del país, encabezó un movimiento de protesta contra los separatistas.
"¿Qué han hecho por nuestra tierra? ¿Qué puestos de trabajo han creado? ¿Andar con fusiles por las ciudades de Donbass (cuenca hullera de Donetsk) es acaso defender los derechos de la gente frente al poder central?", declaró este miércoles Ajmétov. El magnate, conocido por su postura en favor de la federalización de Ucrania, no se había manifestado anteriormente sobre la sublevación separatista prorrusa.
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Según datos del Ministerio de Interior de Ucrania, desde el pasado mes de abril los choques armados entre las fuerzas de seguridad y las milicias prorrusas han dejado decenas de muertos y más de un centenar de heridos.
El multimillonario Petró Poroshenko y la ex primera ministra Yulia Timoshenko, alineados ambos con la integración europea de Ucrania, son los principales aspirantes que se disputarán la Presidencia del país en los comicios del próximo domingo.
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Poroshenko, conocido como el "rey del chocolate" por sus empresas de dulces y bombones, ha pasado de ser prácticamente un desconocido para la opinión pública mundial a convertirse en el favorito para alzarse con la victoria electoral. A falta de muy pocos días para la votación y con los sondeos en la mano, la única duda para los analistas políticos es si será capaz de ganar en la primera vuelta, algo que ha intentado garantizarse al ofrecer una y otra vez a Timoshenko que se retire de la carrera electoral en pro de "la unidad del pueblo ucraniano".
Según uno de los últimos sondeos, Poroshenko recibiría el 54,7 % de los votos, 7-8 puntos más que en abril, seguido de Timoshenko, que tendría que conformarse con 10 % de las papeletas.
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Timoshenko, que aparentemente contaba con todo a su favor, perdió de vista que los votantes la asocian con los vicios del sistema político contra el que luchó el Maidán (plaza) de Kiev, como se ha conocido al movimiento popular de protesta que derrocó a Víktor Yanukóvich el pasado 22 de febrero. Ni su encendido discurso en la plaza de la Independencia de Kiev el mismo día que salió de prisión ni tampoco el poder que acumulan ahora en sus manos dos de sus colaboradores más allegados (el presidente interino, Alexandr Turchínov, y el primer ministro, Arseni Yatseniuk), han logrado relanzar su popularidad.
Muchos de sus correligionarios de Batkivshina, el principal partido de oposición a Yanukóvich, veían en Timoshenko a una mártir del engranaje político encabezado por el expresidente, por los dos años que pasó en prisión condenada por abuso de poder hasta salir en libertad el pasado 22 de febrero.
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Poroshenko y Timoshenko, siempre han apoyado todas las acciones militares Tan seguro parece Poroshenko de sus posibilidades que se ha negado a mantener debates televisados tanto con Timoshenko como con el resto de los candidatos, aunque sí ha asegurado que aceptará ese formato si se celebra una segunda vuelta.
El tercer aspirante en discordia, según las encuestas, es el banquero Serguéi Tiguipko, antiguo asesor electoral de Yanukóvich, exjefe del Banco Central de Ucrania y militante del Partido de las Regiones (PR) del depuesto presidente, aunque no su candidato oficial. Nacido en Moldavia y formado en la rusoparlante Dnepropetrovsk, Tiguipko coincidió en la última etapa de la URSS con Turchínov en las filas de las Juventudes Comunistas Soviéticas (Komsomol) y ayudó desde su cargo a poner en marcha su primer negocio a Timoshenko, natural de esa ciudad del este de Ucrania.
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Con Mijail Dobkin, el aspirante oficial del PR, hundido en las encuestas, Tiguipko ha asumido el papel de candidato del sureste rusoparlante del país, donde dos regiones limítrofes con Rusia (Donetsk y Lugansk) se han sublevado, han declarado su independencia y boicotean la consulta del domingo.
"Para mí, el referéndum del 11 de mayo (en el que una aplastante mayoría de votantes de las dos regiones apoyaron la independencia) fue un grito del alma de la gente para expresar la desconfianza" de la población hacia las autoridades de Kiev, dijo recientemente Tiguipko en Zaporozhie, región sureña fronteriza con Donetsk. También ha pedido a las autoridades ucranianas que pongan fin a la operación militar lanzada contra los insurgentes, que ya ha costado decenas de vidas en ambos bandos.
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Los dos favoritos, Poroshenko y Timoshenko, siempre han apoyado todas las acciones militares emprendidas contra las milicias prorrusas y se han manifestado a favor de la integración de Ucrania tanto en la Unión Europea como en la OTAN. También han prometido que pondrán todo su empeño en recuperar Crimea, anexionada por Rusia después de un referéndum de autodeterminación celebrado en la península en marzo pasado.
Timoshenko, que se ha pasado buena parte de la campaña en el este del país, se ha mostrado más receptiva con algunas preocupaciones de esa Ucrania que se siente más unida a Rusia, tanto en lo económico como en lo cultural, y ha prometido convocar un referéndum para preguntar a los ciudadanos sobre la entrada en la OTAN.