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Trump perfila los nombres y las prioridades de su futuro gobierno

El líder republicano se marca la sanidad, la inmigración y los impuestos como los asuntos a abordar en los primeros 100 días al frente de la Casa Blanca

Un grupo de personas protesta contra el presidente electo estadounidense, Donald Trump, en Nueva York. EFE

GUILLERMO LERMA

WASHINGTON. -El presidente electo de Estados Unidos, que tomará posesión el próximo 20 de enero, tiene por delante la tarea de cubrir alrededor de unos 4.000 cargos de gobierno para sus cuatro años de mandato. Donald Trump que ha elegido a su vicepresidente, Mike Pence, como jefe del equipo de transición que se encargará de hacer el traspaso de poderes con la administración Obama, ya perfila cuáles son los nombres de sus más estrechos colaboradores. El tono de la campaña electoral, que ha provocado también una profunda división en el seno del partido republicano, complica la posibilidad de que el nuevo inquilino de la Casa Blanca pueda atraer talento incluso desde dentro de sus propias filas.

Desde su cuenta personal de Twitter, Trump anunciaba en las últimas horas que “pronto tomará decisiones importantes sobre las personas que formarán parte de su gobierno”. El presidente, junto con algunos de sus consejeros, se dedicaba este viernes a estudiar los posibles candidatos aunque desde el día después de la elección las quinielas se disparaban en la prensa. Según informa el portal político.com, el equipo de transición lleva varios meses elaborando una lista con destacados líderes de la industria estadounidense y activistas conservadores que podrían comprometerse con el gabinete presidencial. Entre ellos, según estas mismas fuentes, estarían el co-fundador de la compañía Lucas Oil, Forrest Lucas o el ex trabajador de Goldman Sachs, Steven Mnuchin.

Además de las caras nuevas que Donald Trump fiche para la administración, se da por hecho que buena parte de su equipo estará conformado por aquellas personas que han estado cerca de él durante la campaña. El magnate premiaría así la fidelidad de los pocos dirigentes destacados del partido republicano, que ha pesar de los escándalos y las salidas de tono del candidato, le han apoyado durante estos últimos meses. Los nombres que más suenan estos días son los del ex alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani, al que se pudo ver en la fiesta de celebración de la victoria el pasado 8 de noviembre. Para él, uno de sus más fervientes defensores, podría estar reservado el puesto de Fiscal General, que también podría recaer sobre Chris Christie, gobernador de Nueva Jersey.

La secretaría de Estado, otro de los cargos de más poder dentro de la administración estadounidense, es la cartera encargada de las relaciones internacionales del país y de asesorar en estos asuntos al presidente. Al frente de ella se baraja la posibilidad de que Trump ponga al ex jefe de la Cámara de Representantes Newt Gingrich, al senador por Tennessee, Bob Corker o al ex embajador para Naciones Unidas, John Bolton.

Según reconocen desde el equipo de líder republicano a varios medios estadounidenses, existe cierta preocupación porque creen que Trump lo tendrá complicado para encontrar mujeres que quieran sumarse a su proyecto. Una de las que puede aterrizar en la Casa Blanca es Sarah Palin, ex candidata a la vicepresidencia de EEUU con John McCain y ex gobernadora de Alaska. Ella nunca ha negado su interés en ocupar algún puesto en la administración y su nombre está sobre la mesa. Palin ha sido una de las primeras personas del partido republicano en defender la idoneidad de Trump liderar la carrera presidencial. Su nombre suena como posible secretaria de Interior.

La cartera de comercio, que entre otros asuntos tendrá que encargarse de dirigir a partir de ahora el rumbo del tratado con la Unión Europea (TTIP), podría recaer sobre un miembro del circulo empresarial cercano al magnate. Wilbur Ross, un inversor millonario asesor económico de Trump o Dan DiMicco, ex presidente de la compañía productora de acero Nucor Corp están entre los candidatos para este puesto.

Prioridades del próximo gobierno

Poco se conoce de la agenda legislativa del presidente electo. El pasado jueves, tras reunirse con los líderes del partido republicano en el Senado y el Cámara de representantes, Donald Trump aseguró estar deseando empezar “con temas como la atención médica o la inmigración” aunque “son muchas cosas diferentes las que hay pendientes”.

Durante estos meses de campaña el candidato no ha ocultado su descontento por la reforma sanitaria aprobada por la administración Barack Obama. “Obamacare es un desastre” ha reiterado el nuevo inquilino de la Casa Blanca en varias ocasiones. Aunque la prioridad es abolir la ley que perseguía que todos los ciudadanos tuvieran acceso a un seguro médico, Paul Ryan, presidente de la Cámara Baja, aseguró que habría una reforma del sistema para mejorarlo y perfeccionarlo. La propuesta del presidente pasaría por liberalizar la venta de seguros médicos, siempre y cuando estos cumplan las normas puestas por el Estado o crear unas cuentas de ahorro sanitarias exentas de impuestos acumulables.

Otra de las prioridades del futuro gabinete será abordar el asunto de la inmigración, uno de los más delicados y que más polémica generan en torno al líder republicano. Trump se ha comprometido a deportar a los 11 millones de inmigrantes sin permiso de residencia que viven en el país. Además apuesta por expulsar del país a unas 700.000 personas que llegaron como niños a Estados Unidos, que han crecido y se han integrado y que gracias a un plan impulsado por Obama habían regulado su situación. Otra de las promesas del presidente es la construcción de un muro en la frontera sur para evitar la entrada de personas procedentes de México. Según Trump la construcción de esa infraestructura correría a cargo del actual gobierno que lidera Enrique Peña Nieto.

A pesar del necesario aumento del gasto público que implicarían muchas de las medidas que quiere llevar a cabo, el Jefe del Ejecutivo ha prometido una fuerte bajada de impuestos y la creación de 25 millones de puestos de trabajo mediante la renegociación de los tratados de comercio firmados por Estados Unidos con otros países o la reversión de las restricciones que favorecen el uso de energías renovables. Trump también ha expresado su intención de hacer frente a China por manipular las divisas y perjudicar al país norteamericano mediante la estafa.

Aún quedan varias semanas hasta que el nuevo líder de la primera potencia mundial asuma la totalidad de sus funciones pero se espera que este domingo, en la primera entrevista extensa que concede, dé algunos detalles del rumbo que quiere dar a la nación. En su primeras declaraciones tras ganar las elecciones mostró un tono más conciliador que el expresado durante la campaña. “Voy a ser el presidente de todos”, dijo al tiempo que se comprometía a trabajar para coser las heridas que se han abierto en el país.

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