Los republicanos ofrecen a Obama reabrir el Gobierno pero no obtienen respuesta
El presidente de EEUU se ha reunido este jueves durante una hora y media con una delegación republicana de 20 miembros que ha transcurrido en buen tono.
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El Partido Republicano ha ofrecido al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, un acuerdo para elevar el límite de endeudamiento público y reabrir el Gobierno, pero no ha obtenido respuesta, por lo que espera que las conversaciones continúen en las próximas horas. Obama se ha reunido este jueves durante una hora y media con una delegación republicana de 20 miembros liderada por el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, que, al parecer, ha transcurrido en buen tono.
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"Hemos tenido una reunión muy útil. Ha sido clarificadora", ha dicho el líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Eric Cantor, en declaraciones recogidas por la cadena estadounidense CBS, a su salida del encuentro con Obama. "Los republicanos de la Cámara de Representantes siguen comprometidos de buena fe en las negociaciones con el presidente y estamos encantados de que haya habido una oportunidad de sentarse e iniciar un diálogo constructivo esta noche", ha indicado, por su parte, el portavoz de Boehner, Brendan Buck.
Buck ha detallado que los republicanos han ofrecido a Obama ampliar el límite de endeudamiento público hasta el 22 de noviembre, iniciar el diálogo para la reapertura del Gobierno y nombrar una comisión negociadora para llegar a un acuerdo sobre el déficit. El diario estadounidense The New York Times ha asegurado que Obama ha rechazado la propuesta republicana. El jefe de Estado ha insistido en estas semanas en el que acuerdo bipartito debe servir para solucionar el problema de forma definitiva, no para posponerlo.
Sin embargo, el jefe de la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, ha aclarado que Obama "no ha dicho ni que sí ni que no", por lo que desde la bancada opositora se espera que las conversaciones continúen. "Nuestros equipos van a seguir hablando durante toda la noche. Va a haber más discusiones", ha adelantado Cantor, explicando que Obama "va a consultar (la propuesta republicana) con su gente de la administración". "Con suerte, podremos ver un camino a seguir después de esto", ha confiado. Por su parte, la Casa Blanca ha emitido un comunicado para aclarar que, "después de una discusión sobre los potenciales caminos a seguir, no se ha llegado a una resolución específica". "Pero el presidente confía en seguir avanzando con las dos partes", ha indicado.
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Estaba previsto que este 1 de octubre el Tesoro de Estados Unidos superara irremediablemente el límite de endeudamiento público, fijado en 16,7 billones de dólares, cayendo así en una nueva crisis de liquidez que podía llevar al cierre de la administración pública.
Para evitarlo era necesario que republicanos y demócratas se pusieran de acuerdo en el Congreso para ampliar el límite de endeudamiento público hasta los 988.000 millones de dólares, garantizando así el funcionamiento del Gobierno hasta la elaboración de los nuevos presupuestos generales.
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La oposición republicana había elaborado un plan según el cual se comprometía a apoyar una ampliación del límite de endeudamiento público a cambio de nuevos recortes en el gasto público, centrados en la reforma sanitaria del Gobierno, a la que se conoce popularmente como Obamacare. Con el objetivo de imponer su plan, la Cámara de Representantes, dominada por los republicanos, aprobó dos veces un proyecto de ley para aplazar un año la aplicación de la reforma sanitaria a cambio de entregar más fondos al Gobierno, pero el Senado, de mayoría demócrata, lo rechazó.
En un último intento conciliador, la Cámara de Representantes propuso celebrar una "conferencia legislativa" para crear una comisión bicameral en la que resolver este asunto, pero el Senado se negó. "No iremos con una pistola apuntando a nuestras cabezas", dijo su presidente, Harry Reid.
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Esta semana, Obama ha instado al Congreso a celebrar cuanto antes una votación para reabrir el Gobierno y aumentar el límite de endeudamiento público porque tiene una "fuerte sospecha" de que ya hay "suficientes votos" para sacarlo adelante. Se trata del 18º cierre de la administración pública estadounidense desde 1976. El último precedente se remonta a la Presidencia de Bill Clinton. Entonces, el bloqueo presupuestario se prolongó entre el 5 de diciembre de 1995 y el 6 de enero de 1996.
Aunque, de momento, se desconoce la dimensión de las consecuencias del cierre del Gobierno, ha dejado en sus casas a 800.000 de los dos millones de funcionarios y la Casa Blanca calcula que costará unos 10.000 millones de dólares semanales a la economía estadounidense. Desde el Gobierno han garantizado que no afectará a los servicios públicos esenciales. Obama ya ha firmado un proyecto de ley para garantizar los pagos a los miembros de las Fuerzas Armadas y, con ello, la seguridad del país.