La OTAN se reúne en uno de los momentos más peligrosos de la guerra y prepara un ejercicio de disuasión nuclear
Los 30 ministros de la Alianza Atlántica buscan aumentar el envío de armas a Kiev por "intereses morales, políticos y de seguridad" para que "Ucrania gane la guerra contra Putin".
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bruselas, Actualizado:
Los 30 ministros de Defensa de la Alianza Atlántica se dan cita el miércoles y jueves en los cuarteles generales de Bruselas en uno de los momentos más complicados e impredecibles de la guerra en Ucrania. Durante la doble jornada los aliados esperan coordinar nuevos envíos de armamento a Kiev y preparar en los próximos días las maniobras nucleares, bautizadas como SteadFast Noon, que llevan a cabo de forma anual.
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Pero en los ejercicios de disuasión nuclear de este 2022, el contexto lo es todo. Desde la Guerra Fría el mundo no había estado tan cerca de un choque nuclear. Preguntado por la idoneidad de llevarlos a cabo en este momento de máxima tensión, riesgo de malentendidos y gran volatilidad, Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, ha asegurado que "cancelarlos mandaría una mala señal". "El propósito de la disuasión nuclear de la OTAN ha sido siempre preservar la paz, prevenir la coerción y disuadir la agresión", ha señalado reiterando que se trata de ejercicios habituales y ya programados.
La misión, en la que participan 14 países, realizará vuelos de entrenamiento con aviones de con capacidad nuclear, así como aviones convencionales, respaldados por aviones de vigilancia y reabastecimiento de combustible, pero no se utilizan bombas nucleares.
Desde el foro de defensa justifican que es una buena oportunidad para aumentar la disuasión. "Nadie puede ganar una guerra nuclear y jamás debe ser librada": es el mensaje que repiten desde el inicio de la guerra. A pesar de que durante los últimos días y semanas ha cobrado fuerza la sensación de que el Kremlin estaba maniobrando en la dirección nuclear, fuentes de la OTAN aseguran que desde que comenzó la guerra no han visto movimientos en las capacidades nucleares rusas, aunque insisten que se toman muy en serio la retórica de amenaza nuclear del inquilino del Kremlin. El miedo tanto en la UE como en la OTAN es que un Putin cada vez más arrinconado sobre el terreno dé pasos que incendien todavía más el conflicto.
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Durante las últimas semanas se ha producido la anexión de las cuatro regiones ocupadas, la movilización parcial de las tropas rusas, el redoble de la amenaza nuclear y las fugas en los gasoductos del Nord Stream. "Es la escalada más importante desde el inicio de la guerra", ha advertido el líder político de la OTAN. En cualquier caso, el mensaje continúa siendo que esta alianza militar no es y no será parte directa del conflicto, aunque el temor sobre potenciales incidentes mal calculados que obliguen a activar el Artículo 5 de defensa colectiva cobra cada vez más fuerza.
En Moscú, sin embargo, no ven a la Alianza que encabeza y capitanea Estados Unidos como una parte externa al conflicto. La OTAN ha duplicado las tropas en la frontera oriental y el trasiego de sus miembros al Ejército ucraniano ha sido una constante en los últimos siete meses. De hecho, durante la cumbre ministerial de esta semana se espera que los países anuncien y coordinen el envío de todo tipo de material de munición, armas de largo alcance o combustible. "Tenemos intereses morales, políticos y de seguridad" en que "Ucrania gane la guerra contra Putin", ha aseverado Stoltenberg en rueda de prensa.
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Estados Unidos y Alemania ya han anunciado recientemente el envío de sistemas de defensa aérea. Pero todo ello está dejando sin stock a los Ejércitos nacionales. En un momento en el que la compra de armamento registra máximos de las últimas décadas, Occidente también busca aumentar sus negociaciones con la industria armamentística para adquirir material bélico a nivel interno.
Por último, el tercer objetivo de la cita será fortalecer las infraestructuras críticas. El "sabotaje" del Nord Stream, que continúa bajo investigación, reiteró las vulnerabilidades de Occidente sobre estructuras energéticas de gran importancia para su suministro energético. La OTAN ha redoblado la presencia militar en el Báltico y en el Mar del Norte para detectar cualquier nuevo movimiento en las tuberías.
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La autoría de las fugas sobre los gasoductos puede que nunca se conozca con certeza, pero la OTAN envía el mensaje de que cualquier ataque directo sobre las infraestructuras de sus miembros, ciberataque, ataque híbrido o proyectil caído en territorio aliado será contestado con contundencia. La línea sobre que es considerado un acto de guerra es delgada, pero la tensión generada por la cadena de acontecimientos de las últimas semanas no conoce antecedentes desde que el 24 de febrero estalló la contienda. "Nuestra respuesta dependería de la naturaleza del ataque. Y nunca cederemos el privilegio a nuestros potenciales adversarios de decirles exactamente qué hecho activará el Artículo 5", ha zanjado Stoltenberg.