Napolitano cede a la presión de Berlusconi e intenta bloquear el juicio del bunga bunga
'Il Cavaliere' amenazó con paralizar todo el proceso de formación del nuevo Gobierno y la elección del próximo presidente de la República a mediados de abril
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El presidente de la República, Giorgio Napolitano, pidió ayer a la Justicia que garantice la participación de Silvio Berlusconi en el periodo de formación del nuevo Gobierno italiano que se abre ya el viernes con la elección de los presidentes de Congreso y Senado. Il Cavaliere está inmerso en pleno final del proceso por el caso Ruby, en el que está acusado de abuso de poder y prostitución de menores, por lo que tendría que participar en las audiencias hasta que salga la sentencia definitiva. De hecho, los fiscales, cansados de que el exprimer ministro emplee la excusa del legítimo impedimento para retrasar sus juicios, han protagonizado varios encontronazos con los abogados de Berlusconi.
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El pasado fin de semana, de manera repentina, Berlusconi no se presentó en el juzgado al estar ingresado en el hospital San Rafaele de Milán, aquejado de una conjuntivitis. Como el juicio está cerca del final y las opciones de que Il Cavaliere se libre de una pena contundente son bastante escasas, la fiscal jefe, Ilda Boccassini, solicitó que se comprobara in situ con una visita médica si la enfermedad de Berlusconi era real.
Boccassini fue muy dura ya que los abogados de Berlusconi habían argumentado que éste no podría asistir porque tenía que presidir una reunión de su partido y posteriormente un encuentro con el primer ministro saliente, Mario Monti. Después, "los motivos institucionales" se cambiaron por "motivos de salud". Esto, unido a que uno de los informes médicos presentados para sustentar la condición del exmandatario tenía fecha del pasado martes, hizo sospechar a Boccassini.
Finalmente, y tras pasar por una segunda inspección esta semana, se decidió que la condición de Berlusconi le impedía pasar por el Tribunal de Milán. Entonces, los dirigentes del Pueblo de la Libertad (PdL), el partido de Il Cavaliere, protagonizaron una concentración a las puertas del Tribunal en la que su secretario general y, curiosamente exministro de Justicia, Angelino Alfano, acusaba a la magistratura de estar politizada y de querer acabar con Berlusconi para aislarlo de la política.
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El PdL dio un paso más allá y comenzó a presionar a Napolitano con boicotear todos los actos para la formación del Ejecutivo si Napolitano no intercedía. De ahí que el presidente de la República, pese a que el argumento de criminalización y politización de la Justicia es el más recurrente para Berlusconi y sus adeptos, haya leído la cartilla a los jueces saltándose lo que debería ser el funcionamiento normal de un país. "Es comprensible la preocupación del partido que resultó segundo en las elecciones del 24 de febrero, para que se garantice la participación de su líder en la compleja fase político institucional que se proyectará hasta el final del mes de abril", dijo Napolitano en su nota.
Los magistrados reaccionaron denunciando la intromisión de la política pero esta vez tendrán pocas voces a su favor. Por la cabeza de Napolitano, que termina mandato en breve, no pasa de ninguna manera que se retrase la formación del Gobierno -si es que llega a pactarse- y, sobre todo, que el proceso se alargue hasta el 15 de abril, último día oficial para que las Cámaras voten al nuevo presidente de la República.
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Mientras el enésimo chantaje berlusconiano surtía efecto, Il Cavaliere ha vuelto a hacer gala de su victimismo y ha tirado de la teoría de la conspiración en una entrevista con la revista Panorama (de su propiedad). "No han conseguido eliminarme mediante la democracia, las elecciones, y ahora vuelven a intentarlo a través de este uso de la Justicia con fines de lucha política [...] saben que yo soy el verdadero obstáculo en el camino de la izquierda" dijo.
"Se trata de una batalla que no se puede perder si no queremos que Italia siga siendo un país en el que nadie que se dedique al servicio de la política pueda vivir tranquilo", ha añadido, al tiempo que se ha mostrado convencido de que tras 20 años de lucha "venceremos en nombre de la democracia, en nombre del estado de derecho, en nombre de la libertad".
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Según Il Cavaliere, los comportamientos repetidos de una parte de la magistratura, "movidos por un prejuicio político, no son tolerables. "La magistratura se ha convertido [...] en un poder abstoluto, omnipotente e irresponsable". Por último, Berlusconi aseguró que los fiscales "quieren que acabe igual que Craxi". Bettino Craxi, máximo exponente del Partido Socialista Italiano y mentor político del dueño del A.C. Milán, tuvo que exiliarse en Túnez para no cumplir las múltiples condenas que pesaban sobre él por corrupción y financiación ilegal tras Tangentopoli.