Miles de somalíes huyen de la hambruna en patera a Yemen
Las mafias cobran 150 dólares por una plaza en una rudimentaria embarcación
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Bosaso es un enclave de medio millón de habitantes ubicado enfrente de las costas de Yemen, a unos 200 kilómetros del vértice del Cuerno de África. La ciudad pertenece a Puntlandia, Estado autónomo de Somalia, y es también una urbe de piratas y traficantes, cuyo negocio ha encontrado en la hambruna declarada al sur del país un nuevo filón: los seres humanos.
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Hasta el pasado septiembre, casi 20.000 desplazados somalíes cruzaron a bordo de una patera desde Bosaso a Yemen, una peligrosa singladura de dos días para cubrir los 350 kilómetros del golfo de Adén, que media entre el país africano y el asiático. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) tiene constancia desde enero de, al menos, más de 120 muertes por naufragio. Y esto puede ser sólo la punta del iceberg.
Entre agosto y septiembre, 8.000 somalíes hicieron este peligroso viaje
Esta vía para huir de Somalia no era desconocida, pero antes de la hambruna era testimonial. "Ahora, sólo entre agosto y septiembre, casi 8.000 somalíes han huido desde Bosaso hacia Yemen", asegura Edward Leposky, portavoz de Acnur en este país.
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"Las nuevas llegadas prosigue Leposky están compuestas sobre todo por hombres adultos que viajan solos, aunque a veces también por familias que llevan a todos sus hijos a bordo. Buscan en Yemen una especie de cielo para el infierno del que huyen". A lo largo de las últimas tres décadas de guerra civil en Somalia, Yemen se ha convertido en el segundo país, después de Kenia, en recibir un mayor éxodo de somalíes. De hecho, en el país árabe hay, según Acnur, casi 194.000 somalíes y una comunidad de estas dimensiones en un país vecino hace, sin duda, de efecto llamada.
Este es el telón de fondo sobre el que gravita el negocio sin escrúpulos de los traficantes, el parqué sobre el que invierten para sacar tajada de la hambruna. El precio medio por poner el pie en una patera asciende a 150 dólares, así que una sencilla multiplicación revela que las mafias se han embolsado un beneficio de 2,4 millones de dólares (casi 1,8 millones de euros) en lo que va de año.
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Más de 120 personas murieron por naufragio desde enero
"Para conseguir 150 dólares, los somalíes hacen lo que sea. Trabajan en cualquier cosa y muchos venden todo lo que tienen o intentan recibir dinero de algún familiar en el extranjero para costearse el viaje", cuenta Annabel Mwangi, portavoz de Acnur.
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Pero Yemen no es el paraíso. El país vive una agitación social sin precedentes. "Muchos llegan y, con suerte, acaban logrando empleos en la economía sumergida como limpiadores o cocineros", añade Leposky. Pero la realidad es que en Yemen hay un campo de refugiados, el de Kharaz, que alberga ya a 16.000 personas, si bien no todos ellos son somalíes, también hay etíopes que llegan a través de la misma vía. Más carne de cañón para las mafias.
"En estos momentos, hay 50.000 desplazados internos somalíes en Bosaso que se reparten en una treintena de asentamientos", afirma Charlotte Ridung, responsable de la oficina de Acnur en la ciudad, quien detalla que "existen varios dispositivos para intentar disuadir tanto a los somalíes como a los refugiados etíopes que viven en la ciudad de que emprendan el peligroso viaje hacia Yemen". Entre estos dispositivos, hay una Comisión Mixta de Trabajo sobre Migraciones, en la que participan organizaciones internacionales y autoridades locales.
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Sin embargo, las cifras sin precedentes de somalíes huyendo vía Bosaso podrían incluso aumentar en los próximos meses puesto que, desde septiembre, las aguas del golfo de Adén están más calmadas para navegar, un escenario ideal para el negocio de los traficantes.
El aumento de casos en Yemen coincide con un descenso en el número de somalíes que llegan a los campamentos de Dadaab (Kenia) y Dollo Ado (Etiopía), después de las dramáticas cifras registradas entre junio y agosto, los meses duros de la hambruna. Sin embargo, el goteo se mantiene incesante y en Etiopía, el Gobierno y Acnur han anunciado que abrirán un quinto campamento en Dollo Ado, el de Boramino, puesto que el último que se habilitó en esta zona, hace apenas dos meses, está ya al límite de su capacidad.
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Los contrabandistas han ganado 1,8 millones de euros con las travesías
Según el último balance de Acnur, a 23 de septiembre, en Dollo Ado hay casi 124.000 somalíes, de los que más de 80.000 han llegado este año a causa de la sequía y de la hambruna. Entretanto, Dadaab, el mayor campo de refugiados del mundo, aloja a más de 450.000.
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Mientras que la situación humanitaria y sanitaria en el interior de Dollo Ado y Dadaab está mejorando, sobre todo en cuanto a los índices de malnutrición y de mortalidad infantil, el nuevo campo de actuación para la comunidad internacional se abre actualmente en los campamentos de desplazados internos de Mogadiscio. La capital somalí afronta ahora el comienzo de la estación de lluvias.
Acnur ha encargado 20.000 cubiertas de plástico de grandes dimensiones para proteger las tiendas donde se alojan los refugiados, así como más de 60.000 mantas, que repartirá en los próximos días y semanas, especialmente entre la población infantil.