Este artículo se publicó hace 12 años.
"Moscú arriesga sus relaciones de futuro con Siria"
Entrevista a Jaber al Shufi (Suweida, 1947), nombrado hace cuatro meses representante en Egipto del Consejo Nacional Sirio
Después de haber pasado años en las cárceles sirias y en el exilio a causa de su activismo político, Jaber al Shufi (Suweida, 1947) fue nombrado hace cuatro meses representante en Egipto del Consejo Nacional Sirio, la principal institución de la oposición al régimen de Al Asad. Al Shufi, profesor de Literatura Árabe, se muestra muy crítico hacia la postura de Rusia, que ayer reiteró que vetará en el Consejo de Seguridad de la ONU cualquier resolución contra Damasco que no excluya de forma explícita una intervención militar.
¿Qué escenario prevé si el plan de la Liga Árabe contra Al Asad sale adelante?
Si el Consejo de Seguridad aprueba el plan de la Liga Árabe, acelerará la desintegración del régimen. Esperamos y deseamos que finalmente Rusia no utilice su derecho a veto para salvar a Al Asad. Por el bien de Siria, e incluso de sus propios intereses. Moscú está poniendo en peligro el futuro de sus relaciones con el pueblo sirio. Su postura actual responde a una mirada al pasado, no al futuro.
¿Cree que la resolución de la Liga Árabe pidiendo la dimisión de Al Asad fue un punto de inflexión?
Sí, lo fue, porque la Liga tiene una mayor legitimidad cuando toma postura en un conflicto árabe. El régimen ha entrado en su última fase. A pesar de que el Gobierno lleva a cabo una lucha armada contra los manifestantes, la rebelión se ha extendido a lo largo y ancho del país, e incluso a los suburbios de la capital. El pueblo le ha perdido el miedo. Al Asad tiene los días contados.
"En el periodo pos-Al Asad, se formará un Gobierno interino de unidad"
¿Existe el riesgo de una guerra civil de base sectaria, como en Irak?
No, no existe un terreno abonado para este tipo de conflicto en Siria; el pueblo no lo permitirá. Eso no significa que no pueda haber violencia sectaria en algunos lugares concretos, como Homs, a causa de las shabiya (milicias paramilitares alauíes).
¿Cuánto apoyo interno le queda al régimen sirio?
Muy poco. Incluso quienes callan y no van a las manifestaciones por miedo a perder su vida, quieren un cambio.
Si fracasa la iniciativa en la ONU, ¿pedirán el establecimiento de una zona de exclusión aérea?
Desde el principio hemos pedido a la comunidad internacional que proteja al pueblo sirio, lo que incluye una zona de exclusión aérea segura, para que allí puedan trasladarse los desertores del Ejército. Pero lo que también pediremos a la comunidad internacional son nuevas sanciones de todo tipo: económicas, políticas y diplomáticas. Por ejemplo, los países deberían retirar sus embajadores de Damasco.
Pero se opone a una ocupación como la de Irak.
Sí, estamos en contra. Los ejemplos de Irak y de Libia no nos sirven como modelo. Los estadounidenses destruyeron los cimientos de Irak, dejando el país en el caos. No queremos que los tanques de EEUU, de Europa o de cualquier potencia extranjera entren en Damasco. Es responsabilidad de los sirios hacer caer el régimen. Sólo necesitamos la protección de ONU para que nos dé el derecho a manifestarnos.
¿La revolución debe seguir siendo pacífica?
Sí, pero ello no significa que la gente no tenga derecho a defenderse. En todos los sistemas legales, incluido el Derecho Internacional, se recoge la legítima defensa.
¿Cuáles son sus relaciones con el Ejército Libre Sirio?
Estamos coordinados y tenemos una estrategia compartida. El papel del Ejército Libre, como parte de la revolución, es proteger a los manifestantes, y colaborar en derrocar el régimen. Sus miembros se integrarán luego en el futuro Ejército nacional del país, que después de purgar a su cúpula actual, volverá a tener como prioridad proteger a los ciudadanos, y no a una sola familia.
"El plan de la Liga Árabe aceleraría la desintegración del régimen sirio"
¿Está fundado el temor a que la revolución sea secuestrada por los radicales islámicos?
La sociedad siria es conservadora, y se siente apegada a su identidad musulmana, pero no es fundamentalista. Los islamistas que están en el Consejo son moderados, quieren un país democrático y pluralista, y rechazan una dictadura de la mayoría sobre las minorías. Los fanáticos son una minoría.
La oposición tiene una larga historia de divisiones y rencillas. ¿Hasta qué punto hay ahora unidad?
El Consejo Nacional Sirio es la institución con mayor legitimidad, pues integra y representa a la mayoría de la oposición. Pero incluso aquellos que se quedaron fuera tienen una visión común de la futura Siria como un país democrático, secular y pluralista. Nuestras diferencias fueron sobre los medios.
¿Cuál es su plan para el periodo pos-Al Asad?
La formación de un Gobierno interino en el que estén representadas todas las fuerzas políticas sirias, además de aquellos miembros de las Fuerzas Armadas que apuesten por la libertad, y otros sectores de la sociedad como el empresariado. Este Gobierno deberá pilotar el país hacia la celebración de elecciones democráticas transparentes, supervisadas por la comunidad internacional.
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