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Miles de berlineses protestan contra la entrada en el Parlamento alemán de la extrema derecha

Alrededor de 12.000 personas se manifiestan en el centro de la capital alemana dos días antes de que Alternativa para Alemania (AfD) se estrene en el Bundestag.

Un momento de la manifestación contra la entrada de Alternativa para Alemania en el Parlamento alemán. - REUTERS

“Mucha gente piensa que, por el hecho de haber sido votados, los políticos de un partido ya pueden decir en el Parlamento lo que les dé la gana. Yo no lo creo. Sobre todo ahora, después de las elecciones, hay que mostrar nuestro rechazo”, explica Ronja frente a la Puerta de Brandeburgo sosteniendo una cartel que llama a “parar a la AfD”.

Esta joven estudiante de derecho de la Universidad Humboldt de Berlín es una de las miles de personas que han acudido a la protesta convocada en el centro de la capital alemana “contra el odio y el racismo en el Parlamento alemán”. Según la televisión pública alemana, la cifra total ha sido alrededor de 12.000 asistentes.

El próximo martes se inaugura el nuevo Bundestag, el Parlamento alemán, donde la extrema derecha tendrá representación por primera vez desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Alternativa para Alemania (AfD por sus siglas en alemán) ocupará 92 escaños. “No hay duda de que van a cambiar el ambiente en el Bundestag, con el tipo de comentarios que siempre hacen. Por eso estamos aquí”, señala, por su parte, Heike, una mujer de 54 años trabajadora en un hotel berlinés. “Pero nosotras vamos a luchar, vamos a seguir luchando”.

La concentración ha sido convocada por un grupo de activistas. La iniciativa partió de la organización Interkultureller Frieden (Paz Intercultural), y se ha organizado con la ayuda de otras asociaciones como Avaaz, Campact y Breaking the Ice. Todo empezó con una carta abierta contra la AfD publicada en la red y suscrita por más de 500.000 personas. Tras observar el éxito, los activistas quisieron transportar la protesta a la calle.

Una convocatoria a la que han respondido personas de todas las edades, que se han reunido en un ambiente festivo en el corazón político de Berlín. Primero concentrados frente a la Puerta de Brandeburgo, escuchando discursos y actuaciones musicales, y después marchando junto al Parlamento, la Cancillería y otras sedes gubernamentales.

Un momento de la manifestación contra la entrada de Alternativa para Alemania en el Parlamento alemán. - REUTERS

Un momento de la manifestación contra la entrada de Alternativa para Alemania en el Parlamento alemán. - REUTERS

Entre los manifestantes estaban representados diversos sectores de la izquierda alemana. Emblemas de grupos antifascistas, del partido Die Linke (La Izquierda), así como mensajes ecologistas y logos de Bündnis 90/Die Grünen (Los Verdes). Mientras la mayoría ondeaba mensajes directos contra la AfD, como “Bundestag sin Nazis”, otros preferían ondear banderas arcoiris o mantas térmicas atadas a un palo, en señal de apoyo a los refugiados.

“Me siento muy feliz de ver tanta gente hoy aquí”, comenta Andrea, una entrenadora personal de 40 años. “Me da mucho ánimo y mucha fuerza ver que no estoy sola, que mi opinión la comparten miles de personas”. Mientras, la AfD, a través de Peter Felser, líder adjunto del grupo parlamentario de la formación ultraderechista, ha calificado la marcha de “ataque a la democracia”.

“Somos el 87%

“Estimada AfD, nosotros somos el 87% que no os ha votado”, comenzaba la carta abierta que dio origen a la manifestación. Aunque en la concentración no había rastro de votantes conservadores que tampoco votaron a la extrema derecha, el mensaje que los organizadores querían transmitir estaba claro: la mayoría de los alemanes apuesta por una sociedad diversa, abierta y tolerante.

“Angebote für Dumme” (Oferta para Tontos), utilizando las mismas iniciales que el partido y escrito en negro, rojo y dorado, los colores de la bandera alemana. La pancarta de Andrea, la entrenadora personal, era un mensaje muy claro a los votantes de la AfD, casi el 13% de los alemanes con derecho a voto. “Solo quiero provocar a algunas de las personas que les votaron, que les haga pensar: ¿es una tontería votarles? Y por otra parte, mucha de la gente que les votó tiene que reflexionar sobre las consecuencias que puede tener hacerlo”.

Tras sus últimos resultados electorales, AfD ya se ha convertido en la tercera fuerza política alemana. Gracias a ello, y a su presencia en 14 de los 16 parlamentos regionales, se calcula que la formación ultraderechista obtendrá hasta 400 millones de euros de financiación por parte del Estado, según publicaba el semanario Die Zeit.

Y a pesar de que las luchas intestinas ya han llevado a la antigua líder del partido, Frauke Petry, a rechazar su acta de diputada por AfD, la preocupación por el crecimiento de la extrema derecha no desaparece. “No vamos a detenernos -insiste Heike, la manifestante de 54 años-. Vamos a continuar protestando siempre que podamos. No solo hoy. Ya en el pasado consiguieron crecer hasta conseguir el poder. Tenemos que pararles”.

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