Este artículo se publicó hace 12 años.
Romney gana el SuperMartes pero no consigue distanciar a Santorum
Romney, que ganó seis de los diez estados y suma casi tres veces más delegados que sus contrincantes, sigue sin convencer a los ultra conservadores
Isabel Piquer
El "Super Martes", las primarias que se celebraban ayer en diez estados, no ha ayudado a desempatar la carrera hacia la nominación republicana, pero sí ha confirmado que la contienda será cosa de dos hombres, Mitt Romney y Rick Santorum.
Romney ganó seis de los diez estados, y suma ahora casi tres veces más delegados (415) que el resto de sus contrincantes: Santorum (176), Newt Gingrich (105) y Ron Paul (47). Pero aún así el supuesto favorito no ha podido atribuirse una gran victoria porque sigue sin convencer a los ultra conservadores. "Es una diferencia entre matemáticas y percepción", decía Chuck Todd, el analista político de la cadena NBC.
En Ohio, el estado más importante, no tanto por su número de delegados como por su simbolismo (será uno de los estados clave de las presidenciales), los dos candidatos han salido prácticamente empatados. Romney se llevó el estado por una escasísima diferencia de doce mil votos (38 contra 37%). El ex gobernador de Massachusetts ganó en los centros urbanos y Santorum se llevó las zonas rurales.
Santorum salió mucho mejor parado de lo que habían anticipado todos los sondeos, lo que los analistas han interpretado como un voto de protesta silencioso, un mal augurio para el partido republicano que esperaba resolver la nominación en poco tiempo. Aunque Mitt Romney se ha llevado más delegados a lo largo de la noche, no ha conseguido el empujón electoral que necesitaba.
El resto de los estados se repartió como estaba previsto. Santorum se llevó los muy conservadores Oklahoma y Tennessee. Romney triunfó en Massachusetts (72% de los votos), Vermont y Virginia, el suburbio de Washington capital.
Ninguno de los dos candidatos esperó a conocer los resultados para proclamarse ganador. Desde Ohio Santorum volvió a arremeter contra el plan de salud de Barack Obama, uno de los pilares de su programa electoral, que calificó de "amenaza" a las libertades fundamentales. Poco después Romney, en Massachusetts, donde fue gobernador, también recurrió a los temas que han centrado su campaña: su experiencia empresarial y su deseo de salvar Estados Unidos de los "fracasos" de su actual presidente. "Voy a conseguir esta nominación", dijo Romney.
Hubo un cierto desfase entre las celebraciones de victoria y los hechos. Santorum no podrá llevarse los delegados de Ohio porque su campaña no presentó los papeles necesarios.
Gingrich ganó en su estado natal de Georgia con 47% de los votos, una victoria relativamente modesta para el ex congresista que representó durante veinte años a los suburbios de Atlanta. En el resto de las contiendas quedó en tercer lugar (Oklahoma y Tennessee) e incluso cuarto (Dakota del Norte, Massachusetts). Hace un mes, basándose en su victoria en Carolina del Sur, el ex presidente de la Cámara de Representantes daba ya por ganada la nominación...
El congresista de Texas, Ron Paul no ganó ninguna primaria pero consiguió 40% de los votos en Virginia, la gran sorpresa de la noche, y 25% en Vermont lo que demuestra que hay un electorado ultra conservador y algo marginal que quiere mantenerle en los comicios.
Si las primarias se prolongan mucho más y el nivel de enfrentamiento se mantiene, los republicanos tienen mucho que perder. El último estudio del centro de análisis Pew muestra que 30% de los votantes tienen ahora una imagen mucho peor de los republicanos que al inicio de las primarias hace dos meses. Entre los demócratas el 49% está más motivado para ir a votar después de lo que han visto en el debate conservador.
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