Siete muertos en un atentado en Kabul cerca del cuartel de la OTAN y la embajada de EEUU
Los talibanes han reivindicado el atentado suicida que ha causado la muerte de tres personas y heridas a otras 85
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Los talibanes enturbiaron ayer la campaña electoral afgana con un atentado suicida que causó siete muertos frente al cuartel general de la ISAF en Kabul, perpetrado sólo horas después de un ataque con siete proyectiles contra la base militar española de Herat, en el oeste del país, que no provocó heridos.
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El ataque en la capital se produjo a las 8.30 horas. Un estruendo ensordecedor dejó paso a una densa columna de humo blanco procedente del fortificado barrio de Wazir Akbar Khan y visible desde varios puntos de Kabul.
En esta zona se encuentra la embajada estadounidense y el cuartel general de la ISAF, la misión de la OTAN en el país. El autor de la masacre llegó a bordo de un vehículo que hizo estallar cuando se acercaba a los controles de seguridad.
El Ministerio de Defensa afgano confirmó que el atentado causó la muerte de siete personas y heridas a otras 91, la mayoría de ellos trabajadores afganos que esperaban a las puertas del cuartel general de la organización para entrar en el recinto.
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En un comunicado, la ISAF reconoció que la explosión acabó con las vidas de varios civiles y que también resultaron heridos varios militares extranjeros. El atentado se lo atribuyeron los talibanes, cuyo portavoz, Zabiullah Mujahid, aseguró por teléfono desde un lugar no especificado que el objetivo del suicida era atacar la embajada de EEUU y el cuartel general de la ISAF. "[El ataque] fue ejecutado con un todoterreno cargado con 500 kilogramos de explosivos", precisó Mujahid, quien dijo haber causado la muerte de 25 personas.
La ciudad de Kabul está sometida a una fuerte vigilancia de patrullas de la ISAF, tropas afganas y la Policía local, que rodean los edificios gubernamentales y controlan el acceso a las vías cercanas a las embajadas extranjeras.
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Pese a ello, el aeropuerto de Kabul recibió ayer el impacto de dos proyectiles, según el Ejército estadounidense. En el resto del país, pese al despliegue adicional de tropas con motivo de las elecciones presidenciales, los talibanes han incrementado sus ataques. El viernes, varios cohetes fueron lanzados sobre la Base de Apoyo Avanzado española en Herat por segunda vez en una semana. El Estado Mayor de la Defensa español (EMAD) detalló en Madrid que no se produjeron muertos ni heridos.
Afganistán celebrará el próximo día 20 de agosto las elecciones presidenciales y renovará los consejos provinciales, pero los insurgentes talibanes han pedido a la ciudadanía que boicotee las votaciones. Su estrategia ha sido emprender ataques contra el proceso por todo el país.
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Además de amenazar a quienes voten con cortarles los dedos, los insurgentes han protagonizado saqueos de oficinas de candidatos, han asesinado a activistas y han intentado acabar con las vidas de varios importantes políticos afganos. El pasado jueves, el ex presidente afgano Burhanudín Rabani, partidario del candidato opositor
Abdullah Abdullah, salió ileso de una emboscada contra su convoy cuando viajaba por el distrito norteño de Kunduz.
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El candidato a vicepresidente Mohamed Qasim Fahim, un antiguo señor de la guerra que concurre en la lista del actual jefe del Estado, Hamid Karzai, sufrió otro ataque similar a finales de julio, aunque también resultó ileso.
"Los enemigos de Afganistán, con estos ataques en vísperas de las elecciones, quieren crear temor en el pueblo. Pero deben saber que los afganos conocen la importancia de ir a votar", dijo ayer Karzai tras el atentado de Kabul. Su jefe de prensa, Sediq Sediqqi, confirmó que el actual presidente mantendrá sus actos de campaña.