Ucrania ataca territorio ruso con misiles de EEUU a pocos días de la conferencia de paz de Suiza
Ucrania utiliza por primera vez misiles occidentales contra el territorio de Rusia, país que ya advirtió de las "consecuencias fatales" que tal paso podría tener en la guerra.
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Ucrania ha reconocido su primer ataque con armamento occidental contra un objetivo militar en territorio de la Federación de Rusia, después de que los principales países que suministran armas a Kiev dieran su beneplácito a esos bombardeos del suelo ruso con misiles europeos y estadounidenses de largo alcance.
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La guerra entra así en una nueva fase llena de incertidumbres sobre la creciente intervención de Occidente a apenas diez días de la Conferencia de Paz sobre Ucrania en Suiza. Una cumbre internacional sobre la que el Gobierno ucraniano ha puesto sus mayores esperanzas para publicitar una causa que cada día que pasa es más difícil de defender en el campo de batalla, pese a la ayuda occidental.
China no cree en la imparcialidad de la cumbre de Suiza
A la Conferencia de Paz no acudirá Rusia, y China la acusa de "imparcial"
Este encuentro organizado por Kiev para los días 15 y 16 de junio en la localidad suiza de Lucerna y pagado por sus mayores aliados occidentales para mayor gloria del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, no cuenta con la presencia de Rusia y ya ha sido desdeñado por China por su imparcialidad. La ausencia china rebaja las expectativas de la reunión a la que Estados Unidos no enviará a su presidente, Joe Biden, y despachará en su lugar a la vicepresidenta, Kamala Harris.
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El líder ucraniano, despechado por la ausencia china, acusó este fin de semana pasado a Pekín de sabotear el encuentro internacional en el que espera una aclamación de su propio plan de paz. Una hoja de ruta ya caduca desde que se presentó al comienzo de la guerra, pues se basa en la hipotética derrota militar de Rusia.
"China, desafortunadamente, está trabajando para que los países no vayan a la conferencia de paz", afirmó el líder ucraniano en Singapur.
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El Gobierno chino ha rechazado las presiones de Kiev y ha subrayado que tiene "todo el derecho a decidir si va o no a la cumbre de Suiza". Pekín no acaba de entender cómo una conferencia internacional que se supone que se reúne para buscar una salida a la guerra no invita a uno de los dos contendientes principales en ese conflicto, esto es, Rusia. Más aún si es el que se está imponiendo militarmente en el conflicto.
"China y Brasil presentamos recientemente una propuesta conjunta con una serie de sugerencias en las que se pide enfriar la situación, no escalar el conflicto y no avivarlo", afirmó este martes el ministro de Exteriores chino, Wang Yi.
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La escalada bélica por el uso de armas de la OTAN en Rusia
Y eso es lo que está ocurriendo: una escalada de la guerra que imprime un nuevo giro al conflicto e involucra aún más a los aliados occidentales de Ucrania. Por primera vez, el Ejército ucraniano utilizó el sistema de misiles estadounidense HIMARS para destruir una batería lanzacohetes S-300/400 situada en la región rusa de Bélgorod, fronteriza con Ucrania.
En la noche del lunes, la viceministra ucraniana de Reintegración de los territorios ocupados, Irina Vershchuk, informó de este ataque, aunque no especificó el tipo de armamento utilizado. Este martes, el centro de análisis estadounidense Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), que utiliza datos del Pentágono y los servicios de inteligencia británicos, indicó que el objetivo del ataque fue una batería antiaérea rusa S-300 o S-400 emplazada en Bélgorod, a unos 60 kilómetros de la línea del actual frente de guerra en la región ucraniana de Járkov.
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Según el ISW, el Ejército ucraniano utilizó ese sistema HIMARS de lanzadera múltiple, con misiles de largo alcance. Ucrania dispone de un número indeterminado de HIMARS donados por Estados Unidos.
Hasta ahora los HIMARS en manos de Ucrania tenían limitado su radio de acción para evitar atacar objetivos dentro de territorio ruso. Pero en la última semana, EEUU se unió a la decena de países que han dado su permiso al Ejército ucraniano para atacar con misiles y artillería occidentales esos blancos en suelo ruso.
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Los misiles occidentales podrían debilitar la ofensiva rusa
Esta decisión, que permite atacar Rusia con misiles de largo alcance, como los ATACMS estadounidenses, los Scalp franceses o los Storm Shadow británicos, aumenta la vulnerabilidad de la retaguardia rusa y podría reducir la presión del Ejército de Moscú sobre los diferentes frentes abiertos en Ucrania.
En concreto, podría suponer un cambio en la actividad bélica en el frente de Járkov, región ucraniana atacada por fuerzas rusas desde principios de mayo y donde se están produciendo fuertes combates en dirección hacia la capital de ese territorio, con el mismo nombre, que es la segunda ciudad más grande de Ucrania.
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La utilización de armamento occidental para golpear a Rusia es "vital" para la retaguardia de Ucrania
El responsable de la oficina presidencial ucraniana, Andrey Yermak, explicó este martes que la utilización de armamento occidental para golpear a Rusia en su retaguarda es "vital" y tiene como objetivo dificultar las operaciones de la aviación táctica y mermar la capacidad rusa para lanzar nuevas ofensivas en las zonas fronterizas.
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Si es que el objetivo real ruso con esta ofensiva era la captura de Járkov y no otro, como obligar a Kiev a dividir sus menguadas tropas en nuevos frentes, además del tanteo de las fortificaciones fronterizas ucranianas, que han mostrado una notable debilidad.
Los ucranianos protagonizan un lento pero imparable avance que podría intensificarse en verano
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La ofensiva rusa sobre Járkov, con combates encarnizados centrados en torno a la ciudad fronteriza de Vovchansk, convertida ya en un montón de ruinas, requirió el traslado de tropas ucranianas desde otros sectores del frente, como Donetsk, en la zona de Avdivka, donde los rusos continúan un lento, pero imparable avance que podría intensificarse en verano hasta tomar la consistencia de una ofensiva en toda regla.
El simbolismo de los HIMARS
El uso de los HIMARS para reivindicar el primer ataque ucraniano sobre suelo ruso con armas de la OTAN de larga distancia es muy significativo, pues EEUU todavía mantiene algunas prohibiciones sobre la utilización de sus misiles contra territorio ruso. En concreto, limita los blancos a los objetivos militares y reduce su uso a las zonas rusas aledañas a Ucrania.
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Rusia ha indicado en varias ocasiones que, en realidad, ya ha sufrido en su territorio el ataque con misiles británicos e incluso estadounidenses, pero ésta es la primera vez que se reconoce oficialmente tal acción bélica por parte de Ucrania, cuyos ataques en suelo ruso, en las regiones de Bélgorod y Kursk, habían sido efectuados normalmente con drones.
El ataque con los HIMARS, para los rusos un símbolo de la devastación que producen las armas occidentales, ha sucedido además en medio de la controversia entre el Kremlin y Occidente sobre el alcance del apoyo bélico a Kiev por sus aliados de la OTAN y Europa. Moscú había advertido en numerosas ocasiones a Occidente de que no cruzara esta línea roja.
Hay países europeos que contemplan la posibilidad de enviar a sus militares a Ucrania
Además del uso de armamento de largo alcance contra suelo ruso, algunos países europeos, como Francia, Gran Bretaña y los bálticos, consideran la posibilidad de enviar a sus militares a Ucrania, ya sea como instructores, asesores o asistentes para el uso y mantenimiento de los sofisticados sistemas de armas occidentales.
El propio Gobierno ucraniano ha reconocido que no solo se está examinando con París la posibilidad de desplegar instructores franceses en Ucrania, sino que ya hay acuerdos firmados al respecto. Esos instructores podrían hacer su trabajo en el oeste de Ucrania, donde la aviación rusa ha lanzado en las últimas semanas algunos ataques preventivos contra posibles estacionamientos de tropas.
El Kremlin considera que esos instructores militares serán en realidad tropas de la OTAN operando en Ucrania y, por ello, ha advertido de que, si son localizados, se convertirán en un blanco prioritario. "Ningún instructor involucrado en el entrenamiento de soldados ucranianos tiene inmunidad" ante una eventual represalia rusa, afirmó el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
El riesgo de colapso energético de Ucrania
Zelenski también ha pedido nuevos suministros de sistemas Patriot de defensa antiaérea que permitan atajar el uso de la aviación por parte de Rusia, cada vez más osado en la zona de Járkov, pero extensible a todo el país.
Los misiles Patriot son imprescindibles para frenar la sangría que los ataques rusos están produciendo en el sistema energético ucraniano, que demanda inmensos recursos para su reparación y que impide que esos montos de ayuda occidental sean dedicados a adquirir más armamento.
La pérdida de capacidad de generación eléctrica por los ataques de drones podrían suponer una catástrofe de cara al invierno
Según explicó este martes el primer ministro ucraniano, Denin Shmigal, las oleadas de ataques rusos con drones y misiles contra las infraestructuras críticas de Ucrania han hecho perder a este país cerca de nueve gigavatios de capacidad de generación eléctrica, una auténtica catástrofe que podría dejar tocado al país de cara al próximo invierno.
Desde marzo, Rusia ha intensificado sus ataques a la infraestructura eléctrica ucraniana y ha destruido buena parte de la generación térmica e hidroeléctrica de electricidad.
El Gobierno suizo, entusiasmado por la organización de la cumbre de la paz para Ucrania, quiso resaltar más si cabe su contribución al encuentro con la creación de un fondo de seguridad y ayuda por más de 5.000 millones de euros que se iban a destinar precisamente a la reconstrucción de infraestructuras ucranianas.
Sin embargo, el Consejo de Estados de Suiza, cámara alta del Parlamento suizo, rechazó ese proyecto, pues la mayor parte de los legisladores consideró que de esta forma se estaba comprometiendo la tradicional neutralidad de su país.
No es éste el mejor de los augurios para la conferencia de paz de Lucerna, ya en parte tocada de fondo por la ausencia de China y también marcada por la intemperancia de Zelenski. El presidente ucraniano ha sido muy poco hábil por acusar a los ausentes del evento de sabotear una cumbre que, en realidad, no tiene otro sentido que el de darle un espaldarazo y un baño de multitudes ante unos tiempos que se avecinan muy complicados para Ucrania.