Maduro tiende una mano a Colombia pero amplía cierre de la frontera entre los dos países en medio de la tensión
Pese a las buenas palabras, el conflicto fronterizo entre Venezuela y Colombia, que ya ha provocado la deportación de más de 1.000 colombianos y el desplazamiento de otros 4.000, obliga a la ONU, a la OEA y a Unasur a tomar cartas en el asunto.
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La crisis entre Colombia y Venezuela por el cierre de la frontera entre ambos países, ordenado por Caracas, ha entrado de lleno en la agenda internacional con la llamada de la ONU a mantener un "diálogo constructivo", el anuncio de una reunión de la Unasur y a la espera de que la Organización de Estados Americanos (OEA) decida si convoca una cita de cancilleres. Todo ello ocurre después de que el aumento de la tensión dialéctica de los últimos días haya desembocado en una llamada a consultas de los embajadores de los dos países.
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A estos movimientos se suman las palabras conciliadoras del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, quien este viernes tendió una mano a su homólogo colombiano, Juan Manuel Santos, para encontrarse personalmente y resolver la crisis originada por el cierre de 100 kilómetros de frontera común ordenado desde Caracas la semana pasada.