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El mosquito que mantiene a Brasil en vilo

El enemigo en casa

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Un virus que hace estragos especialmente en Brasil.- AFP

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SAO PAULO.- El pasado lunes la Organización Mundial de la Salud (OMS) decretó una situación de emergencia mundial debido al aumento de casos de bebés con microcefalia aparentemente relacionados con el virus Zika (transmitido por el mosquito Aedes aegypti). El virus se ha detectado en al menos 28 países, el continente latinoamericano es hasta ahora el más golpeado y Brasil el que tiene mayor número de afectados. Según cifras del ministerio de Sanidad, hasta esta semana se contaban un total de 404 casos de microcefalia vinculados al Zika, y 3.670 todavía por confirmar.

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"En tres décadas el país no ha podido acabar con el mosquito, ni tan siquiera reducirlo"

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La epidemia de bebés con microcefalia fue la que llevó a conocer el virus Zika, del que apenas se había hablado hasta el pasado mes de agosto. Fue entonces cuando las primeras embarazadas, que habían sido picadas en verano, veían en sus ecografías que su feto tenía una malformación craneal. El aumento de casos con el mismo problema, todos ubicados en la región del Nordeste (ahora se ha extendido a otros estados), hizo saltar las alarmas.

El enemigo en casa

Con todas las miradas puestas sobre Brasil, este mosquito de apenas 7 milímetros no sólo está contagiando a la población sino que está sacando a la luz una serie de problemas estructurales que la séptima economía del mundo se empeña en obviar: “El Aedes aegypti es la síntesis de la miseria social brasileña”, decía el ex ministro de Sanidad del segundo gobierno Lula, José Gomes Temporão. Este retrato no sólo tiene que ver con que las clases más humildes sean las principales víctimas, sino que surge cuando uno se pregunta por qué resulta tan difícil combatir a este mosquito.

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“El Aedes aegypti es la síntesis de la miseria social brasileña”

Las primeras respuestas subrayan las deficiencias de un país en el que el que apenas el 49% de la población tiene un sistema de desagüe adecuado. Según Édison Carlos, presidente del Instituto Trata Brasil especializado en saneamiento básico, universalizar el sistema de desagüe podría demorar al menos veinte años: “Y eso con una inversión de 15 billones de reales por año”, puntualiza. A su vez el 62% de los deshechos son lanzados directamente a los ríos y los índices de drenaje del agua de lluvia, varían en cada región, pero tampoco superan el 50%.

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"Con un sistema tan atrasado de saneamiento básico es imposible intentar acabar con el mosquito"

En el Sudeste y Centro Oeste el 52% de los mosquitos están dentro de las casas, especialmente en las miles de residencias y edificios abandonados dispersos tanto en áreas rurales como urbanas. Por este motivo Dilma Rousseff firmó la medida provisoria 712 que permite que el Estado pueda entrar en inmuebles abandonados tanto públicos como privados para poder fumigar en el caso que fuera necesario. El periodista Alceu Castilho recuerda como con esta medida se vuelve a retomar el tema de la vivienda como función social: “Cabe ahora a un mosquito refrescar la memoria de estos distraídos. Aquel propietario que abandonó su casa con la piscina llena no es un parásito sólo porque amenaza la salud pública. Es un parásito porque esta casa podría ser utilizada por seres humanos y no por la especulación inmobiliaria, para las ganancias fáciles de unos pocos”, decía en su blog en el site Outras Palavras.

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Las mujeres doblemente víctimas

Las embarazadas son el principal grupo de riesgo del virus Zika. Para el resto de la población el 80% de las veces la picadura no conlleva ningún síntoma. Para el otro 20% puede producir fiebre baja durante dos o tres días, manchas rojas en la piel y dolores musculares. Pero las verdaderas víctimas son las madres y sus recién nacidos con microcefalia (según la OMS menos de 32 centímetros de perímetro cefálico).

"Obligarlas a tener un hijo con microcefalia es un grave daño a su salud mental"

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Este pequeño mosquito nos recuerda quiénes son los más débiles y desprotegidos de esta enfermedad. En un país mayoritariamente católico y cada vez más copado por los evangélicos, tanto en el Congreso como en las calles, el aborto sigue siendo un tema como poco delicado. Pero el Aedes aegypit lo ha vuelto a sacar a la luz. Brasil sólo permite abortar en tres situaciones: cuando corre riesgo la vida de la madre, en un embarazo fruto de una violación y en caso de feto anencefálico por ser incompatible con la vida.

“Hay una grave falta de especialistas en estas enfermedades"

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Tanto para las madres de los recién nacidos enfermos, como para los futuros afectados de Zika, dengue o Chikungunya, el sistema sanitario brasileño ha revelado las enormes fallas que tiene a la hora de lidiar con estas crisis que se repiten año tras año. La falta de médicos en el sistema público hace que cientos de infectados tengan que volver en varias ocasiones al hospital hasta que finalmente logren ser atendidos. “Hay una grave falta de especialistas en estas enfermedades. De nada sirve contratar a cualquier tipo de médico, hay que conocer cómo funcionan estos virus para poder enfrentarse a ellos”, declaraba el residente de la Sociedad Brasileña de Dengue y Arbovirosis, Artur Timerman, al enterarse de las contrataciones millonarias que se han empezado a hacer en algunos municipios desesperados por la falta de personal sanitario.

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