Rusia instó hoy a Estados Unidos y la Unión Europea a cesar el apoyo a la ofensiva de las fuerzas gubernamentales ucranianas contra la población civil de las regiones rebeldes del este del país. 'La responsabilidad por las muertes entre la población civil en el este de Ucrania reside también en aquellos que respaldan las acciones criminales', observó en un comunicado la Cancillería rusa.

Moscú denunció este martes la muerte de 17 civiles, entre ellos tres niños, durante los bombardeos de la artillería ucraniana contra la localidad de Górlovka, uno de los principales bastiones rebeldes en la región de Donetsk. 'Nos dirigimos a nuestros socios occidentales con el llamamiento a que influyan contra los desmanes de las autoridades de Kiev. Al recibir una nueva ración de apoyo de EEUU y la UE, Kiev lanzó una nueva ofensiva contra las ciudades pacíficas y la población civil del este de Ucrania', censuró.

Por ello, añadió, 'de nuevo, exigimos a Kiev que cese la guerra contra su propio pueblo'. Rusia denunció 'la destrucción de una escuela debido al impacto de un proyectil' en Górlovka y 'la caída de varios obuses en el recinto del hospital de la ciudad' que dañaron la sección de maternidad. 'Estamos convencidos de que esos terribles crímenes no quedarán sin castigo', aseveró. La Cancillería rusa denunció también el bombardeo de la ciudad de Donetsk, la principal plaza fuerte de los insurgentes prorrusos, donde los obuses ucranianos alcanzaron algunos edificios de viviendas, patios y un céntrico parque.

Estos ataques obligaron a evacuar los barrios atacados, la sede del Gobierno separatista y la estación de tren de Donetsk, mientras muchos residentes acudieron a resguardarse en los refugios subterráneos. Según informaron durante la mañana de este martes las autoridades locales, una treintena de personas, entre ellas ocho niños, murieron en las últimas 48 horas en Górlovka bajo el fuego de artillería.

El Ejército ucraniano responsabilizó de esos ataques a las milicias secesionistas, que buscan con ello desprestigiar a las fuerzas gubernamentales e intimidar a la población local. A esto se sumarían los cinco ancianos que murieron cuando se resguardaban de los bombardeos en un asilo en el centro de la ciudad rebelde de Lugansk. Según la ONU, el conflicto que estalló a mediados de abril en el este de Ucrania se ha cobrado ya la vida de cerca de 1.200 personas y desplazado a más de cien mil, a los que se suman 130.000 personas que han buscado refugio en Rusia.