Miliband contra Miliband en las primarias laboristas
El ex ministro de Energía pretende que el partido regrese a sus valores más progresistas
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La pelea por el liderazgo laborista no será sólo un asunto interno de la familia Miliband, pero tanto David como Ed son de momento los únicos candidatos que han dado el paso de presentarse.
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Ed Miliband, de 40 años y ministro de Energía en el Gobierno de Gordon Brown, anunció ayer su decisión en un discurso ante la Sociedad Fabiana. “Espero que sea una contienda fraternal, no sólo por mi hermano y yo, sino por todos los demás candidatos”, dijo.
Los Miliband pretenden que las primarias sirvan para superar las peleas internas entre los seguidores de Blair y Brown que han marcado al laborismo en los últimos 15 años.
No son ideológicamente intercambiables. David, más moderado, se apresuró al presentar su candidatura a pedir a su partido que ocupe también el espacio de centro, a pesar de que Cameron ha hecho una incursión en esa dirección con su Gobierno de coalición con los liberales demócratas.
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Ed Miliband apela a los valores tradicionales del laborismo y avisa de que la modernización impuesta desde arriba es una de las razones por las que tantos votantes se han alejado del partido.
Para ello, puso como ejemplo el tema de la inmigración, un asunto en el que los laboristas se mostraron muy incómodos durante la campaña.
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“La inmigración es un asunto de clase –dijo Miliband–. Cuando la competición está provocando el descenso de salarios y pensiones, decir que la globalización es buena para ti y para la economía es un ejemplo de lo que entiendo por convertirse en un tecnócrata. Porque puede ser una buena respuesta para los economistas, pero no para el pueblo británico”.
Miliband destacó que las mejores decisiones tomadas por los gobiernos laboristas (salario mínimo o inversiones en sanidad) se tomaron en los primeros años. Después, el partido permitió que la visión pragmática dominara su discurso político.
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Eso fue aún más cierto en el caso de los bancos, según el ex ministro, porque el partido se dejó arrastrar por la mentalidad imperante en los años 90, cuando no se aceptaba que los gobiernos impusieran su voluntad sobre los mercados financieros.
Ed Miliband tiene una mayor capacidad que su hermano para conectar con los votantes. Su actitud decidida y apasionada en la lucha contra el cambio climático también le ha granjeado una buena reputación, que compensa su escasa experiencia.
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David da bastante bien el perfil de tecnócrata que, según Ed, el partido debería evitar. El tono “fraternal” que ambos quieren dar a su pelea no oculta que representan propuestas muy diferentes para el futuro del partido.