El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha anunciado un alto el fuego en los territorios afectados por la guerra de Ucrania. La tregua tendrá una duración de 36 horas y la cuenta atrás empezará este viernes a partir de las 12.00 del mediodía. Según el comunicado del Kremlin, la decisión responde al llamamiento de la Iglesia ortodoxa rusa de establecer una pausa de Navidad, festividad que los creyentes ortodoxos celebran el 7 de enero.

"Debido a que en la zona de acciones militares vive un gran número de ciudadanos ortodoxos, llamamos a la parte ucraniana a declarar un régimen de alto el fuego para permitirle acudir a los templos durante el día de Navidad y su víspera", indica la nota oficial del Ejecutivo ruso. Horas antes, la institución religiosa había pedido una parada para que los fieles pudiesen festejar el evento.

El alto el fuego entrará en vigor este viernes a las 12.00 y se extenderá hasta la medianoche del sábado. Es la primera vez que Putin declara una tregua en todos los frentes desde que Rusia desplegó su operativo militar en Ucrania, hace casi 11 meses. El asesor de la presidencia ucraniana, Mijailo Podolyak, no recibió con buenos ojos el llamamiento ruso: "Es una trampa cínica y un elemento de propaganda".

Asimismo, Podolyak aprovecha la ocasión para insistir en que "Ucrania no ataca ningún territorio extranjero" y recuerda a Rusia la necesidad de "abandonar los territorios ocupados". En el mismo mensaje, también compartido en Twitter, les pide a los mandatarios rusos que se "guarden la hipocresía". Las publicaciones llegan después de que el Kremlin anunciase la intención de proclamar una tregua temporal.

Erdogan pide un descanso

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ya había pedido a su homólogo ruso un alto el fuego "unilateral" para negociar una "solución justa" a la guerra de Ucrania. El Gobierno turco confirma que la propuesta se produjo en una conversación telefónica y destaca su voluntad mediadora. Cabe recordar que Turquía, hace meses, suministraba armas a Ucrania mientras condenaba las sanciones internacionales interpuestas a Rusia y negociaba con Moscú acuerdos energéticos, una balanza difícil de equilibrar.