Este artículo se publicó hace 14 años.
Merkel se la juega en la elección del presidente
La canciller alemana teme que algunos delegados de los partidos del Gobierno puedan ayudar a ganar al candidato de la oposición
La elección del presidente federal a manos de una asamblea especial suele despertar pocas emociones en Alemania. Pero tras la dimisión repentina, inesperada y hasta hoy básicamente incomprensible de Horst Köhler, la carrera por la jefatura del Estado ha creado una enorme expectativa, ya que es clave para el futuro del Gobierno.
Si el democristiano Christan Wulff, el candidato elegido personalmente por Angela Merkel, no consigue hoy el respaldo de los 1.244 delegados de la Asamblea Federal, la autoridad de la canciller alemana quedaría seriamente tocada y muchos comentaristas ya vaticinan el final de la coalición entre la CDU y los liberales del FDP.
La Asamblea Federal elige hoy al nuevo jefe de Estado
Los socios de Gobierno, en principio, tienen una cómoda mayoría de 21 votos. Pero el candidato presentado por socialdemócratas y verdes, Joachim Gauck, despierta gran entusiasmo entre muchos delegados de las filas de la coalición y no se descarta una sorpresa amarga para Merkel, que está pasando por el peor momento desde que llegó al poder hace casi seis años. Los partidos del Gobierno caen en picado en las encuestas, mientras que las divisiones internas con los liberales del vicecanciller Guido Westerwelle son cada día más evidentes.
Tras la dimisión de Köhler a raíz de las críticas por unas polémicas declaraciones sobre el papel del ejército en Afganistán, la canciller presentó en pocos días a Wulff, hasta entonces presidente de la CDU en Baja Sajonia, como la propuesta conjunta de la coalición. A sus 51 años, el ambicioso Wulff es un candidato de peso y podría convertirse en el presidente federal más joven de la historia. Con Wulff en la presidencia, Merkel se quitaría además al único rival de peso dentro de su partido.
Sin embargo, los verdes y el SPD contraatacaron con una movida maestra al nombrar a Gauck, un ex sacerdote protestante de perfil más bien conservador que no tiene afiliación política. Gauck, de 70 años, ganó fama como jefe de la oficina federal que administraba los archivos de la temida Stasi, los servicios de seguridad de la RDA, tras la reunificación. Gauck destapó muchos casos de colaboración de políticos y otros personajes del Este, lo cual le ha ganado bastantes enemigos.
SPD y verdes presentan a Joachim Gauck, ex activista civil en la RDA
Con esta maniobra el SPD ha complicado mucho la votación, al apostar por una figura apolítica, carismática, y que despierta más simpatía entre la población y la esfera política que su rival.
Los dirigentes de la coalición, empezando por la propia Merkel, se han empleado a fondo para evitar la deserción de sus delegados. "Baviera y la CSU te apoyaremos el miércoles", le decía el líder de los democristianos (CSU, el partido hermanado de la CDU), Horst Seehofer, a Wulff.
"Encontrar la mejor solución"Sin embargo, lo que sí quita el sueño al candidato de la coalición son los votos de algunos liberales que han cambiado de bando. "Se trata de encontrar la mejor solución. Gauck sería un presidente federal muy especial. En este país, después del señor Köhler, se busca a una figura con carisma extraordinario", explicaba Holger Zastrow, líder del FDP en Sajonia.
En la misma línea se han expresado otros "disidentes" gubernamentales, como el jefe del FDP en Bremen, Oliver Möllenstädt; el ex presidente de la CDU en Sajonia, Kurt Biedenkopf, o la diputada de la Unión Vera Lengsfeld. Por si acaso, la CDU quitó de la lista de delegados a algunos políticos que habían hecho guiños en público a Gauck.
"Gauck sería un presidente federal muy especial", dice un dirigente liberal
Si el pueblo fuera el encargado de elegir, Gauck se alzaría como el vencedor, con el 39% de los votos, según un sondeo de la cadena ZDF.
Desde que asumiera el poder al frente de una gran coalición en 2005, a Merkel nunca se le había planteado una situación tan complicada como la de ahora. Ha recibido críticas de todos los frentes, incluso desde la propia CDU. Le acusan de falta de rumbo y de liderazgo, como durante la negociación del rescate de Grecia y la crisis del euro. El plan de ahorro por 80.000 millones de euros ha sido tachado de "injusto socialmente".
Pérdida de poderLa canciller sufrió un varapalo en mayo en los comicios regionales de Renania del Norte-Westfalia, el mayor land del país, donde CDU y FDP perdieron el poder. Con este resultado, el Gobierno federal también perdió su mayoría en el Bundesrat, la cámara alta del Parlamento, con lo cual necesitará pactar muchas reformas con la oposición.
Para colmo, las diferencias con sus socios liberales crecen a diario por cuestiones como la supresión del servicio militar obligatorio, la reforma sanitaria, la concesión de las ayudas estatales a Opel y, sobre todo, una posible subida de impuestos.
Aunque algunos ministros se empeñan en quitarle hierro al asunto y en desvincular la elección presidencial con el futuro de Merkel, lo cierto es que será un día decisivo para la coalición. "Será una señal política, que no se debe pasar por alto", advirtió el secretario general de la CDU en Sajonia, Michael Kretschmer.
"No da vergüenza votar por Gauck"Lothar Bisky. Eurodiputado de Die Linke y líder de Izquierda Unitaria Europea
THILO SCHÄFER
El ex presidente de Die Linke (La Izquierda), el partido nacido de la fusión de los poscomunistas de la RDA y socialdemócratas desencantados, no votará hoy al presidente, pero si pudiera lo haría por su amiga Luc Jochimsen, la candidata de su partido que no tiene ninguna posibilidad. Bisky (Zollbruck, 1940), que fue funcionario en la RDA y miembro del partido gubernamental SED, dice no guardar rencor a Joachim Gauck, el candidato propuesto por SPD y verdes. Pero la nominación de este ex activista de derechos civiles y jefe de la oficina que persiguió el pasado colaboracionista con la Stasi, los servicios secretos de la RDA, de muchos políticos, ha causado dolor de cabeza entre los delegados de La Izquierda. El domingo pasado, Bisky, en su función como líder del grupo de Izquierda Unitaria en el Europarlamento, participó en el acto de refundación de Izquierda Unida en Madrid.
Su partido parece tener un problema con el candidato Joachim Gauck.
Gauck ha provocado reacciones distintas en La Izquierda. Yo podría imaginarme votar por él. ¿Por qué no? Hay que evaluar a todos los candidatos. Unos cuantos de nuestros delegados votarán por Gauck. No es ninguna vergüenza. Algunos le aceptan, otros no. Yo tengo también mucho respeto por Christian Wulff [el candidato propuesto por la canciller Angela Merkel]. Le conozco, es alguien que sabe defenderse con buenos argumentos.
¿En este sentido, importa el papel de Gauck como investigador jefe de los archivos de la Stasi?
Sí, tiene un papel importante pero no decisivo. Hay diferentes maneras de ver la RDA. Muchos han olvidado que en su día votamos a favor del nombramiento de Gauck en el Parlamento. Hay algunos que le reprochan haber pasado los informes de la Stasi demasiado rápido a los medios de comunicación.
En Alemania, todavía no se ha visto mucha resistencia en la calle contra los recortes sociales.
Cierto, pero en Alemania las crisis siempre le han servido a la derecha. No quiero compararlo todo con los años treinta pero hay algo en ello. Mucha gente de izquierdas que apuesta a que un empeoramiento de la situación nos serviría están equivocados. Eso es jugar con el fuego. Cuanto peor va la crisis, peor le va a la izquierda.
¿La política aún tiene poder para cambiar las cosas?
Por supuesto. Sí habrá una huelga general y si esta tiene éxito, se mandará un mensaje contundente. La izquierda debe centrarse ahora en ganar el apoyo de la gente.
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