El Senado aparta a Rousseff de la Presidencia de Brasil
En los márgenes de la legalidad
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SAO PAULO. -Apenas diecinueve meses después de iniciar su segundo mandato, la presidenta Dilma Rousseff ha sido apartada de su cargo durante al menos 180 días hasta que se conozca la sentencia definitiva del juicio político al que se enfrenta. Por 55 votos a favor y 22 en contra, el Senado brasileña decidió seguir adelante con el proceso político contra la presidenta, que ha sido apartada de sus funciones durante al menos 180 días. Ahora, el vicepresidente Michel Temer comandará el nuevo Gobierno a ritmo de recortes sociales y privatizaciones.
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A las tres y media Rousseff grababa un vídeo en el que daba su último discurso como mandataria de Brasil. A esas horas las manifestaciones en las calles comenzaban tímidamente. Las concentraciones a favor y en contra del impeachment fueron menores de lo esperado. En la Avenida Paulista, donde se gestaron las primeras protestas contra Dilma, ambas hinchadas compartieron espacio. Mientras un grupo de artistas rasgaban una copia ampliada del carné electoral como protesta contra el juicio político, el otro, ataviado con la camiseta de la selección, bailaba un samba que se titulaba Ciao querida.
La acusación contra Dilma se basa en la aprobación de seis decretos presupuestarios en los que se maquillaban las cuentas del Estado y por los que la presidenta obtuvo dinero de bancos públicos sin haber devuelto a tiempo lo que ya le había sido prestado. Un delito de cuentas relativamente habitual en la política brasileña (y también extranjera) ya que el ex presidente Fernando Henrique Cardoso llegó a firmar más de 100 del mismo estilo, al igual que Lula, o que actuales gobernadores brasileños como el paulista Geraldo Alckmin.
En los márgenes de la legalidad
Esta semana a la polémica sobre la legalidad de este proceso político se sumaron una serie de acontecimientos que mostraron una vez más como el Congreso brasileño ha usado las reglas democráticas como instrumentos al antojo de los fines políticos de turno.
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“Estamos asistiendo a un espectáculo de facciones criminales en el Congreso", según Jean Wyllys
Pero la sorpresa final vino el lunes cuando Waldir Maranhão, el sustituto de Cunha y presidente interino de la Cámara, anunció que anulaba la votación del pasado 17 de abril por considerar que “ocurrieron vicios durante el rito”. Por unas horas Dilma pensó que tenía un respiro y la oposición encolerizó afirmando que “los argumentos de Maranhão eran “endebles”. El líder del Senado, Renan Calheiros, se mostró tajante y dijo que Maranhão “jugaba con la democracia” y que no aceptaría la anulación, algo que de haberse cumplido también vulneraría la Ley. “Cómo pueden escandalizarse con argumentos endebles si son los mismos que tienen ellos para hacer el impeachment de Dilma”, decía el profesor de Filosofía de la Universidad de Sao Paulo, Pablo Ortellado. El diputado Jean Wyllys en la misma línea señalaba: “Estamos asistiendo a un espectáculo de facciones criminales en el Congreso, se preocupan porque Maranhão ignora los 367 votos de los diputados, pero no les importa tirar a la basura los 54 millones de votos que recibió la presidenta”.