La mujer chií en el nuevo Irak
En las ciudades sagradas y en las zonas rurales de Irak se ha producido un proceso acelerado de islamización a raíz de que los chiíes llegaran al Gobierno tras la Constitución de 2005, redactada en plena ocupación del país por EEUU y sus aliados. En Kerbala, Nayaf o Kufa, donde están enterrados Ali y sus hijos mártires, Abas y Husein, no es posible salir a la calle o estar en lugares públicos sin la 'abaya', el largo vestido negro que cubre el cuerpo de pies a cabeza.
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kerbala/nayaf (irak), Actualizado:
Ciudad sagrada de Kerbala
La ciudad sagrada de Kerbala es uno de los centros de peregrinación más importantes del mundo. Al anochecer, miles de musulmanes se apelotonan ante las puertas de los santuarios de los mártires Husein y Abas, ambos hijos de Ali y los más importantes 'santos' del chiismo. En la imagen, una mujer camina ante el santuario de Abas.
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El uso masivo de la 'abaya'
En Bagdad las mujeres son más libres en lo que se refiere a la vestimenta, pero en las ciudades sagradas, mezquitas y zonas rurales de Irak está masificado el uso de la 'abaya' y el 'niqab'. En la imagen, mujeres rezan en el interior del Santuario de Husein, en Kerbala (Irak).
Las mujeres, respetadas pero excluidas
En Irak, "las mujeres son respetadas pero notan el desequilibrio", comenta Tara O'Grady, de la ONG Human Rights Sentinel. O'Grady se refiere, sobre todo, a la desigual representación. "Son mujeres preparadas y capaces de liderar la sociedad y la política", reafirma. En la imagen, una mujer recorre el interior de la mezquita Al-Yasin, en Bagdad (Irak).
Un emporio de 150 proyectos privados
En Kerbala, a través del santuario de Abas, el ayatolá Ali al Sistani patrocina un emporio de 150 proyectos privados, entre ellos, hospitales, universidades, colegios segregados para niños y niñas o empresas que dan suministro de agua y energía. En la imagen, un grupo de iraquíes frente al santuario de Abas, también conocido como 'Santuario de la Paz', en Kerbala (Irak).
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La punta del iceberg
O'Grady insiste en que el velo islámico y la 'abaya' son la punta del iceberg: "El problema es que no tienen acceso al poder, en particular las que tienen buena educación. Y son conscientes de ese desequilibrio". En la imagen, mujeres iraquíes descansan con sus hijas en el santuario de Husein, en Kerbala (Irak).
Los santuarios, centros de reunión familiar
La edad oficial para tapar el cabello son los nueve años, por eso las niñas también se tapan a temprana edad, muy especialmente en la ciudades sagradas de Kerbala, Nayaf o Kufa. Las mezquitas son lugares de reunión familiar. En la imagen, escena en el santuario de Ali, en Nayaf (Irak).
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Las mujeres de las élites, más beneficiadas
Según la Constitución, el 25% de los escaños del Parlamento se reserva a mujeres. Las iraquíes, en general, tienen acceso a la universidad y trabajan, especialmente las que pertenecen a las élites. En la imagen, Tara O'Grady, vestida con 'abaya' y con gafas de sol, en una calle de Nayaf (Irak).
Sin voz
Según Ignacio Álvarez-Ossorio, catedrático de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Complutense, aunque las mujeres estén en el Parlamento, "no quiere decir que puedan hacer oír su voz o defender una agenda feminista. Muchas de ellas están encuadradas en formaciones de carácter conservador, tradicionalista o islamista; por lo tanto, no defienden el cambio, sino más bien la continuidad del statu quo". En la imagen, dos mujeres en el Santuario de Abas, en Kerbala.