Palin y Biden juegan sobre seguro
Los sondeos dan ganador al demócrata, aunque ninguno se impuso con claridad al adversario // McCain tira la toalla en Michigan y se pone a la defensiva
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Los dos candidatos a la vicepresidencia de Estados Unidos, la gobernadora republicana de Alaska, Sarah Palin, y el senador demócrata por Delaware, Joseph Biden superaron su primer y único debate sin grandes heridas ni grandes logros.
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El enfrentamiento fue intenso, vivo y más entretenido que el de Obama y McCain pero pasará al olvido en pocos días porque ninguno de los contendientes consiguió desbancar a su contrincante.
Palin estuvo a la altura y recitó su mensaje con energía e inagotables dosis de populismo. Al no meter la pata, como muchos en su propio partido temían, la gobernadora consiguió algo fundamental para los republicanos: dejar de ser el lastre en el que se había convertido tras sucesivos errores con la prensa.
"Esto va a parar la hemorragia pero no va a cambiar fundamentalmente la carrera, especialmente en los estados decisivos", comentaba a The New York Times el estratega republicano Todd Harris.
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Ventaja para Biden
Biden contuvo su verborrea de senador, no cayó en la displicencia que hubiera podido mostrar hacia una rival con mucha menos experiencia, y fue en sus respuestas más claro, más preciso, aunque también más gris.
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Minutos después de terminar el debate, los sondeos le daban una clara ventaja.
Los dos aspirantes llegaron con una clara estrategia y la aplicaron al pie de la letra.
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"¿Hey, puedo llamarte Joe?", le preguntó Palin al estrechar la mano de Biden cuando aparecieron en el escenario de la Universidad Washington, en San Luis (Misuri). La gobernadora jugó su papel a la perfección. "Es tan obvio que no soy de Washington y no estoy acostumbrada a cómo hacéis las cosas allí".
Y volvió a recordar sus tiempos de alcaldesa en su localidad natal de Alaska. "Creo que necesitamos llevar algo de la realidad de Wasilla" a la capital.
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Biden fue más formal, siempre se refirió a su rival como "gobernadora Palin", exhibió la veteranía de sus 35 años en el Senado y se centró en su auténtico objetivo: su compañero de fatigas John McCain. "Como diría mi madre, John, te quiero pero estás totalmente equivocado".
El momento más inesperado ocurrió cuando Biden se emocionó al recordar cómo había tenido que criar sólo a sus dos hijos tras la muerte de su mujer y de su hija en un accidente de coche. "No porque sea un hombre no sé lo que es preocuparse por el futuro de tus hijos", dijo el senador con la voz encogida, después de que Palin citara "el ser una madre" entre sus logros políticos.
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Sin mirar al contrincante
A veces la gobernadora no pareció estar en un debate. Casi nunca miró a su contrincante, se dirigió directamente a la cámara y no contestó a muchas preguntas, prefiriendo repetir una y otra vez el mensaje oficial. "Me encanta poder hablar sin los filtros de la prensa y dirigirme directamente al pueblo estadounidense", dijo sin tapujos Palin.
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Pero las noticias más importantes, por deprimentes, para los republicanos no vinieron de San Luis sino de Michigan. John McCain suspendió allí su campaña, entregando así de hecho a sus rivales demócratas el Estado automovilístico, profundamente afectado por el inicio de la recesión económica.
Michigan, que los conservadores pensaban poder conquistar, da ahora a una ventaja de 13 puntos a Barack Obama, según la prensa local. La retirada muestra que la estrategia demócrata de llevar la batalla a los 50 estados y agotar así económicamente a sus rivales está funcionando. La campaña de McCain está más a la defensiva que nunca.
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Sus responsables reconocieron el jueves a la prensa que la meta principal era conservar los estados que dieron la victoria a Bush hace cuatro años: Ohio, Virginia, Florida, Misuri, Indiana y Carolina del Norte. Un objetivo bastante más modesto que hace tan sólo unas semanas.