Siria convierte el funeral en un acto de apoyo al régimen
Miles de personas acompañan los féretros de las 26 víctimas del atentado.
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El entierro de las 26 víctimas del atentado suicida del viernes en Damasco ha atraído a miles de personas y se ha convertido en un acto de respaldo al régimen del presidente Bashar al Asad en el barrio damasceno de Midan, un distrito que durante las últimas semanas ha visto varias protestas contra el régimen, pero donde ayer sólo se oyeron consignas a la unidad de todos los sirios.
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Mientras el Gobierno atribuye la autoría del atentado a "terroristas", la oposición señala al régimen como responsable. Sin embargo, ni unos ni otros han aportado ninguna prueba que confirme sus denuncias. Otra posibilidad es que los autores del atentado sean islamistas relacionados con Al Qaeda, algo que de ser cierto aumentaría la preocupación sobre la situación general de Siria y sobre la posibilidad de que el futuro del país degenere en un conflicto sectario similar al de Irak.
El Gobierno y la oposición se acusan mutuamente, pero no ofrecen pruebas
Por otra parte, el coronel Afif Mahmoud Suleiman y medio centenar de soldados sirios han desertado del Ejército para protestar por la muerte de civiles a manos de los militares. El general Suleiman anunció la noticia por medio del canal de televisión de Al Yazira y comentó que deben examinarse tres cementerios de la ciudad de Hama donde se han enterrado a más de 460 víctimas de la represión.
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Para mañana está prevista una reunión en El Cairo de un comité de la Liga Árabe. Tiene la tarea de examinar el trabajo de la misión de observadores que llegó a Damasco a finales de diciembre con el fin de presionar al régimen para que ponga fin a la represión de las protestas que, desde marzo, ha causado más de 5.000 muertos, según la ONU.
La pista de Al Qaeda haría temer un conflicto sectario similar al de Irak
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A la reunión acudirán los seis miembros del comité, es decir, los ministros de Exteriores de Arabia Saudí, Egipto, Argelia, Qatar, Omán y Sudán. Es muy posible que los participantes intensifiquen la presión sobre Siria, ya que hay países como Arabia Saudí y Qatar que quieren acabar con el régimen de Al Asad tan pronto como sea posible y están bajo la presión de EEUU y de varios países de la UE que comparten ese interés.
La oposición, que cuenta con el apoyo occidental y también árabe, ha denunciado que los observadores están siendo manipulados por el régimen. Esperaba que la misión simpatizase con los rebeldes, pero de momento no ha sido así.
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Los observadores disponen de un mes, que expira a finales de enero, para acabar su trabajo, aunque sería posible extender la misión durante otros 30 días. Lo más probable es que el comité de ministros de Exteriores árabes exprese hoy su apoyo a la misión, aunque también podría pedir ayuda técnica a la ONU.
Qatar es el país que preside el comité y según su primer ministro, el jeque Hamad bin Yassim al Thani, Siria no está cumpliendo su compromiso con el protocolo que acordó con la Liga en diciembre, y los monitores no pueden continuar en el país "perdiendo el tiempo".