Este artículo se publicó hace 11 años.
Un preso yemení en Guantánamo: "No volveré a comer hasta que me devuelvan mi dignidad"
Hasta 130 de los 166 presos recluidos en la cárcel estadounidense pueden estar en huelga de hambre, a pesar de que Washington sólo a reconocido a 40
El yemení Samir Naji al Hasan Moqbel, detenido en Guantánamo desde hace once años sin cargos y en huelga de hambre desde febrero, denuncia en un artículo de opinión publicado hoy por The New York Times que está muriendo en vida en la prisión militar.
Moqbel forma parte del grupo de presos que comenzaron el pasado febrero una huelga de hambre, y asegura que hay reos que pesan tan sólo 40 kilos. Él ha perdido 15 kilos y afirma: "No volveré a comer hasta que me devuelvan mi dignidad".
"Llevo en Guantánamo once años y tres meses. Nunca he sido acusado de ningún crimen. Nunca he sido sometido a juicio. Podría haber vuelto a casa hace años -nadie cree seriamente que sea una amenaza-, pero todavía sigo aquí", narra el yemení.
"Nunca he sido acusado de ningún crimen. Nunca he sido sometido a juicio" Cuando fue detenido en 2001, fue acusado de pertenecer a la guardia del líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, pero afirma que eso "no tiene ningún sentido" y siente que es algo "como salido de una película estadounidense de las que solía ver". El preso considera que la "única razón" por la que continúa en Guantánamo es porque el presidente de EEUU, Barack Obama, "rechaza enviar a ningún prisionero de vuelta a Yemen".
Moqbel, preso en Guantánamo desde 2002, contó su historia a sus abogados de la organización sin ánimo de lucro Reprieve, a través de un intérprete en árabe, en una llamada telefónica no clasificada. Según su relato, un amigo de la infancia le dijo en el año 2000 que podría ganar más dinero en Afganistán que los 50 dólares que le pagaban por trabajar en una fábrica en Yemen. "Me equivoqué al fiarme de él. No había trabajo y cuando quise marcharme no tenía dinero para volver a casa", cuenta el preso, quien señala que, después de la invasión estadounidense en 2001, viajó a Pakistán "como todo el mundo", donde fue arrestado y enviado a Guantánamo.
"Cada día me expongo a morir aquí si Obama o el presidente de Yemen no hacen algo"
Moqbel cuenta que el pasado 15 de marzo cayó enfermo y al negarse a comer fue alimentado a la fuerza, atado de pies y manos, con una sonda por la nariz, una práctica "dolorosa" que, según cuenta, se repite dos veces al día. El preso señala que a veces el personal médico le alimenta por la noche: "Somos tantos en huelga de hambre ahora que no hay personal médico suficiente para realizar la alimentación forzosa", que según explica se lleva a cabo mediante un tubo.
Organizaciones como el Center for Constitutional Rights aseguran que 130 de los 166 presos de Guantánamo mantienen la huelga de hambre, pero el Pentágono sólo ha reconocido a 40.
"No quiero morir aquí, pero si el presidente Obama y el presidente de Yemen no hacen algo, es a lo que me expongo cada día", agrega Moqbel.
Durante el pasado fin de semana las autoridades militares decidieron separar a los presos del módulo 6 en celdas individuales, lo que acabó con un enfrentamiento entre los guardas y los presos que "ofrecieron resistencia con armas improvisadas", informó el penal militar, el cual señaló que no hubo heridos de gravedad.
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