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La parapolítica amenaza los comicios colombianos

Las legislativas miden el poder de los herederos de Uribe para ocupar la presidencia

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Introducción de listas preparadas en la cárcel de La Picota, en Bogotá, por parte de condenados en los procesos de la parapolítica, financiación turbia de múltiples candidaturas, compra de votos y violencia. Todo ello pesará sobre los comicios para elegir a diputados y senadores que se celebran hoy en Colombia.

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El pasado viernes, la Fiscalía daba a conocer el arresto de 25 dirigentes políticos antioqueños por sus nexos con el bloque paramilitar Elmer Cárdenas, con amplia influencia en la región de Medellín. Los detenidos, entre los que hay alcaldes, candidatos, notarios y funcionarios, están acusados de "concierto para delinquir" mediante una alianza estratégica para que el paramilitarismo dominara la zona.

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El partido PIN ha sido creado por los políticos vinculados a los paramilitares

Situaciones similares se estarían dando en otros puntos del territorio colombiano, según diferentes observadores que cuentan con el apoyo de la Unión Europea.

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Para el sociólogo y director del Foro Social por Colombia, Fabio Velásquez, la forma en que el paramilitarismo interviene en el proceso electoral adquiere diversas formas: "El aval político a candidatos, la financiación de las campañas, la trashumancia electoral [traslado de votantes], el constreñimiento a los electores para que depositen su voto por determinada persona o agrupación política, la amenaza a los opositores, la compra de voto, y el soborno a las autoridades electorales y a la fuerza pública para asegurar el triunfo de los candidatos amigos".

La principal novedad de estas elecciones legislativas es la aparición del PIN (Partido de Integración Nacional), cuyos candidatos a Cámara y Senado han sido designados en reuniones celebradas en la cárcel de la Picota entre exparlamentarios presos por desarrollar la parapolítica.

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Las FARC y el ELN han anunciado ataques contra los colegios electorales

El PIN es el resultado de la fusión de las fuerzas de los antiguos partidos uribistas como Colombia Viva, Colombia Democrática o Apertura Liberal, todos disueltos en la práctica por falta de dirigentes, al estar sus líderes en prisión.

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Entre los 100 candidatos que presenta el PIN, están familiares de los dirigentes presos, como el hijo de Enilse López, alias La Gata, dueña del fabuloso negocio de los juegos de azar y cacica de la región de Bolívar, que espera que su hijo Héctor Julio Alfonso alcance una votación récord.

Los responsables del proceso electoral temen todo tipo de irregularidades

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Álvaro García, El Gordo García, primer parlamentario condenado por la parapolítica por su intervención en docenas de masacres, presenta a sus propios candidatos para la región de Sucre, controlada por su familia desde hace 20 años.

Lo mismo sucede con otra serie de convictos por su relación con el paramilitarismo que siguen dominando regiones enteras. La proyección de los resultados de los partidos integrados en el PIN en anteriores comicios les daría una cantidad superior al millón de votos: entre 10 y 14 senadores y al menos 20 diputados, pasando a ser un partido decisivo en la política colombiana.

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Para el Movimiento de Observación Electoral, también ha sido muy preocupante la financiación de las campañas con dinero del narcotráfico y la corrupción, así como el posible fraude en los resultados. La propia Registraduría Nacional, que tiene a su cargo el proceso electoral, teme que se produzca "compra de votos, de forma directa y a través de los miembros de las mesas electorales", mediante una infraestructura bien organizada desde hace varias semanas, según declaraciones del registrador Alfonso Portela.

También las guerrillas de las FARC y el ELN suponen un problema para el proceso electoral en regiones como Cauca, Nariño y Caquetá, donde han decretado "paro armado" durante la jornada electoral y amenazan con atentados y siembras de minas en los accesos a los colegios electorales en algunas zonas rurales.

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El resultado de las elecciones será decisivo no sólo para las futuras mayorías parlamentarias en Colombia, sino también para el previsible sesgo de la elección del sucesor del presidente Uribe el próximo 30 de mayo.

El Partido de la U, una escisión del Partido Liberal, que lidera el ex ministro Juan Manuel Santos y que se presenta como heredero "oficial" del uribismo, aparece como favorito para las presidenciales, junto al Partido Conservador, que celebrará el domingo unas primarias para designar su candidato.

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Se enfrentan a cara de perro por el puesto el ex ministro Andrés Felipe Arias, Uribito, partidario de una alianza con Santos para unir a los seguidores del presidente, y la antigua embajadora en España, Noemí Sanín, distanciada de Uribe y que concurrirá en solitario en caso de ser designada como candidata conservadora, desmontando cualquier posibilidad de victoria del uribismo en primera vuelta.

Con menores posibilidades concurren el Partido Liberal, presidido por el ex ministro de Defensa Rafael Pardo, y el Polo Democrático que, agrupando a diversos sectores de la izquierda, lidera el hasta ahora senador Gustavo Petro.

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