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Un millón de firmas para acabar con el capitalismo

El Partido de la Izquierda Europea lanza una iniciativa popular contra el euro

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El Partido de la Izquierda Europea (PIE), coalición formada por los Verdes nórdicos y las fuerzas situadas a la izquierda de los socialistas en toda Europa, aprobó en París el lanzamiento del proyecto Transform! Europe. Con él se proponen lanzar una campaña de recogida de un millón de firmas de europeos para ejercer por primera vez el derecho a la iniciativa legislativa popular y cambiar las actuales orientaciones del euro y del Banco Central Europeo (BCE), juzgados responsables de la crisis y de la destrucción de derechos sociales.

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Tras cuatro días de congreso, los más de 25 partidos o coaliciones reunidos –entre ellos, Izquierda Unida, el PCE y EsquerraUnida i Alternativa– votaron el nombramiento de su nuevo presidente confederal europeo, cargo que recayó en Pierre Laurent, número uno del Partido Comunista Francés. Uno de los cuatro vicepresidentes es Maite Mola, secretaria de Política Internacional del PCE. 

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"Nuestra iniciativa popular legislativa europea va a ser fundamental, porque las políticas de austeridad y el rol del BCE, del Consejo Europeo y de la Comisión en ellas, pueden ser catastróficos para los europeos", afirmó Laurent.

Con el millón de firmas en al menos nueve países de la UE, que van a ser recogidas en una campaña pública, mientras las comisiones del Partido de la Izquierda Europea afinan sus propuestas para otro euro y otro BCE, los alterglobalistas pretenden "cambiar los términos del debate político europeo actual".

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Laurent citó varios ejes: poner el euro al servicio de la creación de empleo; modificar los estatutos del BCE; abandonar el fondo de estabilidad financiera de la UE actual; crear un Fondo de Desarrollo Social Europeo e imponer una tasa a las transacciones financieras "puesto que ajustan el cinturón de los europeos".

Los partidos de izquierda europeos votaron una resolución de solidaridad con el pueblo saharaui, exigiendo paz y "llevar a buen puerto el inacabado proceso de descolonización". La resolución irritó a los observadores enviados a París por el Partido del Progreso y el Socialismo marroquí, que se retiraron del congreso.

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