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La sangre palestina que mancha las manos de Europa

JAIRO VARGAS

'Para los políticos, la operación militar israelí llamada Margen Protector no era una masacre, sino el derecho a la defensa del Estado de Israel contra los ataques terroristas. Pero muchos de esos terroristas eran niños de pocos meses de vida que acabaron con el cráneo reventado, partidos por la mitad por los cascotes de sus viviendas destruidas en unos bombardeos que mataron a miembros de varias generaciones de una misma familia. Su único crimen era ser palestinos y vivir en su territorio'.

Es el resumen que hace de la última matanza israelí en la Franja de Gaza el pasado verano Manu Pineda, coordinador de las Brigadas Internacionales Unadikum, que trabajan como escudos humanos sobre terreno palestino, arriesgando su propia vida para intentar que la de los que sobreviven en esa 'cárcel al aire libre' se prolongue un día más.

El discurso de Pineda, que estuvo presente en las dos últimas grandes operaciones militares israelíes en Gaza, no iba dirigido a los cerca de 50 asistentes a las jornadas de solidaridad con Palestina que organizaron la pasada semana los eurodiputados de Izquierda Unida Ángela Vallina y Javier Couso en el Parlamento Europeo, en Bruselas, con la colaboración del Grupo de la Izquierda Unitaria Europea (GUE/NGL).

'Esto no es nuevo, pero queremos decirlo en esta sede, a los parlamentarios que tengan el valor de venir a escucharnos, aunque los cobardes que apoyan a los asesinos no vendrán. La Unión Europea tiene las manos manchadas de sangre palestina', aseguraba Pineda. No le faltó razón, porque ningún parlamentario del PPE, de los socialdemócratas europeos o de los liberales acudió a estas jornadas.

A través de videoconferencia, ya que pese a tener su visado en regla se le impidió salir de Gaza, el doctor Bashman Alashi, director del hospital Al Wafa en la Franja, relató cómo 'más de 30 misiles destruyeron las instalaciones del hospital con enfermos en su interior' este verano, una acción que viola los acuerdos de la Convención de Ginebra, ese papel que sin mucho éxito trata proteger a las víctimas de los conflictos armados.

Este médico gazatí asegura que durante la última masacre israelí en la Franja, que dejó más de 2.000 muertos palestinos de los que la mayoría eran civiles, mujeres y niños, el ejército de Benjamin Netanyahu descargó el equivalente a seis bombas atómicas en un espacio con una de las densidades de población más altas del mundo. No es la única violación de los acuerdos de Ginebra o de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU por parte del Estado israelí. El bloqueo de la franja de Gaza, la ampliación de asentamientos judíos en Cisjordania, las detenciones arbitrarias de palestinos por las Fuerzas de Defensa Israelíes, los bombardeos indiscriminados sobre las poblaciones palestinas o los ataques a ambulancias cargadas con heridos por los proyectiles hebreos son algunos ejemplos más ante los que la Comunidad Internacional prefiere taparse los ojos.

'Israel es un invento reciente que ha violado 252 resoluciones de la ONU sin que se le haya impuesto ninguna sanción'

'Israel tiene una corta historia, hace 67 años no existía. Es un invento reciente que en este tiempo ha violado 252 resoluciones de la ONU sin que se le haya impuesto ninguna sanción, denuncia Pineda. 'No hay ningún país del mundo al que se le permita lo que hace Israel con el pueblo palestino, que es la emulación o la superación del apartheid de Suráfrica', critica Javier Couso. Pero estas afirmaciones no son sino dos granos de arena en un enorme desierto de indiferencia.

Pese a que la UE, según sus propios reglamentos, no puede llegar a acuerdos con países que violan los Derechos Humanos, Israel es un socio comercial preferente, hasta el punto de que es casi un Estado miembro de la UE. Alemania y otros Estados miembros venden armas al Estado sionista aunque algunos, como España, dejen de hacerlo en mitad de las masacres de civiles en Gaza.

La Europol mantiene convenios de colaboración con la policía israelí y la UE invierte casi 250 millones de euros al año con los que Israel desarrolla aviones no tripulados que vigilan y bombardean a un pueblo cuyas fronteras menguan cada día en favor de unos colonos que Europa y Estados Unidos soltaron en esa tierra prometida por el Antiguo Testamento tras el holocausto judío a manos de Hitler. 'Europa tiene un cierto complejo con el asunto de los judíos. Hay que diferenciar entre la extrema derecha sionista y el pueblo Israelí', recuerda Ángela Vallina.

Las tácitas condenas de la Comunidad Internacional a determinadas acciones puntuales del ejército israelí nunca han servido para que los sionistas cejen en su empeño de expulsar a la población nativa de su tierra, que abarca desde el río Jordán hasta el Mediterráneo. Aunque se reconocieran las fronteras de los acuerdos de 1967, como reclama la Autoridad Nacional Palestina representada por Mahmud Abbas, el pueblo palestino habría perdido el 78% de sus territorios, denuncia Pineda.

El último pronunciamiento de la UE sobre las prácticas israelíes fue el de la Alta Representante para la Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, con una línea muy distinta a la de su antecesora, Catherine Ashton. Couso y Vallina elevaron una pregunta sobre la postura de la UE ante las detenciones arbitrarias, que según explica Pineda, son 'detenciones administrativas en la que Israel puede secuestrar de forma ilimitada a cualquier palestino, sin cargo ni acusación ni asistencia jurídica. Hay 540 palestinos en esas condiciones, algunos durante más de diez años, entre ellos, un tercio de los diputados del Consejo Legislativo Palestino.

A la UE le viene preocupando desde hace mucho el recurso generalizado y desproporcionado a la detención administrativa por parte de Israel. En virtud del Derecho internacional, los detenidos tienen derecho a ser informados acerca de los motivos de su detención y a que se determine la legalidad de su detención sin demora injustificada. La UE ha planteado con frecuencia esta cuestión en su diálogo con las autoridades israelíes y tiene previsto volver a hacerlo en las próximas reuniones del subcomité UE-Israel sobre diálogo político y cooperación', decía Mogherini. Pero, ¿hay consecuencias? En absoluto. 'La UE no contempla actualmente sanciones en el marco de nuestras relaciones bilaterales con Israel, lo que exigiría una decisión por unanimidad de los Estados miembros', añadía la alta representante europea en la respuesta, a la que tuvo acceso Público.

Una de las medidas que los asistentes a estas jornadas reclamaron a la UE, además de que Palestina sea reconocida como un Estado, fue que se sume al conocido como movimiento BDS (Boicot, desinversiones y sanciones). Son conscientes de que en un mundo gobernado por la dictadura de los mercados, el dinero importa más que los muertos, los mutilados y los que pierden su modo de vida.

La campaña se lanzó en 2005 y persigue que las empresas israelíes no tengan ni socios ni compradores extranjeros hasta que reconozca el Estado palestino y sus fronteras y dé plenos derechos para los palestinos y la posibilidad de que los más de seis millones de refugiados que viven en campamentos humanitarios en los países vecinos como Egipto, Jordania y Líbano, puedan regresar a su país.'Hay una complicidad absoluta de la UE con el Gobierno israelí, una sumisión del Parlamento Europeo a los intereses y al poder económico del Estado hebreo y hay una verdadero lobby sionista que maneja los hilos en Europa y Estados Unidos', condena Vallina, que recuerda a la UE que, si no toma medidas, 'pasará a la historia como cómplice de los asesinatos, de exterminio y de la limpieza étnica que está acometiendo Israel'.


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