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Un nuevo seísmo reaviva la pesadilla de Fukushima

Un terremoto de 7,1 grados provoca una alerta de tsunami en Japón

DAVID BRUNAT

Japón tuvo este jueves una de esas pesadillas recurrentes que dejan el cuerpo descompuesto. A las 23.32 horas, los edificios de la mitad norte del país, incluida Tokio, empezaron a temblar: un terremoto de 7,1 grados acababa de golpear de nuevo la costa noreste del país, con su epicentro situado casi en el mismo punto que el del 11 de marzo.

Inmediatamente, las autoridades emitieron una alerta de tsunami. Los japoneses, todavía aturdidos por la tragedia, recordaron de repente el horror de hace menos de un mes. Sin tiempo para lamentarse, echaron mano de sus ya mermadas fuerzas para afrontar una nueva emergencia.

La réplica no parece haber causado nuevos daños en la central nuclear

'El terremoto ha sido en la prefectura de Miyagi, a 96 kilómetros de la costa y con una profundidad de 40 kilómetros bajo el lecho marino. Pedimos a los habitantes de las zonas costeras que se trasladen de inmediato a lugares más elevados. El tsunami podría alcanzar una altura más alta de lo previsto', clamaba a cada instante la televisión estatal NHK.

Se alertó de olas de dos metros en Miyagi. Los trenes en toda la zona fueron suspendidos y las autopistas cortadas. Sendai, igual que el 11 de marzo, fue la ciudad más afectada por el temblor y donde se informó de los primeros daños. Entre otros, 20 personas heridas por el estallido de cristales en el hospital local.

Pasado el momento inicial de pánico y con la respiración contenida a la espera de un posible tsunami, todas las miradas se centraron, cómo no, en la dañada central nuclear de Fukushima.

Japón se plantea ampliar el área de evacuación en torno a la planta

¿Había afectado el terremoto a los reactores? 'No hemos recibido información de Tepco de ninguna anomalía en la central', tranquilizó el portavoz de la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón (ASNJ). La Tokyo Electric Company (Tepco) informó acto seguido de que las labores de enfriamiento con agua de los reactores 1, 2 y 3 iban a proseguir y que la inyección de nitrógeno en la unidad 1, que amenaza con nuevas explosiones de hidrógeno, también iba a mantenerse como estaba previsto.

Cancelada la alerta de tsunami a las 0.55 horas, la electricidad se convirtió en el nuevo peligro. Las norteñas prefecturas de Akita, Aomori e Iwate, donde también se asientan varias centrales nucleares, se quedaron a oscuras. La ASNJ informó de que en la planta de Onagawa, en Miyagi, dos de los tres generadores de energía se habían quedado sin electricidad, aunque aseguró que con el único que funcionaba las piscinas de combustibles de la central serían refrigeradas sin problema.

A pesar de que todo quedó en un enorme susto, la situación en Fukushima sigue complicándose. El Gobierno japonés se planteó ampliar el área de evacuación, visto que la crisis no parece tener un final cercano. El portavoz del Gobierno, Yukio Edano, reconoció que los residentes de la franja entre 20 y 30 kilómetros, a los que por el momento se recomienda quedarse en sus casas, se encuentran expuestos a niveles de radiación peligrosos debido a su prolongada estancia en el lugar. Además, anteayer se encontraron nuevos restos de plutonio fuera de los reactores.

Mientras tanto, los japoneses están cada vez más alarmados. China ha detectado radiación en espinacas en tres provincias, India ha prohibido la importación de alimentos durante tres meses y en Corea del Sur algunas escuelas tuvieron que cerrar ayer por el pánico de algunos padres a que la lluvia que cayó en todo el país, que contenía ligeros restos de yodo-131 y cesio-137, pudiera ser tóxica.

 

 

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