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Macri entrega Argentina a los 'neocon'

El nuevo Gobierno (de los CEO)

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El presidente de Argentina, Macri, baila en el balcón de la Casa Rosada. REUTERS

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BUENOS AIRES.- Tras una semana recargada de dimes y diretes sobre un traspaso de poderes que finalmente se resolvió judicialmente, la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner y el flamante presidente Mauricio Macri tuvieron sus respectivos agasajos pero evitaron salir en la misma foto. Cristina se despidió de sus seguidores en un acto multitudinario en Plaza de Mayo pocas horas antes de que se venciera su mandato y Macri prestó juramento, se paseó por una plaza semivacía y por la noche participó junto a los suyos en una gala.

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El nuevo Gobierno (de los CEO)

Las principales novedades del nuevo Gobierno argentino tienen que ver con que es la primera vez que en el país un partido de derechas llega al poder por las urnas y con el origen ideológico de los cargos más importantes del nuevo gabinete de ministros vinculados con el neoconservadurismo. Sí bien la comparación con la gestión del Gobierno menemista de los años 90 es insoslayable, la diferencia es que esta vez el desembarco de los CEO (Chieff Executive Officer), los directores ejecutivos de máxima responsabilidad de multinacionales y grupos económicos locales, ya no se hace en cargos de gestión de segunda línea, como en los gobiernos de Menem o De La Rúa, sino que directamente se han repartido los cargos de más alta responsabilidad.

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El cepo, las reservas y EEUU

Aunque el traspaso formal de funciones se dio el jueves, el sistema capitalista permite leer los apoyos a favor y en contra de un determinado Gobierno a través de la reacción de los mercados. Desde que Macri ganara las elecciones (22-N), ya se pudieron observar los primeros efectos: subieron las llamadas acciones líderes y los títulos públicos y aumentaron los precios de bienes de consumo masivo e intermedios, adelantándose a los costos de la futura megadevaluación anunciada por Macri.

El recurso de la herencia recibida

“Nos dejan una herencia complicada pero no se compara con otros momentos del país, vamos a normalizar todo con mucho cuidado”, sostuvo el nuevo ministro de Finanzas, Prat Gay. A partir de ahora probablemente el macrismo justifique muchas de las medidas que tome y atribuya el coste de las mismas a la compleja situación heredada de los Gobiernos anteriores, aunque también se vea obligado a reconocer que la gestión encontrada no es tan desastrosa como planteaba en campaña.

Habrá que ver también quién gana la batalla en la discusión interna de su propio gabinete. “La tensión entre ideologismo y pragmatismo va a recorrer todo el gobierno de Macri” señala el antropólogo Alejandro Grimson. “En este momento de triunfalismo salen muchas cosas que tienen que ver con tradiciones ideológicas de muchos cuadros del PRO (el partido del que proviene Macri) y habrá que ver cuánto. Otros cuadros, que existen en el PRO y que son más pragmáticos que ideológicos, están dispuestos a acompañar aventuras que se pueden volver en contra”, continúa Grimson.
Macri ya ha firmado, el mismo día de su investidura, 29 decretos de necesidad y urgencia (DNU) que, entre otras cuestiones, modifican la ley que regula los servicios de comunicación audiovisual, una ley que intentaba regular el funcionamiento de los grandes grupos económicos en relación a los medios de comunicación. Un dato a tener en cuenta: Macrì fue el jefe de gobierno que más leyes vetó en el país y Fernández de Kirchner la presidenta que menos vetos y decretos de necesidad y urgencia firmó.

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Nuevo rumbo en política regional

En materia regional, Argentina ha estado hasta ahora alineada con los llamados Gobiernos progresistas de la región. Gran parte del éxito de estos Ejecutivos ha llegado no sólo del distanciamiento de las políticas señaladas por EEUU y los organismos financieros internacionales, sino también y, sobre todo, del apoyo que pudieron brindarse entre unos y otros. Un punto de inflexión en este sentido lo marco el no al ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas), una cumbre que rechazó un acuerdo cuyo objetivo era liberalizar los flujos de comercio entre los países del hemisferio sin contemplar ni el grado de desarrollo ni las asimetrías existentes entre esos 34 países. Con Macri habrá que ver qué sucede con el nuevo escenario que plantea la derrota tanto del kirchnerismo en Argentina como del chavismo en Venezuela y la amenaza de impeachment contra Dilma Roussef en Brasil.
En todo caso, Macri y su equipo asumen funciones en un escenario que no se les plantea nada fácil. Por un lado, hay una mitad del país que votó en contra de este proyecto y que el último día de la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner salió a la calle no sólo para despedir a su dirigente sino que también fue un claro gesto de demostración de fuerza dirigido al nuevo Gobierno.

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