Este artículo se publicó hace 14 años.
El Tea Party promete cambiar el rumbo de EEUU
El movimiento ultra es el gran ganador de las elecciones y llega a Washington con un programa contra el Gobierno
El Tea Party ha sido el gran ganador de estas elecciones. El movimiento ultra que no existía hace dos años consiguió situar a la mayoría de sus candidatos, excepto en dos estados donde el extremismo de las candidatas asustó al electorado: Nevada, la carrera senatorial más importante, donde Sharron Angle no consiguió destronar al veterano líder demócrata Harry Reid, y Delaware, donde el fracaso de Catherine O'Donnell frente al demócrata Chris Coons hundió las esperanzas republicanas de controlar el Senado.
"Hemos triunfado más de lo que nadie esperaba. Hemos cambiado por completo el mapa de la política estadounidense", aseguraba Sal Russo, ex asesor de Ronald Reagan y director del Tea Party Express, una organización con sede en Sacramento (California) que contribuyó a muchas de las campañas de los candidatos considerados marginales.
Dos seguidoras de Palin fracasan en las urnas a causa de su extremismo
Un sondeo a pie de urna reveló que el 40% de los votantes sentían afinidad con la ideología del Tea Party. "Para muchos votantes, el Tea Party ha sido una hoja en blanco en la que proyectaron todo tipo de esperanzas y frustraciones, no siempre compatibles o realistas", subrayaba ayer Kate Zernike en The New York Times.
Sarah Palin también sale reforzada de la carrera. La mayoría de los candidatos a los que ayudó ganaron, aunque las derrotas de Angle y O'Donnell, que se identificaron con la ex gobernadora de Alaska, deslucieron su victoria. Precisamente en Alaska se jugará a mediados de este mes el último capítulo de su periplo electoral, cuando se haga el recuento de los votos que deberían desempatar al radical Joe Miller de la actual senadora republicana Lisa Murkowski que se presentó como independiente y de momento lidera los sondeos.
Las buenas noticias llegaron pronto para los simpatizantes ultraconservadores.
Jeb Bush ensalza a Marco Rubio como un líder que "regenerará" el país
El nuevo senador por Kentucky, Rand Paul, una de las estrellas del movimiento, y su recién elegido colega por Florida, la joven promesa republicana Marco Rubio, fueron los primeros en confirmar la victoria anticipada por los sondeos. "Hay una ola Tea Party y queremos lanzar un mensaje" dijo Paul. "Un mensaje de cordura fiscal, Gobierno limitado y equilibrio presupuestario" . Y repitió que la labor de Washington no es "crear empleo, sino permitir a los empresarios crearlo".
En Florida, Marco Rubio fue más analítico. "Cometemos un grave error si pensamos que los resultados son una validación del partido republicano. Son más bien una segunda oportunidad para cumplir lo que prometieron no hace tanto tiempo", dijo Rubio, que prometió cambiar el rumbo de EEUU, que "va por la mala dirección". Momentos antes, su padrino electoral, el ex gobernador Jeb Bush, había calificado el equipo de Obama de "Gobierno opresivo" e incluido a Rubio en "la próxima generación de líderes que restaurarán América".
El Tea Party cimentó su poder político con otras victorias en Pensilvania (Pat Toomey), New Hampshire (Kelly Ayote) y Wisconsin (Ron Johnson). En Carolina del Sur, Nikki Haley, otra estrella del movimiento, una de las "mamás grizzly" de Sarah Palin, consiguió convertirse en la gobernadora del Estado.
Queda por saber cómo funcionará el Tea Party con el resto del partido republicano. Liderados en el Senado por Jim DeMint (Carolina del Sur), la nueva derecha ha dejado claro que tiene su propio programa y acude a Washington con un mandato directo del pueblo contra la ingerencia del Gobierno.
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